De la noche a la mañana, han amanecido cientos de palmas o palmeras, plantas o trasplantadas, de un tamaño de tres o cuatro metros de altura, en las vías rápidas Oriente y Poniente de Tijuana.
Es obra municipal, y de Morena alcaldía. Se verán hermosas, pero ojalá las mantengan con su agua necesaria debido a que demasiado, y estrechamente juntas, a escasos metros cada una… Ya que se robustezcan en su raíz y anchura, serán barreras mortales -o topes verticales- al circular un vehículo y embestir una (o unas), por el distraído conductor o por mal conducir de los operadores de vehículos motorizados.
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Cuando crezcan, habrá que podarlas, y eso generará congestionamiento vial (por su limpieza), al estar al filo de flujo de transporte motorizado. Las palmeras debían estar más separadas, pues tendrán lucha o pelea de raíces para buscar la humedad o un manto acuífero. Mínimo, necesitaban seis metros de distancia.
También recién se han limpiado las vías rápidas de suciedad y se han reparado las vallas de concreto que estaban rotas y en el cauce del canal, caídas y aventadas por los vehículos que ahí circulan.
Si es por el bien del medio ambiente, excelente, pero si son obras de relumbrón del Sr. González Cruz a buscar la gubernatura color marrón, no está bien; hay prioridades: alumbrado público, basura, orden vial, etc… Tijuana y sus necesidades son muchas.
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A ver si “prenden” las palmeras en vías rápidas, pues allí no dura la vegetación; se asfixia de tanto monóxido de carbono vehicular. Esperemos…
Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez.
Tijuana, B.C.
