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martes, octubre 1, 2024
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Crisis de indigencia en Tijuana; gobierno indiferente y omiso

Para funcionarios locales, organizaciones no gubernamentales y ciudadanía, es evidente el incremento de personas en situación de calle, pero no hay estadísticas de esa población. Alcaldesa pedirá apoyo a la Federación, ya que al día se reciben 300 repatriados. Campamento de El Chaparral ya es una situación “insostenible”, señala el delegado de Zona Centro

“Aquí en el Centro hay mucho indigente. El otro día vino un señor ya mayor que se quejó de que salió del carro y alguien llegó a pedirle dinero, y después llegó una persona que estaba mal de sus facultades mentales y se paró frente a él”, relató Guadalupe, dependiente de un local localizado sobre Avenida Mutualismo.

Para la ciudadana, este es un factor por el que la gente ya no acude al Centro de Tijuana, donde negocios como en el que trabaja, han tenido una lenta recuperación, pese a que el semáforo epidemiológico derivado del virus SARS CoV-2 continúa en Verde.

Guadalupe pidió a la alcaldesa Karla Ruiz Macfarland y al gobernador Jaime Bonilla Valdez, atender el problema en la Zona Centro: “Somos la entrada de la ciudad, y la verdad, ustedes mismos se dan cuenta que no estamos bien, no se ve bien”.

Julián Palombo, presidente de la Asociación de Comerciantes Turísticos de Tijuana, estimó que la población en situación de calle incrementó 10% en la zona turística del Centro, aunque el problema no es exclusivo de esa área, ya que se observa en toda la ciudad.

“La razón por la que es más alta la proliferación en el Centro, es porque para ellos esto representa un paraíso, porque todo lo tienen al alcance de la mano, sin ningún esfuerzo”, subrayó.

Héctor Javier Jiménez Gómez, Delegado de Playas de Tijuana / Melba Adriana Olvera Rodríguez, Directora de Atención al Migrante en Tijuana / Marcelo Hinojosa, Delegado Zona Centro, Tijuana

Generalmente son los mismos a los que se apoya con alimento, ropa, calzado, y en muchos casos les dan dinero. Palombo destacó que a menudo los clientes se quejan con los comerciantes de que son abordados por indigentes para pedirles dinero y otros son agresivos. Además, los mismos locatarios deben limpiar la suciedad que dejan las personas en situación de calle afuera de los establecimientos, sobre todo de aquellos que tienen marquesina o techos para resguardarse.

En los lugares donde se deposita la basura, las personas en indigencia rompen las bolsas para sacar los materiales que pueden vender, dejando el resto de los desperdicios regados en la vía pública.

Además, locales desocupados están siendo utilizados como “picaderos”, por lo que, de acuerdo con el presidente de la Asociación de Comerciantes Turísticos de Tijuana, “es un problema que urge resolver”, principalmente para la recuperación y bienestar de ellos, de su familia y para mejorar la imagen de la ciudad, ya que algunos turistas temen visitar la ciudad.

“Es un problema que urge resolver, que los reubiquen y haya orden, porque (están) en cada esquina, en la Línea Internacional, y hay gente que ya no quiere regresar por esa situación”, reiteró Julián Palombo.

 

DEL CHAPARRAL, AL PARQUE TENIENTE GUERRERO

Marcello Hinojosa Jiménez, delegado de la Zona Centro, reconoció que ha habido un aumento “sustancial” de personas en condición de calle. El área cercana al campamento de El Chaparral (donde actualmente vive entre mil 500 y 2 mil personas en la calle, 500 de estas menores de edad) se ha convertido en una “situación insostenible” por los “muchos recursos” que la demarcación debe destinar para que el lugar esté limpio y con presencia policiaca permanente y, aun así, surgen actos de vandalismo.

“Tenemos gente rompiendo vidrios, grafiteando las fachadas de los comercios afuera del campamento. Cuando pasan para acá (al otro lado del Río) también estamos teniendo muchas situaciones de inseguridad, de cristalazos, de asaltos”, refirió el funcionario.

Asimismo, expuso que solo en el turno matutino, la Estancia Municipal recoge a más de 120 personas en situación de calle, “ellos también comentan que es complicado, porque nada más los recogen, los llevan y al siguiente día están otra vez ahí”.

La Dirección de Bomberos de Tijuana observa una tendencia al alza en incendios de alcantarillas cercanas a la canalización y a sus inmediaciones, la mayoría provocados por personas en situación de calle que pretenden quitarle el plástico al alambre -que muchas veces se roban- para vender el cobre.

En lo que va de 2021 se han contabilizado 24 siniestros de este tipo, siendo junio el mes con más incendios (10), seguido de mayo (seis), enero (tres), febrero y marzo (dos); así como uno en abril. El humo derivado de la quema de plásticos provoca disminución de visibilidad para los automovilistas que circulan por la Vía Rápida.

