Ahora sí legisladores
aceptaron la matanza
de la vida que en la panza
se gesta sin condiciones.
Y el embrión, con la esperanza
de vivir sin restricciones,
no sabe las intenciones.
Lo matarán sin tardanza.
No es delito ya esta tranza;
lo aprobaron los sanadores.
Alberto Torres Barragán.
Tijuana, B.C.