La terapia de oxígeno hiperbárico consiste en respirar oxígeno en una cámara a presión. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha autorizado cámaras hiperbáricas para ciertos usos médicos, como el tratamiento de la enfermedad de descompresión que sufren los buzos. La marina de San Diego, Ensenada y el doctor Carlos Buenrostro en Tijuana, son los que tienen cámaras hiperbáricas para tratamientos curativos y preventivos.
La oxigenación hiperbárica es un tratamiento seguro, no invasivo, bien tolerado, eficaz e indoloro, que reduce la mortalidad de algunas enfermedades, disminuye costos por atención, tiene mínimos efectos secundarios y tiempos de recuperación menores a los convencionales.
Entre 90 y 120 minutos por cada sesión. Esto incluye 15 minuto es para llegar a la presión adecuada y 15 minutos para salir de la presión de trabajo. Todo depende del padecimiento y de la gravedad del paciente. Por lo general, se tratan entre una y cuatro veces al día, y los tratamientos requieren entre una y 60 sesiones, dependiendo de la severidad de la enfermedad (pero en promedio son alrededor de 10 sesiones por padecimiento).
Las condiciones aceptadas por el Comité de Oxigenación de la Sociedad Americana, se dividen en cuatro grandes grupos: Infecciones severas. Problemas de cicatrización (pie diabético, problemas post-radiación). Trauma agudo (incluyendo quemaduras). Diversas patologías que tienen en común una hipoxia aguda o crónica (lesiones neurológicas o problemas por intoxicación).
Acciones: reducción de tejidos inflamados, mejora de la circulación, aceleramiento de la cicatrización (produciendo fibroblastos y estimulando la formación de colágeno), aumenta la formación de vasos sanguíneos en áreas con circulación pobre, favoreciendo la remodelación del hueso (al estimular a las células encargadas de esta función). Provoca el aumento de la elasticidad del eritrocito para favorecer la circulación en los pequeños vasos sanguíneos, a nivel celular disminuye lesiones llamadas isquemia/reperfusión, como es el caso de las quemaduras o traumatismos externos; corrige estados hipóxicos titulares -es decir, tejidos con falta de oxígeno-, estimula la eritropoyesis (formación de glóbulos rojos), reduce el uso de la insulina en el paciente diabético, reduce el edema traumático y posquirúrgico, potencia la acción de los antibióticos. Y es bactericida en gérmenes anaerobios, deteniendo la alta toxina de los anaerobios (bacteriostático en gérmenes aerobios).
En enfermedades agudas: envenenamiento por monóxido de carbono, anemia aguda, isquemia periférica, síndrome compartimental, quemaduras térmicas, embolismo arterial de gas, enfermedad de descompresión, gangrena gaseosa, infección necrotizante de tejidos blandos (fascitis necrotizante), intoxicación por cianuro, trombosis de la arteria central de la retina.
En enfermedades crónicas: Osteomielitis crónica refractaria. Gangrena diabética. Quemaduras por radiación. Radio necrosis pélvica (tejidos blandos). Necrosis avascular de huesos. Cortipatía (vértigo de origen vestibular). Actinomicosis y micosis refractarias.
Atentamente,
Dr. José Fernando Jaramillo Cisneros.
Tijuana, B.C.
Correo: drferja@hotmail.com