De Trez en Trez
Uno.- Desde que Baja California se convirtió en el estado número 29 de la Federación ha tenido de todo un poco con los personajes que se han desempeñado como gobernadores de la entidad.
Los ha habido de los que acostumbraron aplicar la ley, pero no la ley escrita sino su propia ley; otros hicieron como si las leyes no existieran; unos más las acataron a medias y unos, simplemente sabían de su existencia y se las pasaron por el arco del triunfo y así hasta llegar al actual que pretende modificar cuanto ordenamiento le estorbe a sus caprichos… aunque luego me lo pongan quieto.
Hubo mandatarios muy discretos en eso del manejo de los dineros públicos, uno bien enamorado y travieso, uno más que fue sorprendido en “paños menores” y por su pésimo desempeño fue “distinguido” con otro nombramiento federal sin terminar su sexenio, frívolos y practicantes del nepotismo también hemos padecido los bajacalifornianos; otros recientes que han incrementado su fortuna y metido la mano hasta el codo en el erario para poder vivir sin problemas junto con sus familias y colaboradores compinches muy pinches, diría mi abuela– más cercanos.
En suma, de los 15 gobernadores que han cobrado como tales desde 1952, entre constitucionales, substitutos e interinos, se pueden contar con los dedos de una mano -y sobrarían más de la mitad- aquellos que medianamente han cumplido su encargo y se salvan de la “chamusquina”.
En una primera etapa el dominio del PRI colocó 8 gobernadores, luego vinieron 6 panistas y el actual de Morena; solo este último es nacido en BC, los demás llegaron de Jalisco, Sonora, Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Sinaloa, Veracruz, Yucatán y hasta de California: Roberto de la Madrid (call me “Bob”, please), Eugenio Elorduy y Ernesto Ruffo Appel, el iniciador de la “ola azul” que terminó después de 30 años con el desastre de Arturo “Kiko” Vega de Lamadrid.
Doz.- El actual gobernador Jaime Bonilla Valdez, funcionario en California, empresario metido a político, se supo subir al tren morenista justo a tiempo y lo aprovechó para ser legislador primero; luego súper delegado federal y ahora “mini gobernador” -y no precisamente por su estatura- que trata de imponer su muy personal estilo de gobernar, que no es precisamente el más aseado ni transparente. Ha pretendido desde su llegada, hacer y deshacer a su antojo y conveniencia.
Ha pasado mucho de su poco tiempo de gobierno tratando de extender su mandato a cinco años; luego trató de acortar el del próximo gobernador. Ahora intenta colocar sucesor a modo, aunque para ello esté protagonizando una pelea con su compañero de Morena, el alcalde de Tijuana Arturo González Cruz.
También registra desencuentros y amenazas con las alcaldesas de Mexicali y de Tecate, dicen que su gallo es el de Ensenada, enfrentamientos con los dirigentes locales de su propio partido; no se diga con los medios de comunicación a los que atiende poco, casi nada. Al estilo de AMLO, rinde un “informe facebookero” que resulta mala copia del de su “amigo” el de Palacio Nacional.
Cuando debería estar combatiendo la inseguridad, las desapariciones cada vez más frecuentes en BC, la violencia generalizada y la de género, atender la situación económica harto difícil por la que atravesamos en BC y el país en general, promover un clima de paz y tranquilidad (en fin, cumplir lo que prometió en campaña), prefiere desperdiciar mucho de su tiempo en asuntos que sólo a él le importan.
Trez.- Como se ve, ha habido de todo como en botica; pero todos tienen algo en común: no le han cumplido a Baja California cabalmente -o ya de perdida- lo que prometieron cuando andaban en campaña; por el contrario, han quedado a deber y mucho, ya sea en cuestión de desarrollo y bienestar o también en millones de pesos, pero deben.
Nuestro estado es tierra noble, lo mismo sus habitantes nativos de estos lares; hospitalarios, se reciben aquí diariamente miles de mexicanos llegados de otros estados, unos con la cada vez más difícil idea de cruzar ilegalmente e USA y luego de no lograrlo aquí se quedan; algunos con antecedentes poco constructivos, la gran mayoría con ánimo de trabajar para lograr una mejor forma de vida.
Los habitantes de BC hemos sido bastante pacientes -mi sabia abuela nos llama de otra forma- en eso de tolerar los desmanes de los gobernantes que hemos padecido, pero poco a poco nos han ido “llenando el hígado de piedritas”, tanto que ante los acontecimientos actuales de la “grilla” -que no política- estatal, es necesario elevar un “¡Basta!”. Nuestro estado y sus municipios merecen algo mejor y no la caterva de personajes que nos han gobernado.
P.D.- Sigue el desmadre de las “encuestas” en la lucha por la dirigencia nacional de Morena…
P.D.2.- ¿Y el avión? ¿Y Lozoya? ¿El huachicol? ¿El penacho? ¿Las disculpas? ¿Y el BOA?
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com