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martes, octubre 1, 2024
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Un metro herido

Hace más de una semana la Ciudad de México vivió una de sus historias más tristes, la tan publicitada Línea 12 del transporte colectivo Metro colapsó. El saldo hasta el momento: más de 25 muertes y una cantidad importante de heridos. Ver las imágenes de la tragedia es aterrador. No cabe duda que la vida está hecha de instantes y en uno de ellos a varias familias les cambió la vida para siempre.

De la sorpresa y el miedo que sentimos todos los que aquí vivimos -ya que a cualquiera le pudo haber sucedido- pasamos a la frustración y al enojo. ¿Cómo pudo suceder? ¿De la noche a la mañana se venció, así sin más ni más? ¿Nadie revisa las Líneas del Metro? ¿No hay obras de mantenimiento?

Debemos recordar que alrededor de 5 millones de pasajeros utilizan diariamente este vital transporte, según cifras del Inegi. No me quiero imaginar el tamaño de la desgracia si el desafortunado accidente se hubiera presentado en las llamadas “horas pico” y no al finalizar casi la jornada laboral.

Pasan los días y hay dos interrogantes que brotan a cántaros: la primera de ellas es la responsabilidad de funcionarios y ex funcionarios, así como de las empresas constructoras participantes; y la segunda son las condiciones en que se encuentran las demás Líneas del Metro. Si colapsó la vía más nueva, qué podemos esperar de aquéllas que tienen infinidad de años funcionando diariamente.

La Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum tuvo acierto y error en medio de la crisis; el asistir presencialmente al lugar de los hechos fue fundamental para intentar general algo de tranquilidad. Es decir, que la máxima autoridad de la Ciudad de México se presente in situ, manda un mensaje de solidaridad y respaldo. Su error fue catalogar desde el primer momento la tragedia como “incidente”. Sigo sin entender por qué se aferra a utilizar ese adjetivo; desconozco sus motivaciones, pero parece querer minimizar la situación por cálculos políticos.

Hablando de situaciones políticas, los partidos de oposición han querido obtener dividendos electorales y francamente se han visto mal; se les olvida que la gente tiene una opinión negativa sobre ellos, trátese de quien se trate. Cuando sucede algo tan lamentable como lo que pasó en la Línea 12, lo que debe hacerse es “montarse” en la opinión ciudadana, no querer encabezar clases de moralidad o buen gobierno. Por eso les va como les va.

Pero también está el otro lado de la moneda. Si la Jefa de Gobierno fuera de un partido distinto al Gobierno Federal, es muy probable que hasta órdenes de aprehensión ya se hubieran girado en tiempo récord por la Fiscalía General de la República contra funcionarios de oposición.

Es de reconocer que Claudia Sheinbaum cuando se trata de señalar responsables en diferentes temas, lo hace; se le podrán criticar varias cosas, pero cuando enfrenta situaciones complejas tiende a salir avante. La forma en que ha organizado la logística de vacunación en la ciudad más poblada de México es un claro ejemplo de lo anterior.

Aun así, también sus funcionarios deberán tener responsabilidades, no solo se trata de “mandar el balón hacia atrás”. En la forma en que se investigue, transparente y castigue a culpables (públicos y privados) dependerá el legado de su gobierno y también su futuro político.

Por lo pronto la Ciudad de México sigue de luto, está herida y asustada. Un medio de transporte tan importante como el Metro no debe tener la más mínima sospecha. Ojalá y verdaderamente estén tomando cartas en el asunto. No hay margen de maniobra.

 

Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas y comunicación.

@CasoAlejandro

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Alejandro Caso
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Alejandro Caso Niebla Alejandro Caso Niebla Alejandro Caso 4 zeta@zeta.com
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