El Condado de San Diego anunció la toma de medidas restrictivas ante el incremento de contagios de COVID-19 para mitigar la epidemia, mientras, a pesar del incremento de contagios, hospitalizaciones y personas intubadas, en Baja California han decidido incluso abrir guarderías
El Condado de San Diego, California, ha decidido tomar acciones para mitigar la ola de contagios, luego que reportaran hasta mil infectados de COVID-19 al día, mientras que el gobierno de Baja California ha decidido dejar el control a la conciencia de la gente y no restringir las medidas en comercios, a pesar que las hospitalizaciones van en aumento, así como el número de intubados.
El 14 de noviembre, los sandieguinos reportaron mil 087 nuevos casos de coronavirus en un día, al día siguiente 833 y desde entonces han registrado más de 600 casos diarios, para un total de 67 mil 241 al miércoles 18 de noviembre.
Asimismo, desde el sábado 14 se declaró Código Morado y se implementaron medidas de restricción para mitigar la ola de contagios, y a pesar de que constantemente invitan a la comunidad a usar cubre bocas, lavarse las manos y quedarse en casa, también limitaron las actividades en comercios, pese a las afectaciones económicas que pudiera haber.
Actualmente en San Diego solo se permiten actividades esenciales, como la compra de víveres, comida solo para llevar, farmacias, bancos, estaciones de gasolina, aeropuertos y transporte terrestre, mecánicos, así como guarderías y actividades al aire libre, siempre y cuando cumplan con el aforo permitido y las medidas de precaución sugeridas.
“Sabemos que la gente está frustrada y muy seguramente, fatigada. Que los negocios están lastimados por estas restricciones, pero no podemos permitir que esos sentimientos nos impidan tener buenos resultados”, dijo Greg Cox, presidente de la Junta de Supervisores del Condado de San Diego.
En el periodo de las dos últimas semanas de octubre, San Diego tuvo un 27% de incremento de hospitalizaciones por COVID-19, por lo que incluso tomarán acciones para el Día de Acción de Gracias que suelen celebrar en Estados Unidos y evitar las reuniones, no viajar a ver a familiares, o bien, hacerlas a través de plataformas digitales.
“Si tenemos que elegir entre cerrar negocios o salvar vidas, tenemos que hacer lo que hemos hecho hasta ahora, y eso es disminuir los contagios y aplanar la curva”, advirtió el supervisor Nathan Fletcher,
Wilma Woothen, oficial de Salud Pública del Condado, declaró que desde hace un mes detectaron que el incremento continuo de contagios terminaría en Código Morado y en las restricciones para los comercios, pero no se atendieron las advertencias.
“En las últimas semanas hemos visto lo que pasa cuando relajamos nuestra conducta personal y bajamos la guardia”, comentó.
Además, desde el martes 17 de noviembre, el uso de cubre bocas ya es obligatorio en California y el cierre de actividades recreativas bajo un modelo de salud europeo, donde permitieron la apertura de muchas actividades en poco tiempo.
BC APELA A LA CONCIENCIA DE LA GENTE
A diferencia de las medidas que se están tomando en San Diego, secretario de Salud en Baja California, Alonso Pérez Rico, recordó que tienen por línea federal no tomar medidas punitivas o restricciones contra la comunidad o los comercios, por lo que solo les queda apelar a la conciencia de la gente.
Aunado al incremento de contagios en BC, está el riesgo de las personas que cruzan constantemente la frontera de Norte a Sur, aunque de acuerdo con el funcionario, solo el 15% de casos estimados son los que cruzan.
“Es la misma comunidad, no hay una barrera como tal. Es verdad, ya hay estudios en Estados Unidos que dicen que solo el 15% de los casos que están confirmando allá son los que cruzan todos los días, que son entre 40 mil y 50 mil personas al día”, informó a ZETA.
Sin embargo, Pérez dejó en claro que no depende del Estado detener el flujo migratorio, ya que es labor del Gobierno Federal.
GUARDERÍAS Y BARES ABIERTOS, CALLES CERRADAS
Los incrementos en contagios, casos activos y hospitalizaciones en Baja California comenzaron desde la última semana de septiembre y se intensificaron a partir del 31 de octubre. A pesar de la advertencia de que habría más personas contagiadas por el virus SARS-CoV-2, se permitió la apertura de guarderías, eventos como la Baja 1000 -aunque sin público ni premiación- y bares abiertos hasta la medianoche.
“Las guarderías y las estancias van con relación al bienestar de las familias. Vimos los pros y los contras de esto, y la verdad de las cosas, era muchísimo más riesgo continuar con estas restricciones y no hacer un protocolo un poco más estricto y sancionar a quienes no lo cumplieran”, justificó Alonso Pérez Rico.
El análisis y supervisión de los protocolos tardó 14 días, donde no hubo un solo contagio, tomando en cuenta el número reducido de usuarios. “Las guarderías y estancias se abren para que las madres trabajadoras tengan las mismas oportunidades, y el riesgo lo asumimos con el estudio de los protocolos”, agregó.
Por otro lado, destacó el cierre de diez bares en Mexicali, a diferencia de Tijuana, donde Alfonso García Dworak, director de Verificación e Inspección Municipal, aseguró que en los últimos dos fines de semana no han multado bares por incumplir con el protocolo o el aforo, pero sí tiendas departamentales, donde se han visto laxos en las medidas de higiene durante las ventas de El Buen Fin.