Las personas en condición de calle están por prácticamente todo el Centro, desde Avenida Internacional hasta Zona Río. Residentes y comerciantes del área del Parque Teniente Guerrero denuncian que personas que pernoctan entre los arbustos, al pie de la biblioteca y en el quiosco se drogan, hacen sus necesidades en los jardines y roban agua de los medidores para lavar automóviles.

EN LA PLAYA HABITAN HASTA 80

Ante la indiferencia y pasividad de autoridades de los tres órdenes de gobierno de la autollamada Cuarta Transformación, el número de personas en situación de calle va en aumento en Tijuana.

En enero de 2020, un censo elaborado por el Ayuntamiento estimó que tan solo en una parte de la canalización del Río Tijuana (la más cercana a la Garita de San Ysidro) vivían entre 2 mil y 3 mil personas.

Para funcionarios locales, organizaciones no gubernamentales y ciudadanía, es patente el incremento de las personas que viven en casas de cartón en cruceros, debajo de puentes, en paradas de autobús, parques y áreas verdes, huecos en la tierra y/o alcantarillas, entre otros espacios de las nueve delegaciones de Tijuana, aunque se desconoce la dimensión del problema.

En un área donde también hay mucha concentración es en la playa, Malecón y Parque México de la delegación Playas de Tijuana. El delegado Héctor Javier Jiménez Gómez indicó que se han contabilizado hasta 80 personas en condición de calle en la zona de playa, pero no es posible retirarlas si no están infringiendo la Ley o de forma no voluntaria, con excepción de un predio privado en La Perla, donde sus dueños pidieron apoyo para desalojarlos.

“Desde que se abrió la playa ya disminuyó la cantidad. Nos hemos dado vueltas y hemos visto alrededor de 30, 40… quiero pensar que los demás ya se fueron, porque la playa ya está abierta”, dijo Jiménez Gómez.

Agregó que, en dos ocasiones, a las personas que se encontraban en la playa se les invitó a ir a un refugio o centro de rehabilitación, pero “desgraciadamente ninguno ha querido participar”.

Aquellos que se encuentran en el Parque México, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública se los lleva porque “hacen destrozos con el alumbrado público, como que ya encontraron el tablero, nos apagan la luz y hacen su tendero de ropa”, subrayó el delegado de Playas de Tijuana.

Una queja de comerciantes de la zona, es que las personas en situación de calle llegan y piden dinero. “Pido apoyo a Seguridad Pública, pero me hace la mención de que ellos no se los pueden llevar mientras no estén haciendo algo”, lamentó.

Esta semana, la Secretaría de Desarrollo Económico de Tijuana emprendió una remodelación del faro hasta los arcos, con una inversión de 5.8 millones de pesos para colocar focos LED para un espectáculo de música y luces que atraiga a más turistas, aunque, acorde con el delegado de Playas, “tenemos la preocupación” de que los indigentes puedan robarse la instalación, así que se está buscando la forma de dar una solución.

En un recorrido hecho por ZETA, se observó que un hombre habita un agujero debajo del Malecón, otros deambulan por esa área y unos más se asentaron en una sección de la cañada. Una turista estadounidense que se encontraba en el lugar, reconoció a este Semanario sentir “un poco miedo” visitar el área: “He estado en Manzanillo, Puerto Vallarta, Cancún, y no me ha tocado ver lugares así, creo que deben darle una arregladita”. Aunado a Playas de Tijuana, también se ha observado a personas en situación de calle en el fraccionamiento Soler.

SIN ESTRATEGIA PARA SOLUCIONAR EL PROBLEMA

La secretaria de Bienestar Social del XXIII Ayuntamiento de Tijuana, Melba Adriana Olvera Rodríguez, consideró que no debe estigmatizarse a quienes están situación de calle, ya que esa población está compuesta por personas con diferentes vulnerabilidades y no todas consumen estupefacientes y/o delinquen.

Un segmento de esa población es migrante, ya sea deportado de Estados Unidos o personas extranjeras o nacionales que buscan llegar al país del Norte. Otro parte son personas que tienen tiempo viviendo en la ciudad y se encuentran en extrema pobreza. Destaca la presencia de adultos mayores y cada vez más núcleos familiares.

Otro grupo son personas que tienen alguna discapacidad psicosocial, un trastorno y/o enfermedad mental, como autismo, depresión, esquizofrenia y demencia de ciertos tipos, como Alzhéimer.

Además, hay adolescentes que por temas de violencia en la familia salen de sus hogares a edades muy tempranas, y gran cantidad de ellos termina involucrado en consumo de algún estupefaciente.

