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viernes, febrero 16, 2024
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Catolicismo en crisis

“Solo Dios sabe, quiénes estando dentro, están fuera. Y quiénes estando fuera, están dentro”.

-San Agustín, Confesiones


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Si el Censo 2020 lo han elaborado “Los siervos de la Nación”, distribuyendo la Cartilla Moral asesorados por el pastor Farell y algún sociólogo de la religión (no creyente), y durante la pandemia, habrá que repetir o invalidar esa práctica mexicana de cada diez años.

Desconozco la veracidad de un conteo en las pestes romanas, griegas, en las guerras mundiales. Adolfo Hitler en los Juegos Olímpicos de 1938 en Alemania, soterradamente preparaba el control mundial, o lo que el pro nazi Salvador Borrego llamara derrota mundial. Hitler no entregó a Jessy Owen la medalla de oro en atletismo en esas olimpiadas; porque era un norteamericano, pero negro de piel. Ejemplar deportista.


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Con base a los censos decanales, se otorgan ciertos beneficios a los pueblos, municipios, estados; a Mexicali apenas en 2020 le han reconocido un millón de habitantes; yo creo que va por el millón y medio. Algunos políticos deducen la población por las tomas de agua domiciliarias, pero todo es relativo.

El Nobel de Literatura 1990, Octavio Paz, en su obra México en la Obra de Octavio Paz, reconocería el renacimiento de los monoteísmos: judíos, musulmanes y cristianos. La persona humana es religiosa por naturaleza; no significa que sea por naturaleza católico, es creyente. En el siglo XX y XXI las personas vuelven a Dios a través de la naturaleza, la ecología, la energía limpia, la creación, el universo, los atardeceres; otros a través de líderes políticos religiosos como Gandhi, Mandela, Walesa, José Mujica, Obama, Luther King, César Chávez, la Madre Teresa…

La religión es vivida con autenticidad por líderes ocupados en las personas, los migrantes, los pobres, los hambrientos, muchos de ellos nobeles de La Paz, como la guatemalteca Rigoberta Menchú Tuum, a quien la guerrilla le arrebató a sus padres, y ella se refugió en Chiapas, en la casa del inolvidable obispo Samuel Ruíz.

Octavio Paz, evocando en su obra el tema del renacimiento de los monoteísmos religiosos en el siglo XX, comenta que es “algo que siempre hemos reconocido los poetas, pero que siempre se han negado a reconocer los sociólogos”.

El sociólogo ve números, medidas, objetividades contables; olvidando que la persona humana es un Espíritu Encarnado. La Inquisición veía herejías, demonios en todo; de hecho, un sabio sacerdote como don Pedro María Gasparotto riendo decía “la Santa Inquisición, que de santa, tenía todo lo que le faltaba”.

Es un despropósito con base en el Censo 2020 en México, afirmar que tenemos un Catolicismo a la Baja. ¡No, pos si no hubo peregrinaciones! Por ejemplo, en Baja California los católicos a lo mejor están en los casinos abiertos, mientras que las “autoridades” mantienen cerradas las iglesias. ¡No, pos guau…!

Cuando un periodista alemán quiso sorprender al Papa Benedicto XVI en una entrevista de buena voluntad, le pidió que le expresara ¿Qué siente ante la responsabilidad de recibir de Juan Pablo II, una Iglesia Católica con más de 1 mil 200 millones de católicos?; conocedor del pensamiento agustiniano, el Papa Ratzinger le explicó al periodista que todo es relativo: hay católicos que en realidad no lo son, porque solo dicen que son católicos, pero en la praxis viven como si no lo fueran. Y por otra parte hay personas como los defensores de los derechos humanos, de los niños, gente de buena voluntad, incluso no católicos que en la práctica viven como si lo fueran.

El Papa alemán, a quien por cierto a su padre lo castigaron enviándolo a las montañas bárbaras en los años 1940’s por no estar de acuerdo con el nacionalsocialismo antisemita, expresó al periodista, como decía San Agustín (siglo IV): “Sólo Dios sabe, quiénes, estando dentro, en realidad están fuera de la Iglesia. Y quiénes estando fuera, en realidad están dentro”.

Monseñor Lázaro Pérez Jiménez, yucateco de Tizimín, que fue obispo de Autlán, Jalisco, en retiros espirituales que compartía, externaba su inquietud en el sentido de que en arquidiócesis como la de Mérida, tenían el Síndrome de la Sinusitis: para todo hacían juntas o reuniones, sin tener presente que lo que mueve a la Iglesia, es el Espíritu Santo a través de la Oración, de pedirle a Dios luces. De nada sirven los planes pastorales o evaluaciones sociológicas si no tienen en el centro de lo religioso lo referente al espíritu humano. Jacquez Maritain dirá que la persona es un espíritu encarnado.

Hay quienes miran moros con tranchete, y hay otros que tragan santos y cagan diablos. Será verosímil un censo realizado en medio de una peste mundial porque hasta los fallecidos por COVID habrá que multiplicarlos por 4 o por 7 o incluso por 10. ¡Qué cosas! Diría Kiko, ¿o será por ocho por el Chavo?

 

Germán Orozco Mora reside en Mexicali.

Correo: saeta87@gmail.com

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