La falta de apoyos gubernamentales en la pandemia y la baja incursión en internet, aceleró la muerte de más de un millón de empresas en México. “Uno está cooperando con el país, pero fue a quienes menos nos apoyaron”, recrimina un empresario que tuvo que cerrar porque ya no pudo enfrentar los gastos
Cada semana, 166.6 empresas cerraron definitivamente en Baja California de mayo de 2019 a octubre de 2020. En total, en la entidad murieron 21 mil 493 unidades económicas. Esta es la tercera cifra más alta entre los estados de la frontera Norte del país, ya que en Nuevo León perecieron 36 mil 934 negocios y en Tamaulipas, 29 mil 047.
Del total de empresas que cerraron definitivamente en BC, 95.6% fueron micro y 4.3% Pequeñas y Medianas Empresas (PyME), reveló la Encuesta sobre la Demografía de los Negocios 2020, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Ismael Plascencia, director de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), explicó que la brecha tecnológica que existía desde antes de la pandemia de coronavirus y que se acentuó en esta, representa uno de los factores que inciden para que las micro empresas cierren más que las PyME en Baja California.
“La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señaló en 2018 que únicamente el 10% de las empresas en México tenían una página web”, refirió el académico, y agregó que durante la epidemia se hizo más evidente que si una empresa no estaba en internet, no existía más que para las personas que pasaban por donde estaba ubicada, y al restringirse la movilidad, resultaron más afectadas en sus ventas.
Otro factor preponderante por el cual las empresas cerraron, fue la falta de apoyos gubernamentales para hacerlas más competitivas, particularmente en la pandemia. Se prevé que, derivado de ello, la informalidad aumente hasta 10 puntos. “Eso quiere decir que si en Baja California teníamos un 60% de empresas formales y 40% informales, y somos de los estados que estamos mejor en términos de informalidad, con la pandemia podemos movernos a un 50%”.
En opinión del también presidente del Colegio de Economistas, aunado a los factores expuestos, la escasa preparación en habilidades gerenciales ha jugado un papel importante en la muerte de unidades económicas.
Comúnmente, cuando el emprendedor abre un negocio quiere hacerlo todo: contabilidad, administración y venta del producto, dejando de lado lo más importante, que es el desarrollo del bien o servicio. “Hace falta desarrollar las habilidades empresariales, la capacidad de negociación y el trabajo en equipo”, además de elaborar estudios de mercado que precisen el enfoque de las empresas, observó Plascencia.
Según el Inegi, Baja California tuvo una baja de 22.9% del personal ocupado, ocasionado por las empresas que murieron y la reducción de personal en aquellas que sobrevivieron.
Roberto Valero, presidente del Centro de Estudios Económicos, refirió que información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi registró que más de 100 mil personas en BC han perdido su trabajo tanto en la formalidad como en la informalidad.
De los 46 mil 354 trabajos creados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) al cierre de noviembre pasado, 82.8% fue en el sector manufacturero.
SERVICIOS NO FINANCIEROS, SECTOR MÁS AFECTADO
En los últimos 17 meses, en Baja California murieron 10 mil 697 empresas del sector de servicios privados no financieros. De estas, 10 mil 234 fueron micro empresas y el resto PyME. En ese rubro se encuentran negocios de venta de alimentos, hoteles y agencias de viajes, entre otros.
Mientras que el segundo sector más afectado fue el comercio, con una disminución de 9 mil 491 unidades económicas, y en tercer lugar, el de las manufacturas, con mil 305 cierres definitivos.
En un recorrido hecho por ZETA en diferentes puntos de Tijuana, se registraron locales vacíos o en renta donde antes había un negocio o sucursal. Uno de estos lo ocupaba la sucursal de Calimax en Calle 10 en el Centro de la ciudad.
Alfredo López Osuna, director general de Plaza Río, comentó a este Semanario que con la pandemia se desocuparon seis locales, “pero dos se ocuparon prácticamente al día siguiente, y actualmente nos quedan dos en espera de ser rentados”.
El total de establecimientos que cerraron definitivamente durante la pandemia de coronavirus no han sido tantos como en crisis anteriores, en las que la plaza ha llegado a registrar hasta 15 locales vacíos.
