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viernes, febrero 16, 2024
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La banda grupera

Ernesto Ruffo Appel fue criticado algunas ocasiones por su lenguaje. Pero era más por estarlo jeringándolo políticamente. Le tachaban de “cantinflesco”. Mas este ex gobernador tiene ocurrencias certeras. En el mero clavo. Cuando estaba en el poder recuerdo aquélla de “muchos tenemos todavía el Síndrome de Pedro Infante”, o “de La Rumorosa para abajo todo es Sonora”. Luego aquélla cuando dejó el gabinete ampliado foxista: “Me atienden pero no me entienden”. Vino entonces la adivinación política: “Al PAN le hace falta perder”. Total. Hay muchas más que valdrían la pena recontarlas. Pero la última me sorprendió. Dijo que Acción Nacional no iría más adelante. Todo porque adentro se practicaba eso de “la banda grupera”. Así Ruffo dijo en tres palabras lo lamentablemente sucedido en su partido: Ya son muchos grupotes, grupos y grupitos. Todos contra todos. Se perdió el verdadero espíritu de Acción Nacional. Desapareció la unidad. Cada conjunto “jala” para su lado y empuja a cuantos se le ponen por atrás, a un lado o enfrente.

Estoy de acuerdo totalmente con el ex gobernador. Por eso hace meses comenté la conveniencia de convertirlo en candidato a Senador de la República. Mi hipótesis fue: Primero, se provocaría el renacimiento de unidad panista. Eso despertaría la verdadera competencia en la política. Los demás partidos se preocuparían por seleccionar mejores pretendientes a figurar en las boletas. Estarían conscientes que Ruffo podría “arrastrar” otros candidatos del PAN al triunfo. Y el saldo de todo esto: Los bajacalifornianos tendríamos un mayor atractivo para ir a las urnas. Aparte estaríamos más satisfechos con mejores senadores y diputados federales este año.


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Lamentablemente el ex gobernador no aceptó. Todo mundo supo los motivos: Después de gobernar descuidó sus negocios. Sufrió el divorcio. Se dio a la tarea de recuperar empresas y encontró nueva pareja. No quería tropezarse dos veces con la misma piedra. Pero eso sí, dijo estar dispuesto a respaldar la campaña de Acción Nacional. Por eso aceptó ser candidato suplente a Senador. Pero me imagino: Después de eso sintió harto desfiguro, pleito y escándalo. Por eso ya no se aparece en su partido. Ni acompaña para nada al candidato a senador propietario. La última vez que se dejó ver fue en la visita de Felipe Calderón a Tijuana, ya como candidato presidencial. Con su presencia Ruffo demostró lo institucional. En Baja California era promotor de Santiago Creel. Estuvo acompañándolo durante sus rápidas giras al Estado. Como quien dice “le arrimó gente”. Y Calderón, sabiendo de eso, no le mostró rencor. Por el contrario. Públicamente agradeció la asistencia del ex gobernador.

Pero esto que los políticos llaman “civilidad” no se ve en las infanterías. Allí es puro pleito. Por eso la referencia de Ruffo: “La banda grupera”. Un caso. Recientemente el Comité Ejecutivo Nacional panista dispuso para las mujeres dos de las ocho candidaturas a diputado federal. Se escandalizaron los numerosos panistas que ya andaban apuntados para figurar en las boletas. Alegaron discriminación. Se lanzaron contra sus directivos. Los reporteros gozaron. Encontraban en cada panista una fácil declaración tronante contra eso de favorecer a las mujeres. Me ha dado la impresión como si esto en lugar de partido fuera un cuadrilátero. Lucha campal sin límite de tiempo. Mezclados rudos con técnicos. De veras. Es un verdadero circo. Si como dicen, los trapos sucios se lavan en casa, eso aquí no vale. Un día declara cierto ardido panista y al otro le contestan con tanta o más pasión. No hay compostura. Lejos de la tradicional reunión a puerta cerrada o en un lugar no muy público, casi casi es un griterío a media calle. Ya no fue un secreto para los periodistas: Los dolidos y por ello inconformes se reunieron según eso en privado. Ahora el objetivo no fue tanto rechazar las candidaturas para las damas. No. Pedir la destitución de su dirigente estatal. Todo esto da la impresión de más ambición personal. Los objetivos políticos, realmente políticos quedaron atrás. De los principios panistas ni se acuerdan. Es un desbarajuste.

