Mientras médicos aseguran que durante tres días padecieron apagones en el Hospital General de Tijuana y a consecuencia de ello fallecieron cinco personas, el director del nosocomio dice que no fue así. Que en promedio mueren 3 a 5 pacientes por día y hubo apagones, pero la energía regresaba. CFE confirma dos fallas que dejaron sin luz al Hospital COVID de Tijuana: el robo de cableado de un generador y una falla que personal del Estado no pudo solucionar en la subestación privada del HGT
El lunes 26 de octubre, cuando arribaron al Hospital General de Tijuana, encontraron que no había energía eléctrica. Llevaban más de 12 horas sin luz. Uno de ellos confió: había cuerpos de fallecidos que no se pudieron llevar al área forense, porque los elevadores no funcionaban.
Al final de lo que los médicos y enfermeras contaron como un fin de semana sin luz en el hospital, de manera directa e indirecta, dicen que hubo cinco pacientes fallecidos. Dos porque les falló el respirador, y tres como consecuencia de.
Alberto Reyes Escamilla, director del Hospital General de Tijuana (HGT), lo niega. En promedio, asegura, tienen entre 3 y 5 muertos por día. Lo mismo la falla eléctrica, fueron dos días y no tres, responde el doctor titular.
En la Comisión Federal de Electricidad (CFE) confirmaron varios apagones ese fin de semana, el más largo por más de 14 horas. Los primeros, porque criminales robaron el cableado de cobre de un generador de la compañía federal; el último y más prolongado, debido a una falla en la subestación privada del HGT que personal del Estado no tuvo la capacidad para solucionar. Ellos lo harían hasta el lunes 26 de octubre a las 11:56 de la mañana.
Pero los médicos ya habían denunciado públicamente las pésimas condiciones del HGT que se vieron agravadas por los apagones registrados el fin de semana.
“El hospital estuvo sin luz el fin de semana, no hubo elevadores, se apagaron ventiladores, hubo pacientes fallecidos directamente por el apagón. Hoy llegamos y había cuerpos de personas fallecidas que no pudieron mover el domingo por falta de elevadores. Además, seguimos sin los insumos básicos, llegan… hay por una semana y luego no hay por dos semanas, y así nos traen”, refirieron a ZETA.
De las cinco personas que fallecieron, externaron: “Estamos colapsados, alcanzamos a mover a tres a un área donde sí funcionaba la planta de luz, pero eventualmente fallecieron también. Dos de plano fallecieron directamente por esto”.
Los médicos reiteraron que las fallas en el servicio de energía eléctrica sucedieron “viernes, sábado y domingo; el sábado regreso un ratito como tres veces, el domingo nada y hoy (lunes 26 de octubre) a las once de la mañana regresó”.
De las consecuencias de no contar con energía eléctrica, ampliaron:
“Entorpece y retrasa mucho el trabajo. Por ejemplo, se descompuso el gasómetro y equipo de laboratorios, así que no tuvimos laboratorios -que de por sí faltan con frecuencia-. Hay áreas del hospital que son muy oscuras y no se ve nada, no hay elevadores, no puedes mover pacientes. No puedes dar altas, no puedes bajar a un paciente a Rayos X, mover la comida y el agua se complica”.
Del servicio de elevadores, confiaron: “Hay tres elevadores en el hospital y nunca los hemos visto trabajando los tres. Tiene más de dos años que no sirven. Los número 1 y 2 están funcionando, pero se descomponen a cada rato. Se supone que uno es para mover pacientes COVID y el otro para No COVID, cuando uno deja de servir, pues ya solo sirven para mover pacientes, y todo lo demás -equipo, ropa, comida, agua, alimentos y personal- se tienen que mover por las escaleras”.
Respecto la versión oficial, de que la planta de luz funcionó adecuadamente para proveer energía a las áreas críticas COVID, uno de los galenos consultados afirmó:
“Es mentira que la subestación eléctrica del hospital dé energía a las áreas críticas. Las camas 1 a 12 en el primer piso, donde están los pacientes más graves, se quedaron sin energía eléctrica. Muchos movimientos tuvieron que hacerse para salvaguardar el estado de los pacientes, y en cinco pacientes los cambios y ajustes determinaron un deterioro de los mismos. Desde luego que son pacientes graves, por eso mismo una falla así tiene gran impacto en sus probabilidades de sobrevivir.
“La falla de una subestación eléctrica suficiente, se suma a la falta de otros elementos indispensables para la adecuada atención de enfermos, ¿sabías que el hospital no tiene una forma de calentar agua? No hay caldera. El baño de pacientes se hace con agua fría, o bien el personal tiene que usar peligrosas resistencias para calentar una jarrita de agua. La climatización en el hospital fue un problema enorme durante el verano, y será un problema aún mayor ahora en el invierno”.
