Nada bien cayó entre policías activos y retirados la declaración del alcalde Armando Ayala Robles sobre el asesinato del agente Juan Martínez Medina, quien al momento del ataque no portaba arma de fuego. El presidente municipal de Ensenada puntualizó que el elemento estaba fuera de servicio, no portaba uniforme y estaba desarmado por no haber aprobado un examen antidopaje. La declaración la hizo en Tijuana en una conferencia de prensa junto con el fiscal general Guillermo Ruiz Hernández. De entrada le recriminaron difundir resultados de Exámenes de Control y Confianza, ya que son confidenciales; segundo, que no haber pasado un control de sustancias no significa que haya dado positivo a consumo de drogas, sino que pudo ser un medicamento. Por otro lado, hubo elementos que sugirieron la posibilidad de no haber completado un trámite administrativo como la razón por la que el agente no contaba con portación de arma. En lo que coincidieron los oficiales fue en la intención del alcalde de no aceptar la responsabilidad que le toca por el actual clima de violencia en Ensenada, con tres bajas de igual número de policías activos y jubilados entre marzo y julio del año en curso. Algo que también comentó Ayala -y para nadie es un secreto- fue la detección de elementos policíacos colaborando con el crimen organizado. Si ya los tienen ubicados, ¿por qué no actúan?