Entre 1960 y 89 muchos de los que ahora andan encabritados todavía no nacían o eran niños. En aquellos años el Partido Acción Nacional andaba en cada elección rogando a ver quién quería ser candidato. Entonces no había IFE y por eso tampoco dinero fácil para las campañas. Cada quien se rascaba con sus uñas. O sacaba voluntad de su cartera. Eso y la seguridad que el PRI ganaría “de todas formas” dificultaban encontrar candidato. Por eso los panistas, que eran muy pocos, lo mismo aceptaban ser aspirantes a regidor en esta campaña que a gobernador en la siguiente. Y si no había quién, también le entraban por la senaduría. O como sucedió con don Salvador Rosas Magallón, hasta para Presidencia de la República. Ya sabía que por purititas trampas del PRI no iba a ganar. Pero le sobraba constancia. Amor a la camiseta. Eso sí, terminando cada campaña le debía a todo mundo. Y ahí pian pianito les iba pagando.


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Pero llegó el 89 con Ruffo. Entonces “El Maquío” Clouthier anduvo en Baja California rogándole a no asociados panistas que fueran candidatos. Le batalló. No todos quisieron. Por eso entraron desconocidos. Nada de afiliados. Simplemente simpatizantes. Cuando ganaron de calle fue por la popularidad de Ruffo y el hartazgo ciudadano de los malos gobiernos priístas. Entonces fue cuando aparecieron “panistas” por todos lados. Se “colaron” al gobierno. Luego sorprendieron figurando en las candidaturas. Y desde entonces muchos viven del presupuesto y otros en el error. Dizque panistas haciendo buena aquella frase inolvidable del priísta César Garizurieta: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.

La “onda” de la “banda grupera” está destrozando al Partido Acción Nacional. La pelea que están dando adentro, nunca la ofrecieron afuera. Por eso los bajacalifornianos se hartaron. Ni se pararon en las casillas la última elección. Sólo 3 de cada 10 habitantes votaron. Por eso el PRI les tundió en Tijuana y Mexicali. Allí despacharon durante años y como alcaldes puros panistas. Y lo que ha sucedido desgraciadamente: La alternancia sucedió. Pero no la transición. Los derrotados siguen criticando a los vencedores. Y éstos no paran sacando los defectos de aquéllos. Ni hacen ni dejan hacer. Y en ese ir y venir de acusaciones tercia el PRD. Les agarra como pera de boxeo. No los suelta. Motivos no faltan.

Pero en el PRI no hay precisamente política y menos unidad. Jorge Hank Rhon se apropió del partido. Parece que lo compró. A dos de sus ex empleados los puso como dirigentes en Tijuana y Mexicali. Se está convirtiendo en el gran elector. A sus posibles candidatos les dará el beso del diablo. Los electores no los quieren. Si son los que se mencionan serán por el capricho del júnior y no bajo decisión del partido. El auténtico priísmo se alejó. Los institucionales se mantienen a distancia. Ni siquiera hacen roncha.

Y en el PRD andan tan o peor que el PAN. Siempre peleándose. Pero igual a los panistas. Le entran al protagonismo y en lugar de hablar para entenderse, les encanta aparecer en los periódicos para decir que sus directivos son ilegales o, al contrario. Desaprovechan la oportunidad de convertirse en vigilantes morales de los partidos en el poder, para dedicarse a pleitos de estilo callejero.

La política de “banda grupera” está en todos los partidos políticos de Baja California. Resaltando la única en el PRI y de Jorge Hank a punta de puro billete y capricho. Presumiendo de amistad y casi parentesco con Roberto Madrazo. Pero como sea: Están ofreciendo un espectáculo arrabalero. De clásico “descontón”. Me temo que de seguir así sucederán una de dos cosas en las próximas elecciones: O el voto será mucho y de castigo contra PRI y PAN. O la abstención aumentará en las casillas electorales. Se acorrientó el quehacer político. Atrás quedó la disciplina. Desapareció la unidad. Democracia significa pleitos personales. “El dedazo” se invirtió. Ahora ya no viene “de arriba”. Sale “de abajo”. Se impone así un júnior como Jorge Hank a todo el PRI nacional. La política es un desbarajuste en Baja California. Pura “banda grupera”.

 

Tomado de la colección Dobleplana de Jesús Blancornelas,

publicado por primera vez en enero de 2006.

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Jesús Blancornelas
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