MUERTOS POR COVID: REYES ESCAMILLA
De los cinco muertos del pasado fin se semana en el Hospital General de Tijuana, cuatro el sábado y uno el domingo, el doctor Alberto Reyes Escamilla repitió en entrevista con ZETA el martes 27 de octubre, que los decesos fueron por causa natural, no por falta de corriente eléctrica: “Normalmente tenemos de cuatro a cinco fallecimientos al día, claro que varía, ahorita tenemos un promedio más bajo, pero entra en el rango. Puedo decirle que por falta de energía no es posible el fallecimiento, porque todos los ventiladores tienen una protección de cuatro a seis horas, en ese tiempo tenemos mucho margen y opción para actuar. Algunos ventiladores no fueron capaces de entrar o tener corriente, se puso la corriente con cables, se tomó energía del lugar que había”.
Detalló que el HGT cuenta con 47 ventiladores disponibles -13 portátiles-, por lo que tenían equipo en excedente para resolver. “El sábado tuvimos 24 intubados y el domingo 23, y ayer lunes 23, por eso esos rumores de que se murieron por falta de ventiladores…la gente no conoce”.
-¿Tuvieron que mover pacientes?
“No pacientes, cables nada más y corriente tenemos, es lo único que se tuvo que hacer. En todo caso, que algún ventilador fallara, tenemos más, lo máximo que tuvimos fueron 24 pacientes, ahorita tenemos 23, ayer 23, entonces tenemos todavía en reserva ventiladores”.
Respecto al servicio parcial que da la planta de luz del hospital, explicó:
“Si tú dices que la gente se está cuidando, la verdad es que no”: Pérez Rico
Baja California lleva cuatro semanas incrementando su número de personas contagiadas con COVID-19 e intubadas diariamente, y aunque mucho se ha discutido sobre qué estrategias implementar, para prevenir que se vuelva al semáforo de riesgo en máxima alerta, las autoridades locales no han definido una estrategia.
Durante la conferencia del 27 de octubre del gobernador Jaime Bonilla Valdez, el secretario de Salud del Estado, Alonso Pérez Rico, mencionó que la entidad estaba en un sólido color Naranja y aún faltaba tiempo y factores para volver a estar en Rojo, pero de continuar la tendencia, es probable que en dos semanas se regrese a riesgo máximo.
El 29 de septiembre, la cifra de casos activos en el Estado era de 344, Mexicali ocupaba el lugar 47 en la lista de municipios con más casos, Tijuana el 63 y Ensenada el 90; para el 22 de octubre, el número de casos activos en BC era de 422, un día antes había 409 y en el transcurso de una semana, la cifra aumentó a 450 personas, de acuerdo con información del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica.
Al 29 de octubre, Mexicali ocupa el lugar 32 con 251 casos activos; Tijuana el 64, con 88 casos; y Ensenada el 65, con 86.
El lunes 26 de octubre, Pérez Rico afirmó que aún no había nada concreto en cuanto a las medidas a tomar para frenar el repunte de casos, al estar en pláticas con comerciantes de mercados sobre ruedas y líderes transportistas.
“Si tú dices que la gente se está cuidando, la verdad es que no, si te vas a las calles, a las colonias, a los centros comerciales o a los mismos restaurantes te das cuenta que no necesariamente es el 50% del aforo, no se están cuidando todos”, planteó el funcionario.
“Si nos vamos a anaranjado con esta situación, la población va a creer que ya se acabó, si así, nos fuimos a anaranjado y pensaron eso, ahora imagínense si nos vamos a Amarillo. Entonces, hasta que nosotros veamos que existe ya la cultura de esta nueva normalidad, donde nos cubrimos la boca, donde nos protegemos, en ese sentido podemos transicionar de anaranjado a Amarillo, de otra forma, no”, advirtió el funcionario.
MAYOR RIESGO EN EL TRANSPORTE
Mario Escobedo Carignan, secretario de Economía Sustentable y Turismo en el Estado, afirmó en el transporte público hay mayor riesgo de contagio, por eso, una de las estrategias es vigilar que los transportistas cumplan con las medidas sanitarias y no excedan la capacidad permitida de pasajeros.
“Tenemos que enfocarnos muchísimo en temas del sobre ruedas y en el transporte público, ver la forma de que sea obligatoria la utilización de cubre bocas, son ese tipo de situaciones que no se han terminado de entender”, expuso el funcionario estatal.
