Tal parece que la presidente municipal y diputada federal con licencia, Marina del Pilar Ávila Olmeda, encontró la forma de mantener el control de los últimos meses de administración de la alcaldesa Guadalupe Mora Quiñónez, acelerando el proceso de entrega-recepción y ubicando al frente de la misma a su fiel escudero, Netzahualcóyotl Jáuregui Santillán.
Quien fuera su secretario del Ayuntamiento, consolidado como uno de los pocos personajes con la entera certeza de que su consejo tendrá mayor peso en torno a las decisiones trascendentes de Marina, es el encargado de monitorear detalladamente el cambio de gobierno, en el cual evidentemente tanto él como su jefa y amiga, están involucrados.
El lunes 19 de julio, las oficinas de Presidencia tuvieron la reunión más esperada entre la alcaldesa Guadalupe Mora y la presidente municipal electa, Norma Bustamante Martínez, entre quienes es bien sabido, hay una relación sumamente ríspida, la cual trasciende el escenario político. Intentando disimular su mutuo desprecio, ambas se abrazaron y compartieron elogios frente a los medios de comunicación, los cuales captaron el tenso encuentro que culminó luego de varias horas.
Más allá de la lectura frívola sobre sus conflictos personales, lo verdaderamente importante en este primer encuentro es la activa intervención de Marina del Pilar por medio de su hombre de mayor confianza, cuando en condiciones normales estaría preparándose para recibir el siguiente gobierno estatal, el cual su actual titular, Jaime Bonilla Valdez, aún no desea soltar, pues no se ha iniciado el cambio de estafeta.
Y en cierta forma es comprensible, puesto que el gobierno de Marina en Mexicali tuvo señalamientos de omisión o posibles actos de corrupción, como la “desaparición” de 3 millones de pesos de la extinta Dirección de Desarrollo Social, ahora Bienestar Social; el otorgamiento de contratos millonarios a empresas sospechosas que compartían domicilios; las basificaciones “atípicas” a personas allegadas al morenismo, entre otras cuestiones.
Por cierto, un gran tache recibe Norma Bustamante, pues, al igual que la alcaldesa electa de Tijuana, Montserrat Caballero, no brindó un espacio para las mujeres dentro de la primera reunión de transición.
Las alcaldesas de los municipios más grandes del Estado, no le dan preferencia -o al menos paridad- a las mujeres, puesto que además de Jáuregui, Norma tuvo al frente de su transición a Ricardo Ledesma Ochoa, ex subdirector administrativo de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Mexicali (CESPM); el síndico procurador, Héctor Israel Ceseña; Francisco Javier Altamira Rodríguez y Daniel Humberto Valenzuela Alcocer, este último, x aspirante a consejero distrital. Esperemos que esta conducta no se repita dentro de la administración municipal.
Lo curioso es que Marina del Pilar Ávila está muy al pendiente de lo que ocurre en el gobierno de Mexicali, aunque parece no tener interés en los desvaríos que lleva a cabo la actual administración en torno a la deuda pública, los compromisos de gobierno, las concesiones que pretende otorgar y prácticamente todo el desastre financiero que heredará de Bonilla.
CHAROLEANDO
Tal parece que los diputados Juan Manuel Molina y Víctor Navarro, creyeron que charoleando con la figura de la futura gobernadora, Marina del Pilar Ávila Olmeda, conseguirían lo que quisieran en la siguiente administración, pero no fue así. Particularmente Navarro intentó chamaquear a los nuevos legisladores vinotinto, con la intención de apoderarse de las direcciones, de la coordinación de la bancada y de la Comisión de Administración… pero no contaba con que los nuevos legisladores le hicieran frente para impedirle su avance.
Al final, el legislador morenista, quien hizo y deshizo como quiso el dinero del Congreso del Estado sin rendirle cuentas a nadie, permanecerá al frente de dicho encargo, pero tendrá que compartir el pastel de la XXIV Legislatura, puesto que Rocío Adame será la nueva coordinadora.
Advertimos a los próximos diputados tener cuidado, porque si se descuidan, entre broma y broma, Víctor Navarro se apoderará hasta de las oficinas del Poder Legislativo.