Hoy viernes 7 de agosto, el Presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a Los Cabos, Baja California Sur como parte de las giras que recientemente reactivó en medio de la pandemia por la COVID-19, pero autorizado por la Secretaría de Salud y con medidas de seguridad, como distanciamiento social en sus actos públicos y conferencias, y el uso de cubre bocas, como se vio al mandatario entrando a un hotel en Sinaloa. La gira del Presidente de la República incluyó los estados de Nayarit, Sinaloa, Baja California Sur y Sonora. Enterito se brincó Baja California, donde gobierna uno de los suyos, el morenista Jaime Bonilla Valdez, pero de quien dicen en su oficina, se ha distanciado públicamente. Amplían los cercanos al Ejecutivo federal que ha estado muy a disgusto con el gobernador bajacaliforniano a quien él hizo diputado, luego senador y después súper delegado en BC, hasta convertirlo en candidato a la gubernatura en 2019. Lo que explican ha extrañado al Presidente López Obrador, es en general “la actitud del gobierno”, sea por la intención de quedarse cinco años en el gobierno para el cual fue electo por dos, o cuando a través de su secretario general de Gobierno, Amador Rodríguez Lozano, solicitó a alcaldes y diputados que se votara a favor una Ley que pretende reducir a tres años el próximo periodo del Gobierno del Estado, asegurando eran “órdenes directas del Presidente de la República”; o recientemente cuando, por decreto del gobernador, este tomó una caseta de peaje en Tijuana, que está en la administración y facultad de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, lo cual diría el Presidente, no era correcto. Al final, Bonilla reculó y emitió otro decreto para invalidar aquel con el que se había apropiado de lo que no le corresponde. Hace una semana, AMLO anunció su gira por los estados del Norte, pero omitió Baja California. Ahora sí que a buen entendedor…