Diversos presidentes norteamericanos han sufrido graves dramas. Lincoln, Roosevelt, Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Reagan, los Bush, Carter, Clinton, Obama, Biden… Tres casos nos parecen muy resaltantes.
Lincoln. – Abraham Lincoln fue de fracaso en fracaso, hasta convertirse en presidente en 1860, a los 51 años. En esa época era considerado de la tercera edad.
Tuvo que trabajar desde los 7 años, habiendo quedado huérfano de madre a los 9. Una y otra vez fracasó en los negocios, la carrera política y hasta en los estudios. Estuvo en bancarrota y pasó 17 años pagando deudas a sus amigos. A los 26 años, a punto de casarse, su novia falleció. Estuvo en terapia largo tiempo, por la profunda depresión.
A pesar de derrotas y sufrimientos, nunca se rindió. Los tropiezos fortalecieron su pensamiento, que heredó frases motivacionales: “El camino era difícil y resbaladizo. Resbalé, pero me recuperé, diciéndome que aquello era un resbalón y no una caída”. “Hagas lo que hagas, hazlo bien”. “No le temas al fracaso, que no te hará más débil, sino más fuerte”.
Kennedy. – John F. Kennedy fue asesinado en 1963. Su terrible muerte generó una saga de investigaciones, historias y sucesiones. Su legado es considerado como un tesoro por los norteamericanos, pero de una manera u otra, ofrendó su vida por su país, ya que murió en cumplimiento de su deber.
Biden. – De acuerdo a diversos autores, la nota distintiva del recién ungido como máxima figura en estos momentos, como 46º presidente de Estados Unidos, es la del sufrimiento, digna de un melodrama marcado por el dolor.
Apenas elegido como novel senador, enviudó como consecuencia de un terrible acontecimiento donde también perdió a su hija. Luego, otro de sus hijos falleció por cáncer, apenas hace cinco años.
Padeció un aneurisma que casi lo mata, pero tras tres meses hospitalizado -con el peor pronóstico de pérdida del habla y movilidad- reaprendió a hablar y a caminar. A pesar de sus infortunios, nunca ha sido vencido en elección alguna.
Hay drama también en la historia de Carter, Clinton y Obama, pero son de otro nivel, con más recompensas que pérdidas. Trump está en proceso, su historia aún está en desarrollo.
Hoy por hoy, el temple lo está escribiendo Joe Biden Jr. Tanto el dolor sufrido en el pasado, como el momento histórico que vive, influyeron para que su discurso de toma de protesta o posesión como primer mandatario norteamericano haya estado lleno de mensajes de reconciliación, tanto de una nación como de él con sus fantasmas.
Los sufrimientos que ha pasado y el deseo de evitar que un país sufra, dieron una calidad en un discurso presidencial que no se veía desde hacía muchos años en Estados Unidos, lo que promete una nueva era que restaurará la presencia política norteamericana.
Pero el principal mensaje de Biden y del propio país anglosajón, que sufrió y superó una abominable presidencia a manos de Trump, es que se pueden superar las peores etapas en la vida de un ser humano y de una nación.
Ni los otros expresidentes norteamericanos mencionados al principio de este artículo, ni los propios habitantes del vecino país del norte, imaginaron siquiera que vivirían etapas tan dramáticas, en un país que por momentos parece que lo tuviera todo; pero de eso se trata la vida, de sorprenderse y superarse constantemente, en una espiral infinita.
Con 78 años de edad, Joe Biden es un presidente longevo, situación no inédita en los Estados Unidos, pero en esta ocasión el reto es mayor. Y para ello la experiencia y templanza de un hombre que ha sufrido terribles acontecimientos y dolor en su existencia; esa experiencia seguramente hará la diferencia.
Todo es cuestión de vivir entre éxitos y sufrimientos.
Alberto Sandoval ha sido deportista, servidor público y activista ciudadano.
Correo: AlbertoSandoval@AlianzaCivil.Org Internet: http://albsandoval.blogspot.com/Facebook: Alberto Sandoval. Twitter: @AlSandoval