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domingo, febrero 25, 2024
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Me quiere, no me quiere…

– Me quiere, no me quiere… Me quiere, no me quiere…

“¿Estás deshojando una margarita?”.


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– No, ¡estoy borrando contactos de mi celular!

Autor: Un millennial.

 


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La esposa del gerente

– Me acabo de enterar que tienes nueva secretaria.

“Sí, empezó la semana pasada”.

– Y ¿son bonitas las piernas de tu nueva secretaria?

“La verdad ni me he fijado”.

– No me mientas, ¿de qué color son sus ojos?

“Mujer, ni he tenido tiempo de verlos, ¡estoy trabajando!”.

– ¿Cómo se viste?

“Se viste bien rápido”.

Autor: Ex marido.

 

Otra secretaria

El gerente general de una empresa decide quedarse a trabajar hasta tarde para estar con su joven secretaria, por lo que llama a su esposa e inventa una excusa.

Después del trabajo, la invita a cenar, por lo que regresan a su apartamento y tienen relaciones s3xval3s durante dos horas.

Luego, el hombre va al baño para arreglarse y volver a casa, entonces nota una enorme marca en el cuello y se asusta, preguntándose qué le iba a decir a su esposa.

El hombre llega a su casa con un plan, abre la puerta principal, su perro se acerca a saludarlo y rápidamente cae a la alfombra, fingiendo luchar contra el cariñoso animal.

Sosteniendo su cuello con una mano, dice a su mujer:

“Amor, ¡mira lo que el perro hizo a mi cuello!”.

Abriendo su blusa, ella responde:

“Eso no es nada, ¡mira lo que me hizo a mí!”.

Autor: Ex marida.

 

Mendigo pide para cenar

Al salir de su trabajo, un hombre camina por la avenida camino a su casa. De repente es abordado por un vagabundo sucio y maloliente que le pide dinero para cenar. El hombre saca su cartera, toma un puñado de dólares y dice al necesitado:

– Si te doy este dinero, ¿comprarás licor?

“No, señor, dejé de beber hace muchos años”.

– ¿Lo usarás para el juego y las apuestas?

“No juego. Dejé de jugar y apostar hace mucho tiempo”.

– Entonces, ¿gastarás el dinero en tabaco?

“¡No he fumado desde hace 19 años!”.

– Bueno, no voy a darte nada de dinero entonces. Mejor, te llevaré a mi casa para disfrutar de una deliciosa comida casera cocinada por mi esposa.

“¿No se pondrá furiosa su esposa por hacer eso? Estoy sucio, no me he bañado en varios días y huelo bastante mal”.

–  No pasará nada, amigo, solo quiero que ella vea lo que pasa con un hombre que ha dejado de beber, de apostar y de fumar.

Autor: Parrandero reprimido.

La escopeta y el gorila

Una mañana, el señor Morales despertó y vio que en el árbol de su casa estaba trepado un gorila. Asustado, buscó ayuda en las páginas amarillas y encontró un servicio de manejo de animales peligrosos, así que marcó a ese número.

– ¿Es un gorila macho o hembra?

“Macho”.

Una hora después, apareció una camioneta de la cual bajó un tipo flaco, cargando un palo largo, un perro Chihuahua muy bravo, una escopeta y unas esposas.

– Señor Morales, voy a subir al árbol y a empujar al gorila con el palo, en cuanto el gorila caiga del árbol, el Chihuahua se abalanzará y le morderá la entrepierna. Cuando el gorila trate de protegerse y cruce las manos, usted le pone las esposas y listo. ¿Entendió?

“Muy bien, pero… ¿Para qué me da la escopeta?”.

– Si yo caigo del árbol antes que el gorila, ¡dispárale al Chihuahua!”.

Autor: Precavido.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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