El 30 de enero se registró un deslizamiento de tierra entre las calles Febrero y Diciembre, dañando 36 viviendas que quedaron inhabitables y dejando a decenas de familias sin su patrimonio; autoridades exponen que hay antecedentes de que la zona no es apta para habitarse y que será tardado determinar las causas de esta nueva incidencia
Publicidad
Pasadas de las nueve de la mañana del sábado 30 de enero, las casas ubicadas sobre la avenida 22 de Octubre, entre Febrero y Diciembre, empezaron a “tronar”: la calle se deslizó ladera abajo y más de 30 casas se dañaron quedando inhabitables. Esta no sería la primera vez que los vecinos de la colonia Tres de Octubre son testigos de un deslizamiento de tierra, aunque para ellos es la que más casas ha dañado.
Publicidad
La señora Alba compartió a este Semanario que tiene más de 20 años viviendo en la zona, en una casa de madera ubicada justo al terminar la ladera, donde se forma una especie de cuenca. “A cada rato se cae mi casa, pero la vuelvo a levantar. No tenemos a donde ir y el gobierno nunca nos ha querido ayudar”, expresó.
Recordó que esta es la tercera ocasión en la que se caen casas. Las de material que están en la parte de arriba, dijo. Cada que ocurre llegan las autoridades a colocar los sellos, las familias se salen asustadas por las grietas que parten las calles, pero unas cuantas regresan a los pocos días, pues se niegan a dejar el patrimonio que han formado desde que llegaron a la zona a mediados de la década de los 90.
El director de Protección Civil municipal, Marco Antonio Sánchez Navarro, detalló a ZETA que estos deslizamientos recientes dejaron 36 viviendas con etiqueta roja; esto indica que las casas ya no son habitables. Cinco más están con etiqueta amarilla, de riesgo medio, cuyos habitantes deben estar alertas de cualquier sonido o movimiento.
“Nosotros no podemos desalojar a nadie. Cada año, previo a las lluvias, acudimos a estas zonas que ya tenemos identificadas como de alto riesgo. Les dejamos información sobre los factores que persisten, les recomendamos buscar otro lugar, pero no podemos obligarlos a dejar sus casas”, explicó Sánchez.
El reporte lo recibieron el sábado 30, y hasta el domingo la tierra continuaba deslizándose hacia la ladera; el lunes que cesaron los movimientos, permitieron que las familias ingresaran a sus hogares para rescatar sus pertenencias. El martes, el personal de Protección Civil instaló los “testigos”, las marcas para medir los movimientos en los siguientes días que hagan sus visitas de monitoreo diario.
“En esa zona podemos tener varios factores. Puede ser desde el tipo de tierra, la humedad por las fugas, una falla geológica, hasta un temblor que no se percibió”, explicó el director de Protección Civil.
Esa zona había sido etiquetada como de alto riesgo durante la anterior administración municipal. Sánchez Navarro recordó que en 2019 hubo otro deslizamiento que provocó la pérdida de 11 viviendas; en aquella ocasión los vecinos externaron que previamente reportaron varias fugas de agua a la Cespt, que no se atendieron, similar a lo que ocurrió esta vez.
Las fugas de agua
La señora Alba y otros vecinos refirieron que ocasionalmente reportan a la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (Cespt), sobre fugas en las redes de agua potable y de drenaje; afirmaron que en pocas ocasiones han acudido a atender las fugas y los derrames pueden durar meses.
“Ahorita se escucha como corre el agua, si se acerca a la alcantarilla el ruido es más fuerte. Pero no sabemos si esa es una fuga nueva o es la misma que reportamos la semana pasada y que no atendieron”, comentó la afectada.
Este Semanario consultó a la paraestatal sobre esta situación y su respuesta fue que en los próximos días se contratará a un consultor privado para que se haga cargo del dictamen en la zona, para determinar si existe una responsabilidad o si fueron otros factores los que desencadenaron este incidente. Aunque todavía no cuentan con la fecha de arranque ni cuándo estará listo dicho análisis.
Los antecedentes
Las autoridades clasifican la colonia Tres de Octubre como irregular, por surgir de una invasión en una zona no apta para edificar viviendas y habitarse, como ocurrió en las colonias Sánchez Taboada, Camino Verde y Cumbres del Rubí, que al día de hoy cada una cuenta con una declaratoria de desastre por los deslizamientos registrados en los últimos años.
La colonia fue fundada por el luchador social Ricardo Montoya Obeso a principios de la década de los noventa, invadiendo terrenos que consideró propiedad de la nación. En 1991 fue cuando el Gobierno del Estado intentó desalojar de manera violenta a los primeros pobladores de la zona, y Montoya terminó en la cárcel -por primera vez- por el delito de despojo.
Montoya continuó la lucha y en 2008 fue detenido de nuevo, mientras encabezaba una manifestación en la Capital del Estado por unos predios que serían la ampliación de la Tres de Octubre. Esta vez estuvo más de cuatro años en prisión; al salir retomó la lucha por la regularización de los predios.
Actualmente, la mayoría de los primero pobladores ya son personas de la tercera edad que han forjado su patrimonio, viendo crecer a sus familias en esta colonia. Ven con pesar lo que ha ocurrido con otros deslizamientos, como en la vecina colonia de Sánchez Taboada, donde -consideran- el gobierno no se ha hecho responsable de la situación y no ha cumplido con restaurar los hogares afectados.
“Aquí construimos con mucho esfuerzo nuestras casas, unos vecinos tenemos 20 años, otros 30, pero ya tenemos nuestro patrimonio, ya vimos crecer a nuestros hijos, ahora a nuestros nietos. No es justo que digan que es una invasión y aquí nos dejen, porque cada que se derrumban casas, pasa lo mismo”, expresó otro de los afectados.
En el derrumbe del 2019, comentó que los vecinos se salieron por unos días, pero ya que las autoridades se retiraron y la tierra dejó de deslizarse, regresaron para reconstruir sus hogares, a pesar del riesgo que esto pudiera significar para la integridad de sus familias.
