El ciudadano canadiense Mykhaylo Koretskyy, alias “Russian Mike” o “Cobra”, fue sentenciado el mes pasado, por el juez Paul A. Crotty, en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, en Estados Unidos, a 15 años de prisión luego de declararse culpable de narcotráfico en diciembre del 2020.
Documentos de dicho tribunal federal estadounidense, obtenidos por el diario canadiense Vancouver Sun, indican que “Russian Mike”, de 46 años de edad y residente en Toronto, viajó a Mazatlán, Sinaloa, para reunirse con el capo sinaloense Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”, en marzo del 2013.
“Discutieron el precio de la cocaína en Canadá, cómo el acusado podría transportar cocaína para el Cártel [de Sinaloa] a través de Canadá y cuánto dinero se le pagaría al acusado […] El acusado luego participó en al menos tres cargas de cocaína con el cartel”, señaló un memorando de sentencia presentado por el Fiscal de EE.UU.
Según un reportaje del citado rotativo canadiense, firmado por la periodista Kim Bolan, Koretskyy trabajó en el tráfico de drogas con Ryan Wedding, quien ha estado prófugo desde que fue acusado en 2015, después de una importante investigación de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP, por sus siglas en inglés), denominada ‘Operación Harrington’.
Otro de los investigados por las autoridades canadienses fue Philipos Kollaros, quien luego fue asesinado a balazos en Montreal, en 2018. Otro asociado identificado en la investigación fue Jahanbakhsh Meshkati, quien murió en un tiroteo en Burnaby -ciudad canadiense de la provincia de Columbia Británica-, en agosto del 2014.
Stephen Tello, un ex agente de bienes raíces de Toronto, identificado como el principal contacto canadiense de Guzmán Loera en los documentos de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, fue condenado por importar cocaína en el caso Harrington en 2019 y sentenciado a 15 años de prisión.
El memorando de sentencia presentado en el caso estadounidense de Koretskyy, señala que “Russian Mike” entró al contrabando de cocaína porque “su negocio se había atrasado y había pedido prestado una gran cantidad de dinero” a un hombre solo identificado como “Sergei”.
“Cuando Sergei exigió el reembolso y el señor Koretskyy no tenía el dinero, Sergei exigió que participara en la conspiración instantánea”, indica el memorando. Fue entonces “Sergei” le presentó a Tello, quien se suponía que acompañaría a “Russian Mike” a México para reunirse con los contactos del Cártel de Sinaloa en 2013.
Pero Tello perdió su vuelo y Koretskyy “terminó viajando solo para encontrarse con el cartel de la droga más poderoso del mundo”, agregan los documentos del tribunal federal estadounidense, “Russian Mike” dijo que fue “transportado con los ojos vendados durante una hora y media en el campo sinaloense, a un almacén para encontrarse con Alexander Cifuentes Villa, la mano derecha de “El Chapo'”.
“El señor Koretskyy fue rodeado por más de 40 hombres armados con rifles y Alex le preguntó si sabía quiénes eran ‘El Chapo’ y el Cártel de Sinaloa. El Sr. Koretskyy respondió que no y los hombres se rieron […] Después de una breve discusión sobre los planes del Cártel para Canadá, le dieron un Blackberry para coordinarlo y lo llevaron en avión de regreso a Canadá”, abunda el memorando.
Sin embargo, el Fiscal Federal estadounidense le dijo al juez Crotty que Koretskyy estaba minimizando su papel en el tráfico de drogas, cuando en realidad “ayudó a ‘El Chapo’ y al Cártel de Sinaloa a expandir su alcance a través del norte de Estados Unidos, hasta el fértil mercado canadiense”, además de que la afirmación del canadiense de que fue un hombre apodado ‘Sergei’ quien lo involucró en el narcotráfico “no suena cierto”.
“En el proceso, distribuyó y conspiró para distribuir cientos de kilogramos de cocaína, suficientes dosis individuales de veneno para destruir innumerables familias y comunidades”, insistió el Fiscal Federal de EE.UU., quien agregó que Koretskyy “describe solo una parte del viaje [a México], admitiendo que se reunió con Alex Cifuentes, pero sin reconocer que también se reunió con ‘El Chapo'”.
