El 31 de enero falleció Alfredo Escobedo Ortiz, considerado pionero en materia de protección civil en Baja California. Su fallecimiento fue por complicaciones de salud derivadas del COVID-19, después de pasar varios días internado a lado de su esposa Elvia Valadez, quien falleció días antes, el 28 de enero.
Su hermano Rolando Escobedo compartió con este Semanario parte de su trayectoria profesional, dedicada en su mayoría a profesionalizar la atención de emergencias, primero en la ciudad de Tijuana y posteriormente en el resto de los municipios de Baja California.
Fue a finales de la década de los setenta cuando Alfredo Escobedo fundó el grupo de rescate Halcones, para la atención prehospitalaria de urgencias médicas. A partir de este acontecimiento, según relata su hermano, Alfredo detectó la necesidad de profesionalizar esa área para garantizar la integridad de los ciudadanos.
“En ese tiempo había muchos grupos de rescate, pero conforme Alfredo difundió la importancia de que fueran un servicio profesionalizado, se fueron reduciendo y quedaron aquéllos que sí cumplían con una preparación y la constante actualización de sus conocimientos”, contó.
Su preocupación por que la ciudad tuviera mejores servicios de urgencias lo llevó a ser titular de la dirección de Protección Civil Municipal entre los años 1992 y 1995, liderando también la dirección de Bomberos durante 1995. Dentro de su gestión se reconocen dos grandes aportaciones a la ciudad: la primera fue la adquisición de la unidad anfibia todo terreno conocida como la “oruga”, la cual fue una herramienta muy importante en las fuertes lluvias registradas en el año 1993.
Esta unidad fue traída desde Europa y en sus primeros años de operación se pagó una renta para poder mantenerla en la entidad; en 1999 el Gobierno del Estado la pudo adquirir y actualmente pertenece a la coordinación estatal de Protección Civil. Cabe destacar que el año en que se compró, Escobedo Ortiz pasaba su primer periodo como coordinador estatal (1997-2001); repitió este cargo en el periodo 2007-2013.
También fue responsable de que se incorporara la herramienta conocida como “quijadas de la vida”, que sirve para realizar rescates principalmente de los accidentados que quedan atrapados en vehículos.
Alfredo nació en Tijuana, y en su momento tuvo la oportunidad de aportarle a su ciudad natal su ley en materia de Protección Civil, la cual fue considerada para reformar la ley a nivel nacional, señaló su hermano.
Su pasión por la protección civil y la atención de emergencias, la compaginó con su afición por el futbol americano, y en la década de los ochenta promovió la creación de la Organización Estudiantil de Futbol Americano de Baja California, la cual presidió hasta el momento de su muerte.