Cero y con este van dos
que lleven mi misma sangre,
que me mientan a mi madre.
¿Qué les pasa? Dime, Dios.
La soberbia los atrapa…
yo no sé lo que les pasa.
Después que les di su casa
no respetan a su tata.
Les di buena educación
en escuelas de maristas.
¿Qué pasó? No encuentro pistas
por su enojo y agresión.
Solo que sean sus parejas,
“algunas” ya con su historia,
fracasadas sin memoria,
manoseadas y ya viejas.
Seguiré siendo su padre;
los quiero, yo los adoro.
Por favor, yo les imploro
dejen en paz a mi madre.
Alberto Torres Barragán
Tijuana, B.C.