DICIEMBRE Y ENERO PODRÍA SER PEORES
Desde el 12 de noviembre se ha visto un incremento en la cantidad de personas hospitalizadas e intubadas en Baja California, sobre todo en Tijuana y Mexicali, así como una disminución en los casos activos de todos los municipios.
Al respecto, Pérez Rico ha advertido que estas cifras irían en aumento, conforme se fueran registrando los casos de las personas que decidieron celebrar el Halloween el 31 de octubre, sin embargo, no esperaban que las hospitalizaciones y pacientes con ventilación mecánica se fueran a disparar.
“Ya no estamos en un anaranjado sólido, eso es obvio, seguimos teniendo hospitalizados, seguimos teniendo intubados”, mencionó.
Desde entonces la ocupación hospitalaria tanto de la Secretaría de Salud como del Instituto Mexicano del Seguro Social ha ido en aumento. Al 12 de noviembre, ambas instituciones tenían 36% de camas ocupadas por pacientes COVID, y al día 18 del mismo mes, tenían 43 y 44%, respectivamente, y con 50 pacientes intubados, como consecuencia de las reuniones masivas del 31 de octubre.
Aunque el porcentaje varía, cada día aumenta entre 1 y 2 puntos porcentuales la ocupación en hospitales, y de seguir la tendencia, a finales de diciembre podrían incluso llegar al 90%.
“La ocupación hospitalaria, así como estamos ahorita el día de hoy -18 de noviembre- con la tendencia que llevamos, vamos a estar muy cerca al 90 o 95% antes de que cerremos este año, eso es obvio”, admitió el funcionario estatal.
Aunque se tienen que tomar medidas más restrictivas, en realidad no pueden “castigar” a la gente por reunirse en casas, no usar cubre bocas o querer salir a la calle, por lo que, de llegar a semáforo Rojo de nuevo, los castigados serían los empresarios.
“Ya la línea ya se bajó desde el Gobierno Federal: no se va a autorizar ninguna medida coercitiva, restrictiva o sancionadora, porque ese no es el tipo de país que somos, seguimos esa línea y nos enfocamos nuevamente a convencer y sancionar actividades que no cumplan con los protocolos”, señaló Alonso Pérez Rico.
PAGARÁN JUSTOS POR PECADORES
El titular de la Secretaría de Salud en Baja California, admitió que si la gente no aprende de lo ocurrido el 31 de octubre, serán los empresarios quienes paguen las consecuencias con el cierre de negocios no esenciales: “El 31 de octubre fue el ejemplo perfecto, hicimos un operativo increíble enfocándonos en los lugares, en las actividades, en las empresas y ahí cumplían todos. El tema no era adentro, el tema era afuera, en la calle, en la gente, la gente era la que no hacía caso”.
Los negocios están cumpliendo con los protocolos, con el aforo y el horario permitido, y en el caso de bares y restaurantes, tampoco se les puede sancionar si no han incurrido en faltas. Entonces, lo que queda es cerrar calles.
MENOS GENTE EN BARES, MÁS GENTE EN PLAZAS
En un recorrido realizado por ZETA durante el pasado fin de semana, se pudo constatar que el aforo en bares de Plaza Fiesta y Zona Centro era el estipulado por las autoridades, sin embargo, las conglomeraciones eran en plazas, centros comerciales y tiendas departamentales que promovieron ofertas por El Buen Fin.
De acuerdo con la Dirección de Inspección y Verificación Municipal, durante el viernes 13 y sábado 14 de noviembre, se aplicaron multas a restaurantes de comida rápida, puestos ambulantes y de sobre ruedas por no cumplir con el aforo permitido ni los protocolos higiene.
Alfonso García Dworak, titular de la dependencia, señaló que hubo más gente en las plazas y tiendas, que aprovecharon las ofertas para acudir en familia, en lugar de hacer las compras de manera individual.
Macroplaza, Swap Meet Siglo XXI, Plaza Río Tijuana y Plaza Sendero tuvieron la visita de familias completas que, si bien portaban cubre bocas al momento de entrar a las tiendas, se lo quitaban en cuanto salían o lo portaban bajo el mentón.
CIERRE DE CALLES, PLAYAS Y PARQUES
Acorde con Alonso Pérez Rico, la única medida que pueden tomar es cerrar calles, playas y parques públicos, y aunque estos dos últimos no han registrado tanta afluencia por el descenso de temperaturas, tomarán medidas en las principales vialidades donde se conglomere gente.
Además de las compras navideñas, se espera que haya conglomeraciones en iglesias, ya que se aproximan las festividades guadalupanas, que incluyen peregrinaciones, misas, mandas, entre otras actividades religiosas.
“Si es necesario cerrar una calle completa para que la gente no se conglomere ahí, eso es lo que tendremos que hacer. O hacemos eso, o tendremos otros 50 pacientes”, advirtió el secretario estatal de Salud.
Para concluir, adelantó que se vienen más casos activos con la temporada invernal, la sinergia de COVID-19 con influenza (de la cual aún no hay casos), por lo que será un final e inicio de año difícil para Baja California y su sistema hospitalario.