Una de las opciones que podrían implementar, es el cierre de ciertas actividades y comercios por ciudad, ya que Tijuana, Mexicali y Ensenada presentan la mayor incidencia.
En el caso de Mexicali, se está analizando el cierre parcial de cervecerías artesanales, es decir, hacer un programa para que los comercios cierren ciertos días de la semana, o abran en determinados horarios; en Ensenada ni siquiera se ha considerado qué actividades cerrar.
“Tenemos que tomar en cuenta que ahorita hay muchas empresas que se reactivaron y están colgadas de las uñas y esperando el cierre de año, El Buen Fin, las posadas, con todas las limitaciones que podamos tener, hay muchas empresas que están pasando las de Caín y sería catastrófico e implicaría que ya no sobreviviría la empresa y otra estrategia en términos de financiamiento”, agregó Escobedo.
José Román Aboytes, secretario de Movilidad Municipal, dijo a ZETA que solo cuentan con 35 inspectores para verificar que los transportistas cumplan con los protocolos sanitarios, desde el uso de cubre bocas, gel antibacterial y un aforo de 30% en sus unidades. Se está trabajando con el Instituto Estatal de Movilidad para presentar una iniciativa ante el Congreso local y establecer sanciones que permitan regular a los transportistas, mientras tanto, solo se están coordinando para crear conciencia en los conductores para que cumplan, y ante el incremento de contagios, no se puede hacer más.
“Como ustedes saben, no abarca todo el hospital, sino los servicios críticos y áreas de hospitalización donde están pacientes, lo que es urgencias, áreas de hospitalización, gineco, quirófano, terapias intensivas, refrigeradores, laboratorios, cuarto frio. Lo que no cubre es parte laboratorios, áreas administrativas, parte de cocina, parte de almacén, pasillos, consulta externa, archivo, admisión, estacionamientos, patios y jardines.
“Caos hubiera sido que no entrara la planta, nomás tendríamos cuatro horas y tendríamos que tener a todos los médicos ventilando a los pacientes, y no tenemos tantos médicos. Antes, que no teníamos tantos ventiladores, sí llegó a suceder que los médicos tuvieran que hace ventilación manual, pero esta vez no”, argumentó el doctor Reyes Escamilla.
LA FALLA DE LOS ELEVADORES
En cuanto a la falta de energía en los elevadores, la enfermera Rosario Camacho, quien encabeza el Comité de Desastres, comentó que el protocolo de emergencia sí tiene conectado uno de los tres elevadores del edificio a la planta de luz, pero en esta ocasión coincidió con que el aparato estaba en reparación.
El director del hospital dijo que sin elevadores, de ser necesario mueven a los pacientes por las escaleras, “pero no tenemos pacientes que se tengan que operar ahorita, y si hay pacientes que por alguna razón se tengan que operar, se quedarían en recuperación- tenemos nueve camas- a un ladito de quirófano”.
SÍ HAY PROBLEMAS DE SUMINISTRO DE MEDICAMENTO
De la queja de los médicos por la falta de medicamentos, el doctor Reyes Escamilla admitió: “Hay un problema serio, no hay abasto en tiempo. Llegó el momento en que tenemos mucho Midazolam (sedante ansiolítico) y no teníamos Propofol (anestésico), llegó el momento en que usaban uno o usabas otro, y era difícil tener todo el medicamento que se requiere junto, no lo compraban porque no había proveedores, pero nunca hemos tenido un desabasto en el 100%. Hemos tenido un desabasto parcial en el 10%, en el 20% en algún tipo de medicamento.
“No sé por qué tardan tanto en comprarlo, en mandarlo. Mexicali lo compra y lo distribuye en todos los hospitales que tiene en el Estado. Hay prioridad para nosotros, sí, pero los otros hospitales también tienen necesidad”.
Aseguro que el hospital solicita medicamento extra, “pero no es existencia que tengamos en abasto, estamos peleando por tener un stock, pero ellos no logran comprarlo, o no se los venden o no sé qué pasa. Entonces, ahí andamos batallando, nunca nos hemos quedado sin los dos, pero no estamos trabajando con la tranquilidad. Aunque tampoco es como para decir que por esa razón se deja de atender a los pacientes”.
– ¿De cuánto retraso estamos hablando?
“De 24 o 48 horas, no es mucho. Pero alguien enfermo de COVID…”.
– ¿Ha llegado el momento en que uno de eso medicamentos no esté en existencia?
“Pero ha habido el otro. El problema es que a veces el médico batalla muchísimo para volver a sedar al paciente cuando no tiene le medicamento adecuado, le tienen que dar mayor dosis”.
