En una sola cuadra se cuentan hasta diez negocios cerrados, muchos micro empresarios no sobrevivieron a la pandemia. Tres meses cerrados, la falta de apoyos económicos y las obligaciones fiscales, afectaron a la mayoría de comercios
El Centro de La Paz, que durante décadas fue la zona dorada de comercio de Baja California Sur, agoniza tras años de crisis. La problemática, según exponen micro empresarios del área, se ha agudizado con la pandemia.
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En un recorrido por las calles de la zona comercial, se pueden contar hasta diez negocios cerrados en calles como Belisario Domínguez. Dueños de pequeñas empresas aseguran que muchos cerraron durante los últimos ocho meses ya que no sobrevivieron a la crisis económica provocada por el coronavirus.
Sergio Flores, comerciante que por más de 30 años ha vendido ropa en el Centro, señala que los meses de confinamiento obligatorio por la enfermedad COVID-19 fueron un duro golpe a la economía de las familias que dependen de micro negocios.
Comenta que, aunque hayan cerrado, las deudas se acumularon para ellos. Los impuestos no se perdonan, e incluso, debieron pagarlos con retroactivo. Tampoco vieron apoyos reales y accesibles por parte de autoridades de los tres niveles de gobierno, “todo a raíz de la pandemia que se vino, por eso es que se perdió la cosa. El año no había empezado tan mal, pero se fue para abajo. Estuvimos tres meses cerrados, hemos sobrevivido batallándole, sufriéndole”, menciona.
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“Te atrasas tres meses de renta, tres meses de luz, tres meses de contador. Se te junta todo y son cosas inevitables. No tiene uno más que echarle ganas”, añadió Flores.
En este año, la quiebra fue una condena prácticamente inevitable para muchos. Tan solo en la calle Francisco I. Madero se cuentan por lo menos ocho negocios cerrados. El comerciante asegura que esos locales estaban trabajando antes de la pandemia.
No hay una cifra exacta de cuántas empresas cerraron en el Centro. En 2019, la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) y autoridades del Ayuntamiento de La Paz arrancaron un programa de reactivación.
En ese entonces se manejaba un conteo de al menos 100 locales cerrados. Los empresarios de la zona consideran que la cifra actual debe superar ese centenar.
En reciente entrevista, Alonso Gutiérrez Martínez, presidente de la Canaco, detalló que no han realizado todavía un estudio del impacto de la pandemia en esta área.
“Ustedes con el simple hecho de hacer un recorrido por el Centro Histórico y Turístico de La Paz, pueden ver que varios negocios siguen cerrados, e incluso, otros han tenido que cerrar también”, dijo.
CÓMO SOBREVIVEN EN EL CENTRO
Sergio Flores comenta que la primera medida que aplicaron fue el recorte de personal. El casi nulo flujo de clientes no permite que salga recurso para pagar empleados.
En ese contexto, todos los dueños no tuvieron otra opción más que despedir a sus empleados. Algunos negocios ofrecían empleo hasta a cuatro personas, y ahora solo los atiende el propietario.
“Va a tener que acostumbrarse uno a esta cosa y administrarse. Yo, por ejemplo, ahorita tengo la mitad de la tienda prendida con luz. Quité el teléfono también, porque no era indispensable. Vas quitando gastos poco a poquito. Sí es un panorama difícil, pero lo que tiene que hacer uno es afrontarlo y echarle ganas. Tratar de tener el menor gasto posible”, argumentó.
En los alrededores del Centro se siente la vibra de desolación económica, y aunque pretenden mantener un espíritu de perseverancia ante los efectos económicos de la crisis sanitaria, todos califican 2020 como un año perdido.
Marta del Toro, empresaria que ha mantenido abierto su local durante 43 años, recuerda que la crisis del Centro no solo surge por la COVID-19. Desde años atrás, los comerciantes han alzado la voz por la condición crítica ante la falta de afluencia y políticas que no les favorecen del todo.
De golpe, iniciaron con remodelaciones de muchas calles, una de estas fue cerrada por casi un año. Aunque no se oponen a mejores servicios públicos, la falta de planeación y consulta ciudadana perjudicó en las ventas.
“El año antepasado tuvimos casi todo el año cerrada una calle, el año pasado tuvimos cerrado otra. El Centro la verdad está crítico, estamos hablando de que no es un año, son dos o tres años”, mencionó Del Toro.
Para Marta es imposible que un negocio en el Centro sobreviva. Una persona ya no puede vivir de la tienda, necesita otro ingreso.
“Pienso que los que viven realmente del negocio, no se vive ya. A nosotros nos han tocado todos los tiempos, ahorita ya no vives de una tienda. Realmente tienes que tener una mercancía o servicio muy bueno, o muy bien aclientado, para que sobrevivas”, reiteró.
