El Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó al alza el dato sobre la deuda del Gobierno de México en 2020, situándolo en 61% del Producto Interno Bruto (PIB). Un incremento anual histórico de 7.7 puntos porcentuales, como consecuencia del desplome económico provocado por la pandemia del virus SARS-CoV-2 y a la fluctuación del tipo de cambio.
Para el cierre de 2021, la deuda del gobierno mexicano en la que se incluye la de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), bajará al equivalente del 59.9% del PIB, estimó el organismo multilateral.
El martes 27 de julio, la agencia de calificación Moody´s bajó la calificación crediticia de Pemex de Ba3 a Ba2 y mantuvo la perspectiva negativa, con lo cual podría volver a bajar la calificación en los próximos 12 o 18 meses.
Según Moody´s, la decisión se basó en un alto riesgo de liquidez y creciente riesgo de negocio de Pemex, ya que la empresa enfrenta altos niveles de vencimiento de deuda, debido a la expansión de su capacidad de refinación y producción.
“Moody´s cree que dicha estrategia generará mayores pérdidas operativas por actividades de refinación en el corto y mediano plazo. La perspectiva de la calificación de Pemex sigue siendo negativa, principalmente debido a la perspectiva negativa de la calificación Baa1 del Gobierno de México”.
La agencia calificadora advirtió que en los próximos tres años aumentará la necesidad de liquidez de la petrolera, ya que enfrentará altos vencimientos de deuda y menor flujo de efectivo operativo por la expansión de la refinación, en la que se han acumulado pérdidas operativas por 17 mil millones de dólares de 2018 a 2020.
Si bien, reconoció que Pemex ha revertido la disminución de la producción y sus reservas en los últimos dos años -tendencia que continuará-, Moody´s consideró que “la generación de flujo de efectivo y las métricas crediticias se deteriorarán aún más” en la medida en que Pemex aumente la producción de combustible, mientras lidia con una capacidad limitada de inversión en capital, altos vencimientos de deuda y precios volátiles del petróleo y combustible.
MEJOR CRECIMIENTO ECONÓMICO PARA MÉXICO
El martes 27 de julio, el FMI revisó al alza su expectativa económica para México, previendo un crecimiento de 6.3% del PIB para este año, lo que significó un ajuste al alza de 1.3% respecto a la estimación que dio en abril pasado.
Este pronóstico es el más cercano a la proyección de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de 6.5%, y aunque ambas estimaciones son las más optimistas que han dado instituciones financieras, son inferiores a la caída de 8.5% registrada en 2020.
Gita Gopinath, directora del Departamento de Estudios del FMI, explicó que la revisión al alza del crecimiento económico se debió al dinamismo del sector externo influido por la recuperación económica de Estados Unidos, así como al desempeño que está teniendo la demanda interna en México.
El consumo y el sector servicios de México están beneficiándose indirectamente de los paquetes adicionales de estímulo de EU, aunado a que el aumento de la tasa de vacunación contra la COVID-19 en México, también ayudará a la reactivación económica.
Las expectativas del FMI para 2022 también mejoraron, ya que se prevé un crecimiento de 4.2%, es decir, 1.2 puntos porcentuales más que en la estimación que dio el organismo multilateral en abril pasado.
No obstante, alertó que un reto importante para las economías emergentes, como la mexicana, será la inflación que ha incrementado debido a la demanda acumulada y a los problemas en la cadena de suministro. La inflación constituirá otra brecha respecto a las economías desarrolladas, donde se espera que disminuya a rangos pre-pandemia en 2022.
La inflación elevada en economías emergentes está relacionada con altos precios de alimentos y los bancos centrales deberán tomar en cuenta las presiones inflacionarias para evitar ajustes que puedan endurecer prematuramente las condiciones financieras.
Sobre los altos niveles de la inflación en México (5.75% en la primera quincena de julio de 2021), economistas consideran que estos podrían no ser transitorios, y estimaron que, en la reunión del 12 de agosto, la Junta de Gobierno del Banco de México aumentará la tasa de interés de referencia un cuarto de punto porcentual, para ubicarla en 4.50%.
Por otro lado, esta semana, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía informó que en mayo, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) aumentó 0.6% en términos reales respecto al mes previo, con cifras desestacionalizadas.
Las actividades primarias (agricultura, ganadería) aumentaron 8.4%, las terciarias (servicios y comercio) 0.8% y las secundarias (industria, construcción) 0.1% en el mismo lapso.
En términos anuales, el IGAE registró un avance real de 25.3% en el quinto mes del año en curso. Por actividades, las secundarias tuvieron un incremento de 36.6%, las terciarias aumentaron 21.6% y las primarias 10%.
En cuanto a las reservas internacionales, el Banco de México (Banxico) reportó una disminución de 16 millones de dólares, con lo que el saldo fue de 193 mil 215 millones de dólares al cierre del 23 de julio. Dicha reducción semanal fue resultado principalmente del cambio de valuación de los activos internacionales.
En el acumulado diciembre-julio, las reservas internacionales del país se redujeron 2 mil 452 millones de dólares.