Empresarios argumentan que no sólo está en riesgo su patrimonio, sino los empleos de más de 20 mil personas que dependen directa e indirectamente del sector que se ha visto afectado por limitaciones en horarios de venta de alcohol, de atención en restaurantes y el cierre de playas
El incremento de contagios del nuevo coronavirus en Baja California Sur ha desembocado en la aplicación de nuevas medidas sanitarias aprobadas por los ayuntamientos y el Comité Estatal de Seguridad de Salud. Recortes en el horario de venta de alcohol, disminución de aforo y cierre de playas, han traído consecuencias económicas graves, aseguran empresarios del sector restaurantero.
A través de su titular, Lorena Hinojosa Olivas, la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) La Paz manifestó la inconformidad de sus agremiados ante las decisiones del Consejo Municipal de Protección Civil.
Advierten que el cierre de playas obligó a la suspensión momentánea de establecimientos que están en esas zonas, aunado a la disminución del tiempo permitido para venta de alcohol, que los pone en una condición casi insostenible.
Aunque esta semana las autoridades del Ayuntamiento de La Paz abrieron los espacios públicos y ampliaron los horarios de venta de alcohol hasta las 23:00 horas, los empresarios no tienen la certeza de cuánto tiempo durará esta medida.
Comentan que las restricciones severas en el comercio provocan una afectación económica irreversible, que pone en riesgo a las empresas restauranteras y a los empleados que dependen de estas.
“Entendemos que esta decisión colegiada obedece a disminuir los contagios y, por consiguiente, el número de hospitalizados. Ese también es nuestro objetivo y definitivamente queremos ser parte de la solución, pero medidas como estas generan una gran preocupación”, argumenta la Canirac La Paz.
Enfatizan que las cenas representan hasta el 70% de la venta diaria de un restaurante, y si el horario de venta de bebidas embriagantes se establece hasta las 20:00 horas, los comensales no podrán acompañar sus alimentos con alcohol, lo que baja las ganancias hasta un 25%.
La Canirac alegó que el 80% del alcohol que se consume en la Capital de Baja California Sur proviene de venta de botella cerrada en expendios, supermercados y tiendas de conveniencia.
Otra afectación, exponen, es la disminución de las propinas que recibe el personal de cada negocio, un ingreso diario que ayuda a mantener la economía de sus hogares. Aseguran que se ha demostrado que los restaurantes no son fuente de contagio de COVID-19, ya que, aunque los negocios no cerraron durante el segundo semestre de 2020 y el primero de 2021, se pudo controlar la pandemia en BCS.
Por estas razones expuestas, las y los empresarios piden la solidaridad de las autoridades municipales y estatales para hacer frente a la crisis económica que arrastran desde el cierre obligatorio al inicio de la pandemia, donde el sector restaurantero de Baja California Sur. reportó más de 8 mil bajas en la plantilla laboral.