No obstante, ante la disminución de afluencia de personas por el confinamiento y las medidas sanitarias impuestas a los negocios, el costo de las rentas disminuyó. “En un primer momento 70%, luego 50% y actualmente todavía hay quienes están dando descuentos entre 50 y 30%”, mencionó López Osuna.
Eso también genera la oportunidad para que empresarios que siempre quisieron entrar a la plaza hayan ocupado un local vacío; sin embargo, “no vienen a hacer el gran negocio en este momento, le están apostando a un futuro inmediato”, destacó el director general de Plaza Río.
En contraste, en el mismo periodo nacieron 10 mil 434 empresas en BC. De estas, 4 mil 896 corresponden al sector comercio; 4 mil 827, al de servicios y 710 al manufacturero. Es decir, por cada empresa que se creó, más de dos cerraron definitivamente.
UN MILLÓN DE EMPRESAS CIERRAN EN MÉXICO
Durante el periodo referido (mayo 2019-octubre 2020), en el país cerraron un millón 10 mil 857 empresas, la mayoría pequeñas y medianas, según el estudio del Inegi.
En 2020, la tasa de mortalidad de las empresas de servicios privados no financieros (hoteles, restaurantes, etcétera) casi se triplicó y desplazó al sector comercio como el rubro más afectado, que ocho años atrás fue el que reportó más negocios cerrados.
En la comparación de los Estudios de Demografía de 2012 y 2020, la tasa de mortalidad de las empresas de comercio y manufactura se duplicó.
Aunque en los últimos 17 meses también se crearon 619 mil 443 empresas en México, la probabilidad de que las nuevas unidades económicas permanezcan es baja (25%), manifestó el académico de la UABC Ismael Plascencia, quien apuntó que la esperanza de vida de las empresas es de menos de cuatro años en promedio.
En México, la principal razón por la que se crea una empresa es por sobrevivencia. “Aquellas personas que tenían un empleo y de repente lo pierden, no les queda otra cosa más que empezar una empresa. Algunas lo hacen de manera exitosa, pero sabemos que la mayoría no. Es decir, que de cada 4 empresas que abren 3 van a fracasar”, señaló el catedrático.
Adicionalmente, gran parte de las empresas empiezan en la informalidad, y “solo unas pocas, a las que les va muy bien, pueden brincar a la formalidad; generalmente quienes comienzan en la informalidad se mantienen ahí, porque tampoco tienen incentivos para pagar impuestos”, apuntó Plascencia.
Datos del Inegi indican que la muerte de más de un millón de empresas y la reducción de personal en aquellas que pudieron sobrevivir provocó 4 millones 116 mil 459 desempleados. Cantidad que disminuye a 2 millones 885 mil 162 personas al descontar los puestos de trabajo generados por las empresas que se crearon en el lapso ya referido.
Una de estas personas desocupadas es el empresario Alejandro Villa Silva, quien después de haber invertido más de 250 mil pesos y más de cinco años de arduo trabajo en su cafetería-restaurante, tuvo que cerrar su negocio, porque ya no pudo mantener los gastos.
“Después de nueve meses de pandemia estaba muy desgastado. Lo poco que había ahorrado se me acabó por estar esperando que mejorara la situación, pero llegó un momento en que ya no pude pagar renta, luz, agua, teléfono”, señaló.
En los buenos tiempos, su negocio llegó a tener hasta cinco empleados para atender alrededor de doce mesas, pero cuando comenzó la pandemia de coronavirus y bajó el número de comensales -muchos de ellos trabajaban en oficinas de gobierno ubicadas en la Avenida Lorenzo Boturini, una de las vialidades más importantes de la Capital del país-, se vio obligado a despedir al personal.
Como estrategia para sobrevivir, el empresario trató de reforzar el uso de las plataformas digitales, todo para llevar, y pedidos a domicilio. “Me orillaron a hacer promociones, bajar costos y a disminuir hasta 20% la utilidad con tal de que hubiera más venta, pero como no había gente, tuve que cerrar”.
