Precursor de la actividad empresarial en Tijuana, con aportaciones al sector de las tiendas minoristas, don Alejandro Limón Padilla falleció el miércoles 7 de julio en San Diego, California.
Se le recordará por la cadena de supermercados Limón, que operó en conjunto con sus hermanos Alberto e Irineo durante los años sesenta, setenta y principios de los ochenta, con gran auge.
En esa etapa de apogeo, don Alejandro se erigió como un líder del empresariado, presidiendo en 1979 la Cámara Nacional de Comercio en Tijuana.
La trayectoria de Limón Padilla no se limitó al ámbito comercial. Destacó por su pertenencia a grupos de la sociedad, como forjador del Grupo Madrugadores, del que fuera coordinador; y como integrante del Club Rotario.
Además, presidió el patronato del Instituto Tecnológico de Tijuana (ITT), el Consejo Directivo de la Cruz Roja y fungió como consejero de CETYS Universidad.
En 1987, en conjunto con sus hermanos Alberto e Irineo, estableció la Fundación Limón Padilla, encaminada al otorgamiento de becas y apoyos económicos a estudiantes inscritos en los niveles de educación superior y media superior. A partir de esa iniciativa, cientos de alumnos del ITT y de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) sacaron adelante sus estudios.
“Nuestra misión siempre ha sido elevar el nivel educativo de los jóvenes de nuestra comunidad, al apoyar futuros profesionistas, sabemos que estamos contribuyendo para desarrollar nuestro Estado, nuestra ciudad y nuestro país. A quienes integramos la Fundación Limón Padilla nos da enorme satisfacción saber que a través de los años, hemos logrado apoyar a jóvenes, dándoles una mejor oportunidad para salir adelante en la vida”, enunció en noviembre de 2017 don Alejandro Limón Padilla, con motivo del galardón que el Grupo 21 de Tijuana otorgó a la organización filantrópica en su 30 Aniversario.
Para entonces, la fundación había entregado 540 becas educativas, incluidas las de cien estudiantes que en ese periodo aún estaban cursando sus estudios profesionales en el ITT.
En octubre de 2018, la UABC también reconocería las acciones de la fundación, por haber “contribuido en la formación profesional de 590 tijuanenses”, 298 de ellos, educados en la Máxima Casa de Estudios de la entidad.
En representación de sus hermanos (quienes ya habían fallecido), don Alejandro recibió la distinción y conminó a la población estudiantil, en especial, a imprimir calidad en sus actividades profesionales.
A propósito de su deceso, a los 89 años de edad, Grupo Madrugadores de Tijuana lamentó la pérdida y describió a Alejandro Limón Padilla como un “amigo madrugador”.
La Cruz Roja de Tijuana también se pronunció respecto al “sensible fallecimiento” de quien fuera su forjador y benefactor: “Don Alejandro Limón Padilla, un hombre admirable y de espíritu altruista, que a lo largo de su vida impulsó grandes causas”.
El Consejo de Desarrollo de Tijuana lo recordó como alguien “estimado por los tijuanenses, reconocido por destacable labor a favor de la educación y el desarrollo de esta ciudad”.
Fundación Castro Limón, enfocada en apoyar a niños con cáncer, se refirió al emprendedor como “un gran ser humano, con un alma noble y altruista que impactó de manera positiva en la vida de decenas de niñas, niños y adolescentes” afectados por el padecimiento.
En su faceta como empresario del ramo minorista, junto a sus hermanos Alberto e Irineo, abrió la tienda Limón en la colonia Morelos, el establecimiento Hermanos Limón en la Independencia y, de la misma manera, locales identificados con el apellido paterno en la delegación La Mesa y la colonia Ruiz Cortines, Zona Centro (en este caso el negocio sería arrasado por un incendio) y uno más en la calle Constitución.
De igual modo, a partir de la década de los setenta, las tiendas Limón Las Brisas y La Villa, como parte de una compañía que llegó a tener presencia en Ensenada.
Tales fueron algunos de los aportes de don Alejandro Limón Padilla a la actividad económica de Baja California, a los que se suman sus acciones en beneficio de la comunidad. Descanse en paz.