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miércoles, octubre 2, 2024
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Aumenta crisis migratoria en El Chaparral

A cuatro meses de que se instalara el campamento migrante en el cruce peatonal a Estados Unidos, El Chaparral, la cantidad de personas que pernoctan en este lugar aumentó; pasando de 800 a 2 mil 500 personas en casas de campaña a la intemperie y sin servicios básicos.
Los migrantes que habitan en este lugar en su mayoría provienen de Centroamérica (Honduras, Guatemala, El Salvador), además de la población de origen haitiano. No solo hay personas en contexto de movilidad de otras nacionalidades, también hay familias enteras de varios estados de la república mexicana.
De acuerdo con observadores y miembros de organizaciones de la sociedad civil que velan por los derechos humanos de los migrantes, la población infantil aproximada es de 800 niños, en su gran mayoría acompañados de sus familiares.
Las personas que se encuentran en este punto desde hace cuatro meses exigen a las autoridades norteamericanas les brinde la posibilidad de entrar a su país y obtener una residencia por razones de ayuda humanitaria.
Argumentan que regresar a su país es imposible, ya que se quedaron sin recursos luego de vender sus pertenencias para poder llegar a la frontera entre México y Estados Unidos. Irene Rincón de Honduras, comentó que en los cuatro meses la única atención que han recibido es gracias a asociaciones que los visitan y los apoyan en el proceso de solicitud de asilo.
La asociación civil binacional “Al Otro Lado” ha estado apoyando a los migrantes que se encuentran en este punto para poder recibir refugio por parte de las autoridades norteamericanas.
Apenas hace una semana, una pareja de origen mexicano, proveniente del estado de Michoacán, logró cruzar hacia Estados Unidos, luego de tres meses viviendo en una casa de campaña instalada en El Chaparral.
Jesús y Guadalupe se conocieron en el campamento y se hicieron pareja en este lugar. Aunque ambos venían de Michoacán, sus pueblos se encontraban controlados por carteles del narcotráfico distintos. En uno imperaba el Cartel Jalisco Nueva Generación, mientras que en el otro la organización criminal Cárteles Unidos.
Jesús es deportado, luego de 20 años trabajando de manera indocumentada en EU decidió regresar a su pueblo para poner un negocio y fincar su patrimonio, como plan de vida para el retiro, pero la violencia no le permitió disfrutar de los frutos de su trabajo. Comandos armados le cobraban piso, se negó a pagar; le incendiaron su casa y negocio.
A Guadalupe le asesinaron a su esposo y luego a su hijo de 17 años tres hombres armados luego de que su ex esposo impidiera que los delincuentes se llevaran a su primogénito. Ella se quedó sola, buscó a las autoridades de seguridad y estas le aconsejaron mejor irse del lugar porque si los sicarios se entraban de que denunció la matarían, entonces viajó a Tijuana.
Del 19 de febrero al 17 junio de este año la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la agencia de la ONU para la migración, reportó el cruce de 12 mil 190 personas con casos activos en el Protocolo de Atención al Migrante a las que se les hizo prueba COVID y que fueron acompañadas a EEUU.

De estas cruzaron desde Tijuana a 2 mil 531 personas; en Matamoros la cifra es de 2 mil 351; en Ciudad Juárez son 5 mil 113 personas las apoyadas; en Reynosa, 884; en Nuevo Laredo, 516 personas, y en Piedras Negras, 795 personas.

Autor(a)

Alejandro Arturo Villa
Alejandro Arturo Villa
Reportero de investigación del Semanario ZETA. Miembro del Border Hub y el International Center For Journalists.
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