“Incrédulo, él afirma que no tenía ninguna participación previa en el negocio de la cocaína antes de volar a México para reunirse con los líderes de la mayor y más violenta organización de distribución de cocaína en el mundo, y va tan lejos como para afirmar que ni siquiera reconocer el nombre de ‘El Chapo’ antes de esta reunión. Esto desafía el sentido común”, enfatizó el Fiscal Federal estadounidense.
El memorando de la Corte del Distrito Sur de Nueva York narra que en el año 2011, Guzmán Loera “buscó expandir su operación de narcotráfico en Canadá, porque el precio por kilogramo de cocaína era más alto en Canadá que en Estados Unidos”.
“Durante una reunión inicial con ‘El Chapo’, informó a CS-2 [fuente confidencial] que estaban ganando entre 3 millones y 4 millones de dólares [estadounidenses] por semana, vendiendo narcóticos en Canadá”, indica el documento del tribunal federal estadounidense.
Según otro diario canadiense, The National Post, en una nota fechada en abril del 2019, ‘Russian Mike’ era propietario de una empresa de camiones canadiense, y le cobró al Cártel de Sinaloa un total de 155 mil dólares por trasladar dos cargas de cocaína de Estados Unidos a Canadá.
Documentos judiciales en poder de dicho rotativo indicaban que Koretskyy -quien también cuenta con la ciudadanía ucraniana- fue extraditado de Curazao a Estados Unidos y fue detenido en dicha isla caribeña -territorio de Países Bajos-, cuando arribó desde Toronto en un vuelo de Air Canada, el 3 de enero del 2018.
“Las acusaciones estadounidenses incluyen que conversaciones grabadas en secreto incriminan a Koretskyy y sus asociados; que una empresa de camiones que creó estaba ‘probablemente’ diseñada solo para transportar drogas; que mantuvo reuniones con miembros del cártel, incluidos algunos en México, en las que se pasaban bolsas llenas de dinero entre los traficantes; y que trasladó drogas por carretera desde Los Ángeles a Buffalo y Canadá”, agregó el National Post.
“CHAPO” APELARÍA SENTENCIA
El 11 de febrero del 2020, Jeffrey Harris Lichtman, uno de los abogados del capo sinaloense, afirmó que “El Chapo” apelaría ante el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos, del Segundo Circuito, su caso número 19-2239, archivado el 22 de julio del 2019, ante presunta mala conducta del jurado que estuvo en el juicio llevado en su contra en la Corte del Distrito Este de Nueva York.
El litigante indicó entonces que el propio ex líder del Cártel de Sinaloa estaba “ayudando, trabajando en el papeleo desde su celda” en la prisión de máxima seguridad Florence ADMAX, en Colorado.
El 22 de julio del 2019, Marc Fernich, uno de los abogados defensores del capo sinaloense -especialista en “apelaciones sofisticadas”- presentó ante el Tribunal de Apelaciones de EE.UU., un documento que pide la revisión de la condena a cadena perpetua, más 30 años de prisión, y el pago de 12 mil 166 millones 191 mil 704 dólares, que el miércoles 17 de julio del 2019, dictó a Guzmán Loera el juez federa Brian M. Cogan, en la Corte del Distrito Este de Nueva York.
“El Chapo” fue trasladado a la prisión de máxima seguridad Florence ADMAX, en Colorado, ello a pesar de que su defensa en EEE.UU. reclamó que lo necesitaban en Nueva York, para que el ex líder del Cártel de Sinaloa “los ayudara” a preparar la apelación.
Sin embargo, dicha moción fue presentada un día después de la sentencia, cuando el capo sinaloense ya había sido sacado del Centro Correccional Metropolitano neoyorquino, donde estuvo preso desde su extradición a EE.UU., el 19 de enero del 2017.
Al leer la sentencia de “El Chapo”, el 17 de julio del 2019, el juez Brian M. Cogan afirmó que hubo “montañas de evidencia” que condenaban al ex líder del Cártel de Sinaloa y dejó en claro que durante el juicio “vi las características criminales más terribles de toda mi vida como juez”.
Después de que Andrea Goldman fijó la posición de la Fiscalía, “El Chapo” habló durante 13 minutos y se quejó del trato inhumano recibido en 30 meses desde su extradición, y le dijo al juez federal que no se había hecho justicia.
