Cuando el corazón manda y lleva el control total de la mente, todo sentimiento de amor puede coronarse, y más si es el primer enamoramiento; da lugar a sentir aleteos finos de mariposas que rondan en el abdomen o estómago, es señal de que existe la química heterosexual en hombre y mujer, y da como resultado el noviazgo de un día a otro.
Tiene que regir el respeto, la fidelidad, para llevar adelante ese compromiso sentimental, nacido, y muchas veces no buscado; quizá guardado podría abundar, pero el amor cuando se da, se da (y si cabe el número ¡40 y 20!).
Somo una sociedad libre, y el nombre o mujer decide cómo hará alegre el ambiente, al caminar juntos de la mano tales novios, y embellecer el mundo, a pesar del mundo actual (y unos 24 años atrás, también agregaría).
El contenido de estas letras y el descubrimiento del sentimiento del amor es lo que mueve al mundo y a la sociedad ha hacer las cosas con más amor. El amor es tan grande como el universo, y si quien lo tiene lo da, lo convierte en un infinito y tupida lluvia de estrellas, para mantenerlo vigente, brillante y sincero.
El amor divino se da en toda la vida. Para escribir del tema se necesita ser protagonista y saber cómo nace el amor, su mantenimiento, sus sorpresas, el respeto, su crecimiento y su poder para hacer del amor el más bello ramillete gemelo, y dúo perfecto de portadores de las finísimas hebras o puentes del corazón, que lo hacen vibrar tan solo al amanecer; y saber que en uno existe y se dio lugar al intelectual cerebro, y en conjunto con el órgano rojizo y que portamos todos en el pectoral izquierdo, para ver florecer el amor que la vida y el destino lo hicieron manifestar tanto en el hombre como la mujer.
En el amor de la vida, sobresale la ternura escondida, la ilusión de vivir; es sinónimo de llevar a cabo vivo el amor, mientras se mantenga entre el Rome y Julieta que puso en alto en amor y debe ser perdurado. No importa que sea 40 y 20, o 20 y 40, la similitud o diferencia de edad no altera ni debe cambiar el sentimiento del amor.
Viva el amor en tiempos del cólera. Hoy y siempre será así, quienes son protagonistas y personajes sentimentales del amor.
Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez.
Tijuana, B.C.