Luis Alberto Echeverría Valdés fue detenido el 21 de septiembre en un domicilio de la colonia Solidaridad en la comunidad de Guerrero Negro. Datos de inteligencia criminal lo identifican como sucesor del grupo de Los Beltrán, célula delictiva que había sido desactivada por los hermanos Villavicencio
Hasta el lunes 21 de septiembre, Luis Alberto Echeverría Valdés “El Luisillo” o “El Luisón” era uno de los objetivos prioritarios y generadores de violencia en Mulegé para el Gobierno de Baja California Sur, por tratarse de uno de los líderes criminales que controlaba parte de la Zona Norte de la entidad.
Fuerzas de seguridad realizaron un operativo para detener al líder criminal de Los Beltrán sin realizar un solo disparo, contando con la colaboración de células de inteligencia y especialistas en delincuencia organizada. d
“Mediante investigación y seguimiento de elementos de la Agencia Estatal de Investigación Criminal adscritos a la Procuraduría General de Justicia del Estado y en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional, fue detenido el de nombre Luis Alberto ‘N’ tras contar con un mandamiento activo por la comisión de un hecho que la Ley señala como delito y tipifica como homicidio calificado con alevosía, dentro de la causa penal 079/2010”, indicó la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Tanto efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) como de la Procuraduría elaboraron un mapa de inteligencia, con el cual poder entrar y salir de la zona de conflicto sin generar un enfrentamiento.
“El Luisillo” fue capturado en un domicilio ubicado en la colonia Solidaridad de la comunidad de Guerrero Negro, municipio de Mulegé. Datos de inteligencia criminal lo ubican como sucesor del grupo de Los Beltrán, célula delictiva que había sido desactivada por los hermanos Villavicencio.
Tras la muerte de Guadalupe Beltrán Beltrán “El Lupillo” y Juan Beltrán Beltrán “El Indio”, asesinados en 2013 y 2014, respectivamente, la célula delictiva Los Beltrán había estado fuera de reflectores, hasta este año que se enfrentó a grupos criminales antagónicos.
“Se reactivaron las actividades criminales, ‘El Luisillo’ se encontraba escondido de la acción penal desde 2010, que atentó contra ‘El Adrián’, hermano y miembro importante de Los Villavicencio, acérrimos enemigos por el control de la plaza de zonas como Heroica Mulegé, Santa Rosalía, San Ignacio, Vizcaíno, Villa Alberto Alvarado Arámburo, Díaz Ordaz, Guerrero Negro, entre otras comunidades. Desde 2010 a la fecha, pese a la muerte de Los Beltrán, sus remanentes han enfrentado a Los Villavicencio, generado actos violentos en las distintas comunidades”, explicó un miembro de la Mesa de Seguridad Pública.
“El Luisillo” o “El Luisón”, que también se identificaba con el alias Jesús Genaro Ferret Murillo, era buscado desde 17 de abril de 2010, fecha en que dio muerte a Adrián Villavicencio Arce “El Adrián” de 21 años, entonces líder de plaza en el Valle de El Vizcaíno.
EL ASESINATO DE ADRIÁN VILLAVICENCIO
Fuentes de inteligencia militar y de la Agencia de Investigación Criminal de la PGJE confirmaron a ZETA que el homicidio cometido hace más de 10 años y que estaba impune, fue el principal generador de la violencia y disputa entre grupos criminales de la Zona Norte.
Según los hechos, “El Adrián” se encontraba en un convivio familiar cuando “El Luisillo” llegó en compañía de “El Lupillo” (acribillado en su casa en 2013), propinando hasta siete tiros al joven de 21 años. En su momento la PGJE reveló que se trató de disparos de un arma tipo escopeta.
El lugar donde perdiera la vida Adrián Villavicencio fue en el patio frontal de la vivienda ubicada en Avenida Valentín Gómez Farías de la colonia Magisterial, en la comunidad de Guerrero Negro.
“`El Lupillo’ y ‘El Indio’, ambos líderes de Los Beltrán, fueron ejecutados por Los Villavicencio, incluso a todo aquel presunto cabecilla que intentaron colocar en diversas plazas, se sabía en ese entonces que Los Villavicencio obedecían al Cártel de Sinaloa; mientras que Los Beltrán eran remanentes del Cártel Arellano Félix, mismos que se aliaron con el Cártel Jalisco Nueva Generación, allí nació una alianza que se conoció como Cártel Tijuana Nueva Generación, desde luego que operaron y han mantenido operaciones silenciosas, hasta entonces que han respondido a los ataques”, confirmó el agente de la Mesa de Seguridad.
Desde el 17 de julio de 2010, fecha en que se configuró el mandamiento activo por el delito de homicidio calificado con alevosía -según la causa penal 079/2010-, autoridades le habían seguido la pista, pero dejaron de buscarlo.
“Seguramente estaba muy conectado con los elementos de la zona, porque pasaron más de 10 años para que la fuerza policiaca y militar pudiera detenerlo, tuvieron que llegar elementos desde La Paz para efectuar el operativo sorpresa y con resultado positivo. Sin duda esto va a generar un movimiento, enroques y quizá ataques del lado contrario, para ello se ha montado un operativo especial”, compartió la fuente de la Mesa de Seguridad.
En las primeras indagatorias del incidente, “El Luisillo” y “El Lupillo” llegaron a la escena del crimen, donde se encontraba el menor de Los Villavicencio. Preguntaron por una persona desconocida, sin embargo, sirvió para ubicar al líder de plaza de El Vizcaíno y, una vez visto, fue agredido a tiros.