“Dado que el Gobierno de los Estados Unidos me enviará a una prisión donde nunca volveré a escuchar mi nombre, aprovecho esta oportunidad para decir que aquí no había justicia”, señaló el capo sinaloense.
“Deja claro que Estados Unidos no es mejor que cualquier país corrupto que los que ustedes no respetan”, indicó “El Chapo”, quien luego dijo al juez federal: “Usted [Brian M. Cogan] alega que la acción del jurado no fue importante porque hubo muchas pruebas en mi contra”.
El capo sinaloense hizo referencia a la entrevista que el periodista Keegan Hamilton, de VICE News, le realizó a un miembro del jurado, quien denunció que sus compañeros habían seguido detalles del juicio a través de las redes sociales, a pesar de que el juez federal lo había prohibido.
“En respuesta, usted decidió no hacer nada. No quiso interrogar ni a un miembro del jurado para determinar si recibí justicia […] No quiso traer de vuelta al jurado […] ¿Por qué fuimos a juicio? ¿Por qué no me condenan desde el primer día?”, cuestionó Guzmán Loera a Brian M. Cogan.
“El juez me negó un juicio justo cuando todo el mundo lo estaba observando”, aseguró el capo sinaloense, quien también acusó de haber sido víctima de tratos “crueles e inhumanos”. Guzmán Loera dijo que sus condiciones de reclusión en el MMC equivalían a “tortura psicológica, emocional y mental”.
“Ha sido una tortura, la situación más inhumana que he vivido en toda mi vida […] Ha sido tortura física, emocional y mental”, indicó “El Chapo”, quien además abundó de que se vio obligado a beber agua no higiénica y que recibía poca luz o aire en la prisión neoyorquina.
Por su parte, el abogado Lichtman aseguró que el proceso judicial fue injusto y confió en presentar una apelación. “Este caso era una inquisición, un espectáculo, […] No importó lo que hablaron en el jurado […] Todo lo que pedimos fue un juicio justo. No estoy aquí para decir que Joaquín Guzmán fue un santo”, señaló el defensor del capo sinaloense.
“Pero él [el capo sinaloense] merece un juicio justo […] Estamos confiando en la apelación. Hay asuntos importantes, asuntos de extradición”, aseguró Lichtman en una rueda de prensa afuera de la Corte neoyorquina, donde abundó que al menos cinco miembros del jurado habrían violado la ley durante el juicio de Guzmán Loera.
Licthman dijo, además, muchos de los testigos alcanzaron acuerdos con las autoridades. “Esos asesinos que escucharon testificar ahora ya están en la calle, otros llevan años en la calle y otros próximamente saldrán”, abundó el litigante.
“Todo lo que quería, y me dijo desde el primer día: ‘Sólo quiero un juicio justo. Me dice que puedo obtener justicia aquí, solo quiero un juicio justo’. Y al final del día, nos gusta fingir que se trató de justicia, pero no fue justicia”, señaló el abogado de “El Chapo”.
“No se puede tener una situación en la que los jurados corran por ahí mintiendo, mintiendo a un juez, mintiendo a un juez sobre lo que estaban haciendo y teniendo información sobre las denuncias que el gobierno había omitido deliberadamente”, indicó el litigante estadounidense.
“Es una ficción. Es parte del juicio falso para el que estamos aquí. ¿Han estado buscando sus activos por cuánto tiempo, décadas? Antes de llegar a 12 mil 700 millones, ¿qué tal si llegan al primer dólar? Cuando tengan el primer dólar me despiertan. En este momento, hay cero”, abundó Lichtman.
“Entonces, no sé si realmente vamos a ver algo con eso, es una ficción. Sabes que si no hay activos, no sé si él puede escribir una nota para comprometerse a pagar. Si no hay activos, no hay nada que pagar. El gobierno [de EE.UU.] lo sabe”, dijo el abogado del capo sinaloense.
Varios miembros del jurado, que el 12 de febrero del 2019 declararon culpable por unanimidad al Chapo -de 10 delitos relacionados con el narcotráfico en la Corte del Distrito Este de Nueva York-, leyeron sobre el caso a través de los medios y redes sociales, rompiendo al menos dos reglas impuestas por el magistrado encargado del caso.