Villa Silva agregó que trató de acceder a alguno de los apoyos que otorgó el Gobierno Federal. “Hice el papeleo, pero no sé si fue suerte o qué criterio aplicaron, pero no accedí a ninguno”, lamentó.
En su opinión, el gobierno debió dar préstamos solo a los negocios formales, porque “al final del día los informales no tienen los mismos gastos que el que paga impuestos y ha querido hacer las cosas bien y correctamente”, con permisos, en un local por el que se paga renta y se mantiene la higiene. “Uno está cooperando con el país, pero fue a quienes menos nos apoyaron”, recriminó.
En un estudio distinto, enfocado a los estragos económicos causados por la COVID-19, el Inegi indicó que 61.3% de los empresarios consideró que se requieren apoyos fiscales; 40.6%, aplazamientos de pagos de créditos o servicios; 34.4%, transferencias en efectivo; y 30.2% acceso a créditos nuevos.
Villa Silva relató que la única persona que lo apoyó económicamente fue su esposa, pero ella “no podía cada mes, porque tanto me debilitaba yo, como ella en su economía, por eso fue insostenible”.
Actualmente el empresario está buscando empleo mientras la situación mejora, y podría incursionar nuevamente en el mismo giro, dado que no pudo traspasar el negocio. “Va a tardar un poco en lo que me recapitalizo, veo opciones, porque todo va a cambiar”, finalizó.
El Estado con más porcentaje de muertes de empresas en el país fue Quintana Roo (-31.88%), seguido de Baja California Sur (-28.14). Ambos han sido los más golpeados en materia turística.
EMPRESAS SE DEBILITAN
Los resultados de la E-COVID refieren que 86.6% de las empresas encuestadas reportaron alguna afectación derivada de la pandemia de coronavirus. Del total de empresas que en agosto de 2020 manifestaron tener alguna afectación, 79.2% señaló
En 2021, salario mínimo en 213.39 pesos en frontera; “No es momento” de aumentarlo: Canirac
Con el voto a favor de los sectores obrero y gubernamental, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) decretó un incremento del 15% al salario mínimo a partir del 1 de enero de 2021.
En la zona fronteriza del Norte del país, pasará de 185.56 a 213.39 pesos. En el resto del territorio mexicano, aumentará de 123.22 a 141.70 pesos.
El secretario general de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), Miguel Ángel Badiola, consideró que este “no es momento para aumentar el salario mínimo”, hasta que no se tenga control de la pandemia de coronavirus.
No obstante, se pronunció a favor de preservar los empleos y recuperar los que se han perdido en el país, particularmente en el sector gastronómico, que ha sido uno de los más golpeados por las medidas de confinamiento para evitar los contagios del virus SARS CoV-2.
Las empresas tienen un futuro incierto, no han recibido ningún estímulo que evite su cierre. En el sector gastronómico han desaparecido 75 mil negocios a nivel nacional, y mil 200 en Baja California. Uno de estos, el emblemático restaurante Pekín en Mexicali, indicó el empresario, quien añadió que los restaurantes no “están aguantando la reducción de su aforo”, por lo que el incremento salarial presionará más a las empresas.
La Conasami también determinó integrar a la lista de salarios mínimos profesionales a las trabajadoras del hogar, cuyo salario aumentó de 115.52 a 154.03 pesos, equivalente a un alza de 25%. Además, se incluyó a los jornaleros agrícolas, cuyo salario mínimo se elevó 30%, para quedar en 160.19 pesos. Cantidad inferior a los 300 pesos que había solicitado un grupo de jornaleros oaxaqueños que trabaja en San Quintín. (Julieta Aragón Domínguez)
padecer disminución de ingresos. En este caso, las micro empresas vieron reducidos sus ingresos hasta en 80.3%, las PyME en 73.3% y las grandes en 33.5%
Pese a que las empresas son más optimistas que al inicio de la pandemia respecto al futuro económico, 15.8% manifestó que de mantener los niveles de ingresos que tienen, no podrán seguir operando más de tres meses. El 46.6% de las empresas podrán seguir operando de tres a menos de doce meses, y solo 37.6% podrán seguir operando más de un año.