Los maleantes huyeron del lugar a bordo de una camioneta Ford F-150 de color gris, modelo entre 1998-1999. Su foto fue colocada en las comandancias de diversas corporaciones de seguridad.
“El homicidio cometido en abril de 2010 sin dudarlo fue por la disputa de la plaza, una pelea que se agudizó desde ese momento, en días recientes fue confirmado por inteligencia militar que se estaban reactivando con la violencia en Guerrero Negro y Vizcaíno, ‘El Luisillo’ ya estaba activo de nuevo, confrontando a otros delincuentes por el control total de la Zona Norte”, se informó desde la Mesa de Seguridad Pública.
Al sentir pasos, Los Villavicencio reactivaron a las diversas células delictivas, mismas que han sido desarticuladas recientemente en la Zona Norte, y con este último golpe de la captura de uno de los generadores de violencia, la autoridad confía en que la situación se tranquilice.
Aunque a decir de algunos expertos, es probable un reacomodo en los grupos criminales, lo que podría traer un brote de violencia, “es momento para encender los radares, habrá reacomodo natural y estamos en espera del movimiento que se pueda generar para establecer el nuevo mapa delictivo, sobre todo a la ciudadanía lo que más le interesa es que no haya más desaparecidos, más homicidios y actos violentos; eso es lo que precisamente estamos tratando de evitar”, afirmó el miembro de inteligencia militar.
LOS BELTRÁN Y LOS VILLAVICENCIO PELEAN POR LA PLAZA
Tras el asesinato del menor de Los Villavicencio en 2010, los hermanos mayores retomaron el control, ocupado por Iván Villavicencio Arce “El Taquero”, asesinado tres años más tarde, el 8 de diciembre de 2013.
Su cuerpo fue localizado sin vida en el monte a un costado de una camioneta tipo pick-up Ford F-150, color negro y sin placas de circulación, en el Kilómetro 132+500 de la Carretera Transpeninsular, en Villa Alberto Alvarado Arámburo en Mulegé.
Por dicho homicidio, en octubre de 2014 la PGJE capturó a Henry Froilán Rojas Ramírez “El Zopilote”, originario de Apatzingán, Michoacán. Meses antes le habían asegurado un arsenal enterrado a un costado de la carretera a Bahía Tortugas.
Sin embargo, en septiembre de 2017 “El Zopilote” se fugó del penal de mediana seguridad en San José del Cabo, pero fue capturado nuevamente en enero de 2018 tras un enfrentamiento con agentes ministeriales en el fraccionamiento Juárez de La Paz.
Un año antes, Los Villavicencio habrían maquilado el operativo para dar muerte a uno de los autores materiales del asesinato de “El Adrián”: Guadalupe Beltrán Beltrán “El Lupillo” quien fue atacado en noviembre de 2012 en el rancho El Vergel, en la comunidad de Jesús María en Baja California. El ataque fue perpetrado por tres hombres encapuchados que ingresaron hasta el dormitorio, donde “El Lupillo” se encontraba en compañía de su esposa e hija de meses de edad, quienes resultaron lesionadas.
El narcomenudista Juan Beltrán “El Indio” fue ejecutado con armas AK-47 la tarde del 14 de enero de 2014. Los sicarios ya le seguían el paso, cuando estaba estacionado afuera del negocio Electrónica Amador en la comunidad de El Vizcaíno.
Aunque extraoficialmente se manejó que “El Luisillo” había ordenado la ejecución para quedarse con la plaza, fuentes de inteligencia militar colocan a Los Villavicencio como presuntos responsables, ya que era hermano de quien dio muerte a su hermano menor.
“La disputa por la plaza lleva una década, en ese periodo han pasado grupos criminales, muchos de ellos desaparecidos o ejecutados, un caso fue el de ‘El Talibán’, miembro del CAF que llegó a operar en 2016; fue cazado por los hermanos Eduardo, Damián y Alberto de apellidos Villavicencio Arce, información que les llegó, les entregaron a ‘El Talibán’, a su escolta y lugarteniente”, refiere la fuente de seguridad.
El 1 de febrero de 2016, Martín Anaya Gorosave “El Talibán” fue emboscado por Los Villavicencio. Al momento de su deceso estaba acompañado por su chofer y escolta Obed Esaú Félix Camacho y su lugarteniente, Alejandro Hernández Curiel “El Bebo”, al circular por Avenida General Lázaro Cárdenas y calles de 24 de Agosto y Pino Suarez.
De las unidades motrices les dispararon e hirieron de muerte al chofer, al detenerse el auto en la banqueta, “El Bebo” trató de repeler el ataque, pero la contención y cobertura para que huyera “El Talibán” fue estéril, alcanzándolo a la altura de Hotel LOF, a 80 metros del sitio.
La camioneta Toyota Tacoma de color negro quedó con al menos 30 orificios de proyectil de arma de fuego en la parte trasera, frontal y lateral; en el volante, el cuerpo de Obed Esaú tendido a un costado “El Bebo”, y el líder a 80 metros del lugar.
“Fue de los atentados más marcados, Los Villavicencio no iban a permitir el acceso a más células criminales, ya era bastante la disputa con Los Beltrán, ya que ‘El Talibán’ había llegado procedente de la Heroica Mulegé, donde presentó a Obed Esaú como nuevo contacto en las comunidades del Valle del Vizcaíno, Villa Alberto Alvarado Arámburo, Díaz Ordaz y Guerrero Negro, lo que generó molestia en la célula criminal y desató la triple ejecución”, finalizó el miembro de la Mesa de Seguridad Pública.