Vecinos del fraccionamiento Mexicali, en Playas de Rosarito, acusaron al ayuntamiento de la ciudad de corrupción, al permitir la apertura de un restaurante de mariscos en la zona.
Leopoldo Faz, presidente del comité de vecinos de ese fraccionamiento, señaló que el problema inició hace un mes, cuando una de las casas al final de la calzada Del Mar fue transformada en restaurante de mariscos y “cantaritos”.
Los vecinos se organizaron y juntaron más de 50 firmas de los residentes y una carta. Las entregaron al Ayuntamiento de Rosarito, específicamente a Sindicatura Municipal, Desarrollo Urbano y Presidencia, pero a un mes no les han dado respuesta.
Faz mencionó que solicitaron ver en el Instituto Metropolitano de Planeación (Implan) si el uso de suelo era para zona comercial, pues ellos aseguran que es estrictamente residencial y no se les ha notificado sobre un cambio al respecto; sin embargo, solo les respondieron que el negocio contaba con todos los permisos en forma, incluyendo el de “Uso de suelo”.
“Hicimos una carta exponiendo los motivos a los que nos negábamos: que era una calle cerrada, una zona habitacional. Vamos y entregamos la carta al municipio, y a los días nos dicen que no se puede hacer nada porque los permisos ya estaban otorgados, sin tomar en cuenta que es una zona habitacional, que no tiene estacionamientos y que no tiene salida”, dijo.
El afectado agregó que otro de los motivos por los que se oponen es por la basura, ya que solo pasa los miércoles, y la que generaría el lugar no tendría un buen manejo; además de la que se acumularía por los comensales, lo cual también incrementaría el tráfico en una calle que es de tránsito local.
“Un restaurante de marisco implica alcohol, gente que entra y sale tomada y que puede causar un accidente, tambora; o sea, una contaminación de ruido y la venta de licor a la que nos oponemos rotundamente”, afirmó.
Agregó que no conocen al dueño de la casa-restaurante, pero a través de redes sociales se enteraron que es Hugo Acosta, quien es considerado amigo cercano de Araceli Brown, alcaldesa del Quinto municipio, por lo que consideraron un acto de corrupción otorgar los permisos. Efectivamente, en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio, el terreno de 337 metros cuadrados le pertenece a Hugo Acosta, desde 2016.
En recorrido realizado por ZETA se pudo observar que el negocio se encuentra con un letrero de suspensión, por parte de la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coepris), pero está tapado por otro del negocio que dice “Cerrado”.
Personal del Ayuntamiento de Playas de Rosarito comentó que el comercio cumplió con todos los requisitos para obtener los permisos de Uso de Suelo y de Restaurante; solo faltaba el de Operación, el cual fue otorgado el 7 de marzo.
Sin embargo, el permiso que no tiene es el de Venta de Bebidas Alcohólicas, y en su cartelera ofrece “cantaritos”, bebida que se hace con tequila.