El sábado 25 de julio, un grupo de siete personas irrumpieron en el albergue “Agape Misión Mundial” en busca de problemas; el pastor y director del lugar, Alberto Rivera, llamó en repetidas ocasiones al 911 en busca de ayuda, pero ésta nunca llegó.
En entrevista con ZETA, el pastor comentó que es común que jóvenes vecinos vayan a la cancha de futbol a jugar con los migrantes, pero al calor del juego, los ánimos suben y comienzan las confrontaciones; situación que ocurrió este 25 de julio.
El grupo de jóvenes ingresó sin permiso al albergue Agape, ubicado en la colonia Salvatierra, que actualmente da hogar a 97 migrantes desplazados por la violencia en sus lugares de origen. Rompieron candados e increparon al pastor y a los migrantes que previamente estaban jugando con ellos.
Rivera les pidió que se fueran, pero le respondieron que no lo harían, “pues si quiere, sáqueme de aquí a la fuerza; y si quiere nos agarramos a golpes”.
A las cuatro de la tarde con 10 minutos se realizó la primera llamada al 911; se registró el reporte y se dio aviso al C2, perteneciente a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal, pero la unidad no llegó.
La segunda llamada se registró tres minutos antes de las cinco, otra vez pidiendo apoyo, donde le dijeron que la unidad ya había atendido el reporte. Las siguientes llamadas se realizaron en el transcurso de las cinco de la tarde hasta casi las ocho de la noche (17:17, 17:27 17:30, 17:36, 17:37, 18:32, y 19:58), pero nunca las atendieron, y los jóvenes tampoco se fueron.
Hiram Sánchez Zambrano, fiscal central de la Fiscalía General del Estado, informó a ZETA que sólo tienen registradas las dos primeras llamadas -a la hora que el Pastor Rivera indicó-, y que tenían reportado que sí se había dado la atención, pero no hubo novedades.
Mientras que, por parte de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, emitió un comunicado señalando que sí atendieron el reporte, pero no se encontraron con el denunciante, por lo que se retiraron del lugar.
El pastor Rivera comentó que el 28 de julio se reunió con jefes de la Policía Municipal, y mientras coordinaban una estrategia de seguridad, llegaron los jóvenes a irrumpir en el lugar nuevamente.
Los oficiales dialogaron con ellos, y los jóvenes les dijeron que lo hacían porque, hace años, las canchas donde jugaban eran de la comunidad; por lo que sentían que tenían el derecho de hacerlo, relató el pastor.
Sin embargo, Rivera explicó que ese predio les pertenecía desde el 2007, ya que el ex gobernador José Guadalupe Osuna Millán se los cedió, y desde entonces se han encargado de pagar los servicios, incluyendo el predial.
Mencionó que los jóvenes podían seguir practicando deporte, si lo hacían en son de paz. Además, la Policía Municipal ya comenzó con rondines en la zona, y en cada cambio de turno tienen que reportar una bitácora a cargo del pastor Rivera, con el fin de evitar más incidentes.
