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sábado, febrero 17, 2024
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Navegando a oscuras la tercera ola

En México, tratándose de coronavirus, cada entidad federativa se rasca con sus uñas, incluso las que tienen gobernantes de Morena, amigos consentidos del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

En Ciudad de México se aplican 22 mil pruebas gratuitas diarias de COVID-19 en los macro quioscos instalados en zonas de alta afluencia para reducir la propagación del virus y promover el oportuno aislamiento, detectando que en esa zona del país, 9 de cada 10 casos positivos son de la contagiosa variante Delta.


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Mientras en Baja California, para empezar, se continúan restringiendo las pruebas.

Cierto, BC no se puede comparar a una entidad que registra 2 mil casos positivos por día, pero resulta difícil confiar en el panorama que dan las cifras oficiales cuando la capacidad estatal local, es de apenas 200 pruebas diarias.

Luego, al azar, sólo uno de cada 10 resultados positivos de COVID se envía al centro del país para que verifiquen si corresponde a las variantes Alfa, Gamma, Beta o Delta y Lambda, las más infecciosas y con resistencia a vacunas.


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Para tener una idea del impacto de las pocas pruebas y el retraso en la entrega de resultados,

vale recordar que durante julio, el secretario estatal de Salud, Alonso Pérez Rico, negó la presencia de la variante Delta del SARS-CoV-2 en BC.

Fue hasta el 20 de julio que el galeno confirmó la presencia de la cepa. Se trataba de un hombre vacunado y estable que presentó síntomas casi un mes atrás, el 23 de junio, y había resultado positivo a la contagiosa variedad, pero el resultado lo había recibido apenas el 19 de julio.

Con estas limitaciones, al 18 de agosto de 2021, en Baja California se habían practicado 144 mil 610 pruebas a lo largo de 529 días de pandemia: 88 mil 599 resultaron negativas, 55 mil 063 positivas y 8 mil 906 contagiados han fallecido. Y estos son los números oficiales a los que no se han sumado los cientos de exámenes que han salido positivos en los laboratorios privados, ni los que han convalecido o muerto en sus casas.

Incluso navegando en esta oscuridad informativa, los californios ven que el número de personas contagiadas internadas por COVID, alcanzan todos los días cifras récord: mil 292 al cierre de esta edición, y peligrosamente cerca de los poco más de mil 400 que se registraron en enero pasado, el número más alto de internamiento en lo que va de la pandemia.

En ese contexto, las autoridades de la Cuarta Transformación ordenan reconvertir pisos para atención COVID, y confiar en que el 75% de la población mayor de 18 años están vacunados, como les pidió el Presidente López Obrador, “arriesgarse” y con ello exponer a los ciudadanos. Primero, por complacer a AMLO con su regreso obligado a clases, como si olvidaran que la Constitución Mexicana y la Declaración Universal de los Derechos Humanos los obliga a proteger “el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad” de las personas, en este caso de muchos menores de edad que el mandatario ni siquiera tiene contemplado vacunar aún, a pesar de lo cual Baja California ya les solicitó 60 mil vacunas para menores entre 12 y 17 años.

Donde sí cayeron hondo fue en el tema económico, la incoherencia de un doctor Pérez Rico que por un lado pide a la gente quedarse en casa y usar cubre bocas; y por el otro, autoriza espectáculos masivos como el Baja Beach Fest, con 19 mil 500 boletos vendidos y una asistencia de aproximadamente 25 mil personas por día, durante tres días seguidos. O las cartas de factibilidad para conciertos en el Valle de Guadalupe en Ensenada, o para los bares a reventar en Mexicali y Tijuana.

Presumen la exigencia del certificado de vacunación, cuando en México, el sistema deficiente impide la obtención. Después justifican que la mayoría de los asistentes son de Estados Unidos, donde la variante Delta es la reina, y lo dicen como si los meseros, guardias, cocineros y demás servidores turísticos, no se pudieran contagiar y llevar el virus a sus casas.

Además, pretenden que cumplieron con su función de velar por la salud, al informar que en un mar de 20 mil personas, sancionaron a 200 que no traían cubre bocas, cuando las decenas de videos que circulan en redes sociales evidencian el incumplimiento generalizado.

Al final, el resultado de privilegiar el dinero sobre la salud se verá en 15 días, porque los contagios se multiplicarán. Sin importar si los espectáculos dejaron una derrama de 20 o 50 millones de dólares, en BC continuarán realizándose únicamente 200 pruebas diarias. Sólo uno de cada 10 positivos se analizarán para variantes, los resultados continuarán llegando 20 días retrasados y las decisiones de gobierno seguirán justificándose con información desfasada.

Autor(a)

Rosario Mosso Castro
Rosario Mosso Castro
Editora de Semanario ZETA.
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