Antes de la crisis por el coronavirus, algunos locatarios optaron por cambiar el giro de sus negocios. Los restaurantes parecían ser la nueva opción para traer vida de nuevo a esta zona, sin embargo, la emergencia sanitaria tambaleó la transición de rubros.
EL BUEN FIN SOLO BENEFICIA A EMPRESAS GRANDES: COMERCIANTES DEL CENTRO
Una de las alternativas que proponen autoridades federales e incentivan la economía en cada entidad, es el programa denominado El Buen Fin.
La fiesta de descuentos pudiese parecer el evento perfecto para que caiga un poco de recursos a los negocios que han resistido un año crítico, no obstante, para los microempresarios del Centro la realidad es diferente.
Aunque El Buen Fin se vende como una iniciativa que brinda oportunidades a todos, los pequeños comerciantes aclaran que no pueden competir ni de cerca con las ofertas que brindan las empresas grandes.
Las promociones en productos que ofrecen las transnacionales están fuera del alcance de aquellos que tienen décadas con sus locales en el Centro.
Sergio Flores refiere que, aunque de repente llegan personas a la zona por los descuentos de El Buen Fin, realmente la derrama no cae para las empresas locales.
“Más que todo beneficia a las tiendas departamentales, ya la gente piensa un poco más las cosas. Al principio la gente iba y gastaba, gastaba y gastaba. Muchas veces compran cosas que no ocupan, porque ven alguna oferta o algo y no lo ocupan. Ahorita con la pandemia la gente anda más centrada, gasta lo necesario. Aparte ha sido un año complicado para todos en general”, evaluó.
La idea es vender una oportunidad para todos “aunque no sea para todos”, dicen los locatarios. El pago adelantado de aguinaldos que se junta con El Buen Fin no les deja grandes posibilidades de venta para el cierre del año.
Marta del Toro coincide en que no hay una competencia justa, simplemente por el volumen en que compran las empresas grandes, ya es imposible igualarles los precios.
“Un negocio chico no puede competir contra un Sears, contra una Ley, contra una empresa de ese tipo, porque son cadenas mundiales. Su mercancía, muchas veces, está más barata de lo que a nosotros nos llega a comprar directamente el proveedor”, recalcó.
El presidente de la Canaco, Alonso Gutiérrez, aseveró que cada año se registra un incremento de entre 5 y 7% en la derrama económica que deja El Buen Fin.
A pesar de la pandemia, este año esperan una derrama de 481 millones de pesos en Baja California Sur. Al menos 80 empresas locales y 120 nacionales se inscribieron al programa este 2020.
El líder de la Canaco mencionó que hay muchos negocios que, si bien no se registraron, se ven beneficiados por El Buen Fin.
“Indirectamente se benefician. Cabe aclarar que adherirse al programa es totalmente gratis, simplemente los requisitos. Si están dados de alta en Hacienda, cumplen con todos los requisitos”, sostuvo.
TIANGUIS NAVIDEÑO, LA LUZ AL FINAL DEL CAMINO QUE NO LLEGÓ
Cada diciembre, durante los últimos 30 años, la calle Francisco I. Madero cierra su circulación a los vehículos para montar un tianguis para los empresarios de la zona.
El Tianguis Navideño es uno de los eventos más emblemáticos de La Paz que no solo sirve como motivador de espíritu navideño, sino que implica una derrama económica para los comerciantes que tienen oportunidad de exhibir todos sus productos. No obstante, el coronavirus les ha quitado la oportunidad de llevarlo a cabo.
Gilberto Romero, líder de comerciantes de la Unión Madero, confirmó que tras diálogos con autoridades de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) y de Protección Civil, acordaron cancelar la celebración este año.
“Fue por consenso. Los datos de estas últimas semanas indican un ascenso de contagios. El nivel social en masa de aforo por el tianguis tiene un índice de exposición por la condición del riesgo epidemiológico, por eso llegamos a esa decisión”, aclaró.
Tras un año económico complicado, el bazar era una oportunidad de reactivación económica; sin embargo, los comerciantes están conscientes del riesgo sanitario que podría representar el evento.
Una opción para no desaprovechar la temporada y potenciar sus ventas, serán las redes sociales y plataformas digitales.
“La fortaleza del espíritu del evento es de los comerciantes, seguimos tratando de ser una oferta en el mercado. Como comerciantes del Centro seguimos con ánimo, al pie del cañón para surtir a Santa Claus”, resaltó Romero.
Comerciantes como Sergio Flores presentían que el Tianguis sería imposible este diciembre, ya que por el coronavirus, podría traer más complicaciones.
“Estamos esperando diciembre para que se recupere un poco, porque lo más seguro es que no va a haber Tianguis Navideño por la pandemia. Sería muy complicado, porque en diciembre sí se junta gente. Iba a ser un problema, algo contradictorio, a lo mejor nos íbamos a ayudar, pero si esto atrasa la salud, podemos volver a caer en estar encerrados otros tres meses”, finalizó.
