Al interior de la paraestatal hay numerosos sistemas con los mismos vicios de la Cespe: desorden con medidores, y cobros sin registrar, sobre todo en asentamientos irregulares. En entrevista con ZETA, la nueva directiva dijo que buscará darle certeza jurídica a los pobladores para que tengan el servicio y paguen con transparencia
El nuevo director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (Cespe), Javier Vera González, lamentó la desorganización en que se encuentra el organismo y estimó que la cartera vencida asciende a 400 millones de pesos.
Una fracción de este adeudo, el cual es incalculable e incobrable, aseguró el titular, corresponde a líderes de colonias quienes, con apoyo de la paraestatal, han creado pequeños sistemas operadores de agua.
De manera organizada estos colonos instalan infraestructura, colocan medidores, expiden recibos sin registro en hacienda y fijan sus tarifas de agua.
En medio del proceso para traspasar la administración de la Cespe al ayuntamiento que encabeza Armando Ayala Robles, se han filtrado documentos relacionados con adeudos, donde se destaca la participación de líderes comunitarios que fijan sus propias tarifas de agua a los usuarios.
De la lista de deudores que se distribuyó en distintos medios, hay un grupo de 13 personas, donde también aparece como deudor Ramiro Orea Hernández, papá del regidor independiente con licencia Ramiro Orea Santiago, y entre todos suman tres millones 496 mil 268.30 pesos.
A una semana de haber rendido protesta, el director respondió que al asumir el cargo se sorprendió del descontrol que existe en la Cespe, donde hay 120 tomas comunales registradas.
Mencionó que hay una lista grande de líderes comunitarios solicitando una toma comunal en la periferia de Ensenada, por lo que se prevé que este problema social crezca.
Reconoció que es un tema a rectificar por parte del departamento Jurídico de la co
misión, por lo que implementarán un sistema de recibos por casa con sistema transparente (porque hasta el momento no existe).
Confirmó las imágenes en poder del Semanario ZETA, donde se puede ver a decenas de personas haciendo fila para pagar el recibo en casas particulares.
“Veo dos temas irregulares; uno es el haber permitido no tener un acuerdo sobre cómo cobrar el agua a los colonos, y el segundo es que la paraestatal haya dejado la administración del recurso a estas comunidades”.
Al respecto, el regidor Orea Santiago se presentó ante radio para aclarar que la creación de tomas comunales se deriva de que las autoridades estatales dejaron de hacer el trabajo que les corresponde y eso motivó a la operación de las tomas.
DUPLICAN TARIFAS DE LA CESPE
Un usuario de una toma comunal explicó cómo es la forma de operar de este grupo de líderes de colonias, quienes tienen el control no solo por los cobros, sino por la seguridad de las familias.
Hace unos años, contó, le vendieron un terreno en una zona de la periferia, el cual no estaba legalmente establecido, pero por necesidad se instaló y comenzó a construir un cuarto de material ligero.
Al paso de los meses habló con los vecinos para solicitar el abasto de agua y energía eléctrica, la cual funcionaba con “diablitos”, por lo que la llevaron con Ramiro Orea. De entrada, le pidió cuatro mil pesos para colocar la “T” justo enfrente de su domicilio, así como colocar el medidor.
Después le explicó la manera de realizar cada pago los días 28 de cada mes, en una casa particular, pero antes una persona iba a tomar la lectura de su medidor.
De acuerdo con las tarifas domésticas de la Cespe, el metro cúbico tiene un costo de 14 pesos.
Para quienes están conectados a una toma comunal, que son las personas de menos recursos económicos, la tarifa es de 25 pesos por metro cúbico, pero si se retrasa dos días le cortan de inmediato el suministro y ésta aumenta a 30 pesos por metro cúbico.
También por cada pago mensual se le aumenta la cantidad de 10 pesos por el servicio, es decir, si el consumo fue de 250 pesos deberá pagar 260 pesos.
“Ellos tienen todo un equipo de infraestructura, retroexcavadora, y gente que nos corta el servicio si llegamos a tener un problema con alguien del grupo de ellos”, sostuvo la mujer, y agregó que firmó un contrato donde la hacen responsable de realizar los pagos.
Debido a que una de las promesas es que ellos, los líderes, dotarán del sistema de agua solo por un lapso de tiempo, en lo que la Cespe asume su responsabilidad. Han pasado diez años sin una respuesta por parte de las autoridades.
Otro usuario, quien compartió recibos de pago hechizos, explicó que cuando llegan a pagar a la casa hacen una fila larga; una vez que llega su turno, dan su nombre y el cobrador tiene una lista con los metros cúbicos consumidos.
UN MAL NECESARIO
En el Reglamento de la Cespe no menciona el concepto de tomas comunales, no obstante, en el Reglamento Interno de la misma se señala a las sucursales obligadas a expedir recibos para los operadores de estos sistemas.
Las tomas comunales nacen debido a la falta de inversión por parte de todos los entes de gobiernos que ejercen recursos para generar obra pública de alumbrado, red de agua potable y aguas negras.
“Así, cada metro cúbico de agua distribuido termina contaminando la zona porque al ser irregulares, las colonias carecen de sistema de alcantarillado. Dentro del recibo de pago hay una parte que es para el tratamiento de agua; en las tomas comunales esto no existe. Solo llega el agua y ahí se queda, va a los arroyos y con las lluvias hasta el mar”.
El director de la Cespe explicó que cuando se genera un asentamiento irregular de improviso, los habitantes comienzan a demandar servicios públicos sin que el gobierno lo tenga presupuestado.
Los integrantes de los comités instalan sus sistemas hidráulicos con materiales inadecuados, por ejemplo, dijo, usan tuberías de una o dos pulgadas para llevar el agua a las casas cuando la medida mínima debe ser de cuatro pulgadas.
“Lo que hemos encontrado es que la Cespe no tenía inversión y le dieron entrada a las comunidades para que hiciera el trabajo -que a ellos les corresponde- pero además de que ellos hicieran el cobro”, explicó el funcionario.
Ahí es cuando se comienzan a conformar los comités, se organizan y solicitan las tomas comunales.
Para este proceso se coloca un macromedidor con el que se controla un recibo único de consumo. Posteriormente los integrantes del comité comienzan a jalar -sin permisos- una red de tuberías en toda el área fraccionada. a tal grado que instalan medidores en cada predio.
“Desde ahí ya teníamos una deficiencia administrativa, la otra era como se cobran: los líderes lo solicitan a todos los colonos quienes pagaban en base a su medidor y éstos a su vez llevan el dinero a la Cespe”, indicó.
Indicó que éste es un trabajo complicado que no lo podrá resolver en los dos meses que quedan de esta administración; sin embargo, iniciarán por resolver la demanda social de los usuarios.
“Por eso es que dentro de lo irregular buscamos darle una certeza jurídica y regularizar el tema para que paguen en las cajas”, sostuvo el funcionario, y añadió que por la falta de certidumbre legal es imposible obligar a este grupo de personas a pagar sus adeudos.