A decir de la funcionaria, la labor de la dependencia es llevar ayuda humanitaria a esa población y acercar servicios como la expedición de documentos de identificación. En enero de 2020 se atendió a 500 personas en la canalización. Al ser interrogada respecto a qué porcentaje de estas consumían alguna sustancia, Olvera Rodríguez respondió: “No te puedo decir, porque no es un dato que ellos tengan la obligación de revelar, sin embargo, hubo muy pocos ingresos a la comunidad terapéutica”.

Según los datos proporcionados, de las 500 personas asistidas con alimentos, consultas médicas, 2 mil 600 jeringas y 3 mil preservativos, solo 37 personas (32 hombres y cinco mujeres) accedieron a internarse voluntariamente en un centro de rehabilitación.

A propósito del problema de drogadicción en esta población, el director de Instituto contra las Adicciones de Baja California, Marco Antonio García Enríquez, hizo alusión a estudios internacionales que indican que menos del 5% de las personas en situación de calle quedaron en esa condición por tener una enfermedad mental grave; de las que llegaron por consumo de sustancia es menos del 20%, por lo que las discapacidades psicosociales serían las condicionantes.

Respecto a si tal diagnóstico representa lo que ocurre en Baja California, “no podemos transpolarlo directamente, porque no sería metodológicamente adecuado, pero sí debemos considerar que esa es la realidad a nivel mundial; evidentemente sí hay consumo (de estupefacientes) en personas que se encuentran en calle, pero muchas veces para paliar los efectos de vivir en una situación marginalizada”, indicó el psiquiatra.

En cuanto al panorama de adicciones en BC, “es difícil” determinarlo, ya que las últimas encuestas son relativamente viejas. “La Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat) de 2018 sí habla de un pequeño incremento, pero tenemos que compararlo con el incremento a nivel mundial”, complementó.

En Baja California existe un incremento en el consumo de sustancias como marihuana, metanfetaminas y la heroína, siendo la primera la de mayor aumento (2%), y la heroína la de menor (1%).

La media en que se comienza a consumir droga en la entidad, está entre 12 y los 14 años de edad, y a nivel nacional, entre 15 y 16 años. “Realmente existe una exposición temprana a las sustancias, pero si lo comparamos con el panorama mundial, no estamos en una situación tan crítica como otras circunstancias, pero obviamente tenemos que tratar de ayudar a todos y evitar que el consumo sea tan temprano”, precisó García Enríquez.

El presupuesto para prevenir y tratar las adicciones en Baja California es de 84 millones de pesos, y, según la secretaria de Bienestar Social, Melba Adriana Olvera, lo que está fallando para brindar empleo a las personas en situación de calle, es un espacio donde se les atienda integralmente y se garantice su derecho a la salud mental.

 

AYUNTAMIENTO PEDIRÁ AYUDA A FEDERACIÓN: RUIZ MACFARLAND

A la falta de un espacio público, se suman decisiones del Gobierno de México, que agravan el problema, como haber eliminado el Seguro Popular, que dejó a personas sin atención psiquiátrica. En suma, la mayor parte de las acciones gubernamentales se circunscriben al asistencialismo.

En opinión de Claudia Portela, coordinadora del Comedor Salesiano del Padre Chava, no hay una estrategia integral, clara y coordinada que intente resolver de fondo el problema de las personas en situación de calle mediante políticas públicas que traspasen funcionarios y administraciones.

Que “trabajen codo a codo” con las asociaciones para dignificar al ser humano, para que en vez de que la gente se acerque a la ayuda, la ayuda esté en los lugares donde está la gente vulnerable o en situación de calle, y de ese modo esta población tenga la alternativa de no estar ahí y reintegrarse a la sociedad lo más armónicamente posible.

Cuestionada sobre el tema, la alcaldesa Karla Patricia Ruiz Macfarland reconoció el aumento de la población en calle, achacándola a que diariamente se reciben 300 repatriados, mientras la autoridad estadounidense da asilo a alrededor de 50 personas.

Adelantó que este fin de semana tendrá una reunión con funcionarios del gobierno estatal y de la Secretaría de Relaciones Exteriores para abordar el tema. La intención es hacer un censo real para tratar el problema, que es de la ciudad, pero “la ciudad no se va a dar abasto con políticas que están haciendo con decisiones a un alto nivel”, resaltó Ruiz Macfarland.

“Nosotros nos basamos en un presupuesto, pero si luego hacen políticas arriba que nos terminan afectando, no se me hace justo, y nos tienen que mandar un recurso extraordinario o algo extra para ayudarnos a combatir esa situación”, aseveró, sin precisar cuánto se necesitaría para atender la situación.

Autor(a)

Julieta Aragón
Julieta Aragón
Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco. Cursé la maestría de Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y sigo en proceso de tesis. Soy reportera de ZETA desde 2017.
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