El segundo y último debate del Instituto Estatal Electoral para la alcaldía de Tijuana se llevó a cabo con la ausencia de tres contendientes, mientras que de los cuatro que sí participaron, Jorge Ramos y Montserrat Caballero acapararon la discusión, con acusaciones mutuas en materia de inseguridad y corrupción.
Además del abanderado de la alianza PAN-PRI-PRD y de la contendiente de la coalición Morena-PT-PVEM, accedieron a participar Adriana Milanés de Movimiento Ciudadano, y Katia Bustillos, del Partido Baja California. Ambas a su vez criticaron la gestión de Ramos como alcalde de Tijuana (durante 2007-2010) así como los gobiernos emanados de Morena.
Las ausentes a este ejercicio de disertación, que contó con la moderación de José Ibarra y Estefanía Báez, fueron las candidatas de Indira Leyzaola, de Encuentro Solidario, Gina Soler, de Redes Sociales Progresistas, y Lourdes Inzunza, de Fuerza por México.
Caballero Ramírez le reprochó a Ramos que durante su administración municipal (2007-2010) aumentaron los secuestros en la ciudad, a lo que el ex alcalde panista antepuso que si incrementaron esos ilícitos fue porque “se atacaron las estructuras financieras” del crimen organizado, mientras que el gobierno actual “está rendido” ante la delincuencia.
Caballero le recriminó que él “no ha estado en esta ciudad en muchos años”, ante lo cual Ramos reviró diciendo que sí reside en TIjuana. “Quien vive en Estados Unidos es su gobernador (Jaime Bonilla Valdez, emanado de Morena). Es gringo y usted lo sabe, se lo puedo demostrar”, manifestó el ex primer edil.
También le reclamó en el sentido de que el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, en cuyo partido Morena milita Caballero, haya recortado recursos para la seguridad.
“Todavía tenemos el Fortamun”, arguyó la candidata.
Adriana Millanés igualmente se fue contra Ramos en el tema de seguridad:
“No estoy de acuerdo con mi amigo Jjorge cuando dice que él ha sido el pacificador”. Le criticó que al tomar las riendas de la ciudad el número de muertos era de 205 y cuando finalizó su gobierno era superior a 3 mil.
También calificó Tijuana como “la ciudad más violenta”, por culpa del alcalde con licencia definitiva, Arturo González Cruz, señaló.
“Yo nada más estoy viendo pasar los balazos en este debate, si queremos verdaderamente crear un acercamiento y devolverle la confianza a la ciudadanía con nuestra corporación debemos de crear una seguridad ciudadana e identificar las causas del delito”, dijo a su vez Katia Bustillos, quien en otros momentos del debate arremetió contra Montserrat Caballero y se mostró crítica con Ramos.
De la diputada separada del cargo dijo que “ha sido sierva fiel” del gobernador Jaime Bonila Valdez; pues como legisladora “se prestó a participar en leyes, impuestos en contra de la ciudadanía”, expuso y la cuestionó: “Cómo se atreve a decir usted que está limpia”.
A Ramos Hernández le recriminó que llevara como suplente a Gabriel Portilla, esposo de la alcaldesa emanada de Morena, Karla Ruiz, y le dijo que si pretendía aportar su experiencia en combate a la inseguridad, presuntamente adquirida en su periodo como alcalde, al final de cuentas “los tiempos ya cambiaron”.
Ramos también le alegó a Caballero Ramírez cómo hablar de combatir la corrupción cuando lleva como candidato a síndico a una persona acusada “de extorsión en el tema de la Coepris”.
Según complementó, “están circulando audios en donde extorsionaban a empresarios de Tijuana”.
En tal sentido le preguntó: “Con qué cara va a combatir la corrupción cuando la tiene en casa”.
Igualmente desaprobó que la candidata de la coalición oficialista no haya hablado “de los moches” que a decir del contendiente se inauguraron con el triunfo de Morena a nivel estatal, en 2019. “Una nueva modalidad”, en la que “el gobierno se puso a robar antes de entrar”, dijo Ramos en alusión a las presuntas aportaciones que colaboradores de Bonilla Valdez recibieron de empresarios a cambio de contratos de obra con la administración estatal previo a su instauración como tal.
Además aseguró que con respecto al gobierno que encabezó, no hay una sola acusación de corrupción en la policía.
Por otro lado, acusó: “su coordinador de campaña, Jorge Figueroa, autorizó que se compraran y se hicieran facturas falsas, fui al domicilio, hacen facturaciones de 20 mil pesos para no hacer comprobante para poderlo cambiar en efectivo para cambiar los cheques endosados y poderse robar el dinero”.
Ante ello, Caballero negó conocer a la persona aludida. “Hay que ubicarnos bien en la información”, propuso.
Aseveró que ella en lo personal no enfrenta caso alguno de denuncia, mientras que Ramos Hernández sí, dijo, “por maltrato físico a una mujer”.
Finalmente planteó que si a alguien de su planilla “se le demuestre algo, que pague” e insistió: “de mí no hay una acusación directa”.