La pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 ha dejado en México a 131 mil 325 niños y adolescentes en situación de orfandad, por lo que a nivel mundial es el país con el mayor número de menores de edad que han quedado huérfanos a consecuencia de la muerte de su padre o madre (o de ambos) derivado de la enfermedad COVID-19).
Estas cifras son la conclusión del estudio ‘Estimaciones mínimas mundiales de niños afectados por la orfandad asociada al COVID-19 y la muerte de los cuidadores’, publicado en la revista médica británica The Lancet, mismo que estima que en países como Perú, Sudáfrica, México, Brasil, Colombia, Irán, Estados Unidos, Argentina y Rusia, la tasa de mortalidad de los cuidadores primarios fue de, al menos, uno por cada mil menores de edad.
Los 21 países analizados por el estudio fueron México, Argentina, Brasil, Colombia, Inglaterra y Gales, Francia, Alemania, India, Irán, Italia, Kenia, Malawi, Nigeria, Perú, Filipinas, Polonia, Rusia, Sudáfrica, España, Estados Unidos y Zimbabwe.
La investigación -publicada el pasado martes 20 de julio- encontró que de marzo del 2020 a abril del 2021, a nivel mundial, se estima que 1 millón 134 mil niños y adolescentes, menores de 18 años de edad, sufrieron la muerte de sus cuidadores, incluido al menos uno de los padres o abuelos con custodia.
Asimismo, el estudio estimó que durante los primeros 14 meses de la pandemia de la COVID-19, más de 1.56 millones de niños y adolescentes -menores de 18 años de edad- sufrieron la muerte de sus cuidadores principales o la muerte de sus cuidadores secundarios, como sus abuelos.
De los 21 países estudiados en esta investigación, México registró la cifra más alta de menores en esta situación, ya que calcula que 33 mil 342 niños y adolescentes sufrieron la muerte de su madre y que 97 mil 951 perdieron a su padre. Aunado a lo anterior 32 menores perdieron a ambos padres.
Sin embargo, según el estudio, considerando también que muchos de estos menores de edad perdieron a sus cuidadores secundarios, como sus abuelos o parientes mayores (de 60 a 84 años de edad), la cifra de menores huérfanos en México a causa de la pandemia de la COVID-19 se eleva a 141 mil 132 niños y adolescentes.
La cifra mexicana es mayor que en India (116 mil 263), Brasil (113 mil 150) y Estados Unidos (104 mil 884). No obstante, desde una perspectiva poblacional, Perú fue el país más afectado, ya que tuvo una tasa de orfandad derivada del COVID-19 de 9.6 por cada mil niños, frente a la de 3.3 de México.
Además, el estudio precisa que la muerte de los cuidadores puede tener graves consecuencias, ya que las evidencias muestran que los niños que atraviesan por esta situación corren un mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental; violencia física, emocional y sexual; así como pobreza familiar.
“Ahora es el momento de centrarse en un grupo que seguirá creciendo a medida que avanza la pandemia: los más de 1 millón de niños que han perdido a un padre y otro medio millón de niños que han perdido a un abuelo cuidador que vive en su propia casa. Estos niños sin nombre son la trágica consecuencia pasada por alto de los millones de muertos por la pandemia”, señala la investigación.
“Debido a que la mayoría de las muertes por Covid-19 ocurrieron entre adultos y no entre niños, la atención se ha centrado, y se entiende, en los adultos. Sin embargo, una trágica consecuencia del alto número de muertes de adultos es el alto número de niños que pudieron haber perdido a sus padres y cuidadores debido al Covid-19, como ocurrió durante las pandemias de VIH/SIDA, ébola, y la de influenza en 1918”, enfatizó el estudio.
“Estudios como este desempeñan un papel crucial a la hora de esclarecer las consecuencias duraderas de la pandemia de COVID-19 para las familias y la futura salud mental y el bienestar de los niños de todo el mundo”, dijo la directora de Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), Nora Volkow, que financió la investigación.
“Aunque el trauma que experimenta un niño tras la pérdida de un padre o cuidador puede ser devastador, existen intervenciones basadas en la evidencia que pueden prevenir consecuencias adversas posteriores, como el consumo de sustancias, y debemos garantizar que los niños tengan acceso a estas”, agregó Vokow, citada por The Lancet.
En abril de 2021, los integrantes de la Comisión de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia del Senado de la República, estimaron que en el país había unos 185 mil niños huérfanos por la COVID-19. Según registros del Sistema para el Desarrollo Integral para la Familia del Gobierno de la Ciudad de México (DIF) -hasta marzo del presente año-, al menos 3 mil 101 menores perdieron a uno de sus padres en la capital del país.