TRES CORTES DE LUZ
Al relatar la falla, el jefe del Departamento de Conservación y Mantenimiento del HGT, ingeniero David Ayala, expuso: “El viernes no pasó nada, el sábado 24 de octubre tuvimos dos apagones, uno de aproximadamente 40 minutos, pasadas las cuatro de la tarde aproximadamente, y otro de ocho minutos entre diez y once de la noche. Tenemos un generador de respaldo, que normativamente entra en ocho segundos, es algo que tenemos garantizado por rutinas y mantenimiento preventivo diario, mensual y anual. Acabamos de tener una acreditación, a nosotros nos revisa la Cofepris (Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios). Tenemos dos plantas, si una está en línea, si falla entra a otra.
“En todos los equipos pasa lo que llamamos transferencia, son esos segundos de suspensión de luz, pero el generador estuvo trabajando perfecto en estos dos eventos del día sábado, el protocolo de revisión de líneas vitales se empieza en la planta, el generador suministro de oxígenos suministros eléctricos y después se sube a piso a revisar que todos los circuitos estén trabajando, esto tarda 15 minutos, pero en el inter las enfermeras y personal de biomédica están revisando los aparatos y nos avisan si existe algo que se deba atender con urgencia”.
En cuanto al domingo 25 de octubre, dijo que el evento fue a las 16:15 horas, entró la planta y debió trabajar durante más de 14 horas seguidas, “respaldando las áreas críticas” porque “regresó la luz como en promedio una hora, pero ya con una falla, parcial… haga de cuenta que llegó la mitad de la luz en cierta parte, como consecuencia del corto que hubo por vandalismo, se afectó un fusible de un seccionador”, indicó el ingeniero.
El problema se resolvió al mediodía del lunes 26 de octubre.
CFE SE HIZO CARGO SIN SER SU REPONSABILIDAD
“Por la hora, el día, la CFE nos estuvo apoyando” y detectaron la falla, “es un fusible que no está regularmente en existencia y lo estuvieron buscando en su bodega” en Mexicali, pero no lo encontraron ni domingo ni lunes.
“Nos apoyaron a cambiar una refacción”, de esta manera se conectó la luz de manera directa y segura al hospital, “se hizo un puente para luego cambiar el fusible”, el cual el martes ya habían encontrado, y en breve harán otro corte programado para instalarlo.
“Estos fusibles son sobre pedido, vamos a tratar de tener en existencia dos o tres”, concluyó Ayala.
EN 21 MINUTOS SE RESTABLECIÓ LA ELECTRICIDAD AL HGT ANTE ROBO DE CABLE EN TRANSFORMADOR: CFE
Las fallas eléctricas que sufrió el Hospital General de Tijuana durante el sábado 24 y domingo 25 de octubre se debieron: el primero al robo de cable en un transformador de la CFE en la calle Frida Kahlo en Zona Río; y el segundo a un problema en la subestación privada del nosocomio, originando en los flujos eléctricos de la Comisión.
Emmanuel Abril Herrera, gerente divisional de Distribución de la CFE en Baja California, comentó que el sábado alrededor de las 16:50 horas se presentó la primera falla que generó la suspensión en el suministro eléctrico del circuito de media tensión RII-04115 de la subestación Río. Pese a ello, 21 minutos después, a las 17:11 horas, quedó restablecido al 100% el suministro eléctrico del HGT, ya que se aisló el tramo donde está fallando y se pudo recuperar la carga en otros alimentadores.
Posteriormente, el domingo 25 de octubre a las 17:40 horas, la CFE recibió una solicitud de apoyo por parte del HGT por otra falla eléctrica ocasionada por un problema en uno de los fusibles en la subestación privada del hospital, apuntó el funcionario en entrevista con ZETA.
Efectuar dichos trabajos no le correspondían directamente a CFE, ya que pudo haberlos hecho el propio hospital, pero como “no tenían la capacidad en ese momento, nos pidieron el apoyo y sobre todo para asegurar que fuera más rápido”.
La CFE apoyó al HGT conforme al compromiso que tiene la paraestatal con el Sector Salud, sobre todo en la contingencia de COVID-19. Las labores consistieron en el reemplazo de un codo en el seccionador y un fusible en la subestación privada del nosocomio.
“No son fusibles que se encuentran en el mercado, entonces se consiguió para poderlo reemplazar”, apuntó Emmanuel Abril Herrera, quien precisó que esta reparación concluyó el lunes 26 de octubre a las 11:56 horas (tiempo local).
El representante de la CFE aseguró que en ningún momento la planta del HGT dejó de funcionar correctamente. (Con información de Julieta Aragón Domínguez)