El juez Cogan ordenó a los 12 miembros del jurado que no revisaran el caso en los medios o en las redes sociales y que tampoco hablaran entre ellos acerca del mismo, con el objetivo de que el veredicto se pudiera decidir sólo sobre las evidencias presentadas por la Fiscalía neoyorquina.
Sin embargo, en una entrevista con el medio estadounidense VICE, uno de los jurados declaró bajo anonimato, que él, así como otros de sus compañeros, rompieron dichas reglas, ya que después de tres semanas de juicio, era muy difícil no hablar del caso entre ellos.
El jurado señaló al periodista Keegan Hamilton, que tanto él como algunos de sus compañeros acudían constantemente a las redes sociales de los periodistas que cubrían regularmente el proceso contra el capo sinaloense, mismo que terminó con un veredicto de culpabilidad y la sentencia de cadena perpetua, que fue dictada el 25 de junio del 2019.
“¿Juicio justo? #Chapolibre”, tuiteó uno de los abogados de la defensa, Eduardo Balarezo, adjuntando un enlace con la entrevista del jurado con VICE, quien aseguró, también, que los miembros del jurado mintieron al juez del caso sobre su exposición a la cobertura en la prensa del juicio en varias ocasiones.
La más sonada sería cuando, el fin de semana previo al inicio de las deliberaciones, se publicaron ciertos 75 cuartillas deselladas de documentos judiciales que aseguraban que Guzmán Loera había pagado por mantener sexo con niñas -algunas de 13 años de edad-, a las que supuestamente después el capo drogaba y violaba, porque “le daban vida”.
Según este miembro del jurado, se enteró por la red social Twitter de que el magistrado Cogan podría reunirse con ellos, así que avisó a los otros miembros del jurado que, si habían visto lo que sucedió, mantuvieran una expresión serena y lo negaran.
Sin embargo, el jurado aseguró que dicha información no influyó en la decisión final que tomaron, ya que muchos de ellos “se sentían tristes” por la idea de que Guzmán Loera pasara el resto de su vida entre rejas, mientras que otros estaban “horrorizados” por que la Fiscalía empleara a narcotraficantes en el caso contra el capo sinaloense.
“Muchas personas tenían dificultades para pensar que él estaba en régimen de aislamiento, porque, bueno, ya saben, todos somos seres humanos, la gente comete errores”, indicó este miembro del jurado a VICE, quien afirmó, además, que rompieron otra de las reglas del juez al comentar el caso una vez terminadas las jornadas, mientras volvían a sus casas o en los descansos de las sesiones.
Las deliberaciones duraron seis jornadas, más de lo que se esperaba en un proceso que parecía claro, aunque según este jurado, todo se debía a una “terca” integrante de los doce miembros. Ella decía que sí, luego se iba a casa y al día siguiente nos decía: ‘saben, pensé en ello y he cambiado de opinión”, lo que forzaba a volver sobre las deliberaciones en casos concretos.
El entrevistado recordó que el 12 de febrero del 2019, después de emitir el veredicto que halló culpable a Guzmán Loera de los 10 cargos que pesaban en su contra, “en cierto modo todos estábamos bastante tristes, luchando por evitar que se nos salieran las lágrimas aunque al final al menos cuatro personas lloraron”.
Por otro lado, según con el entrevistado, no había mucho que la defensa del Chapo pudiera hacer con toda la evidencia mostrada en contra del capo sinaloense, durante el proceso judicial que duró 12 semanas, al que se le denominó el “Juicio del Siglo”, el más caro y largo en la historia de EE.UU.
Para que el Chapo fuera sentenciado a cadena perpetua, los 18 miembros del jurado -12 titulares y 6 suplentes- debían de estar de acuerdo de forma unánime, ya que si uno de ellos no estaba de acuerdo con el veredicto del resto del panel en alguno de los 10 cargos de narcotráfico, lavado de dinero y armas, el juicio sería declarado como nulo, escenario al que había apostado desde un inicio la defensa del capo sinaloense, integrada, entre otros, por los abogados Jeffrey Lichtman, Eduardo Balarezo y William Púrpura.