“Los burgueses, no satisfechos con tener a su disposición las mujeres y las hijas de sus obreros, sin hablar de la prostitución oficial, encuentran un placer singular en seducir mutuamente a sus esposas”. -Carlos Marx. Manifiesto del Partido Comunista (1848, p.50)
Salgado Macedonio, sin duda alguna, es un rufián. Lo ha sido toda su vida. Pero, ¿qué politicastro burgués no lo es? Son todos ellos lobos con piel de cordero. Unos despreciables granujas.
De ninguna de las diez carpas de bufones (PRI, PAN, PRD, etc.) que amenizarán el próximo carnaval electorero, ha salido condena alguna contra el bigardo bandolero de marras. Complicidad manifiesta.
En un régimen socialista proletario, Salgado Macedonio, ya estuviera tras las rejas, y tal vez, hasta llevado al paredón.
¿Por qué el parlanchín del partido Morena, López Obrador, defiende a Macedonio? Por la misma razón que lo hacen todos los partidos burgueses de “izquierda” y de derecha: porque son marranos del mismo chiquero.
¿Será desaforado o encarcelado el susodicho rufián? Por supuesto que no. Los castigos y la cárcel son para los obreros. Para los pobres. Las leyes, normas y la Constitución son para mantener el “orden”; es decir, para tener sometidos a los esclavos asalariados.
Solo abogados reaccionarios pueden sostener que todos (ricos y pobres) somos iguales ante la ley burguesa. La ley es un grillete para la clase obrera.
¿Y las feministas que han hecho? La mayoría se han quedado calladas. Ni tan siquiera las más “radicales” han tenido la audacia de arremeter con furia contra la cueva del facineroso, es decir, contra el partido Morena.
A lo más que han llegado es a realizar uno que otro acto intranscendente, unas pintas afuera del partido Morena, y nada más.
Mujeres pequeñoburguesas, la mayoría, que solo saben protestar como gente desquiciada. Haciendo pintas contra el “macho” y no contra el sistema capitalista. Feministas anticomunistas que tienen el “valor” para protestar con el torso desnudo ante los fascistas de Televisa y de Televisión Azteca, pero que son cobardes a la hora de enfrentarse con los kaibiles policíacos. Puro decadente show. ¿O es que piensan que solamente empuñando minúsculos martillos van a ser retroceder a los perros policíacos?
Asimismo, es completamente reaccionario excluir a los hombres honrados, progresistas y socialistas de la lucha de las mujeres. Todo movimiento progresista se fortalece con la unión de hombres y mujeres. Quien predique que la lucha de las mujeres debe de ser un movimiento solamente de mujeres es un agente de la reacción burguesa que debe ser puesto en la picota y ser sacado a patadas de toda movilización. Hay que oponerse tajantemente a la desunión. A luchar separados. Las mujeres con las mujeres y los hombres con los hombres. Unos por un lado y otros por otro lado. ¡Qué insensatez!
Ya ni el combativo estribillo: “el pueblo unido jamás será vencido” entonan en sus manifestaciones. Tal slogan fue arrumbado en oscuro rincón.
A estas horas ya las oficinas del partido Morena deberían de estar reducidas a cenizas. Tanto las de la Ciudad de México como las de los estados y municipios del país.
Nunca es tarde. Los más puro y combativo del movimiento de las mujeres debe reorganizarse y elaborar un buen plan de ataque (sorpresivo si es necesario) para prenderle fuego a todas las reaccionarias cuevas morenistas.
No faltará quienes bramen: “¡Provocación, provocación!”. Que digan misa los reaccionarios y anticomunistas. Que gruña la policía, el CISEN y sus infiltrados. Que tiemblen todos los macedonios del partido Morena y de todos los partidos burgueses. Que berree el dictadorzuelo López Obrador.
Fuego, fuego graneado a Macedonio y compañía. Fuego volcánico al partido Morena.
Atentamente,
Javier Antuna.
Tijuana, B.C.
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