Y como si entrara como un salvador, llegó el Presidente del Comité Ejecutivo Estatal del Movimiento de Regeneración Nacional en Baja California, Ismael Burgueño Ruíz, quien arribó el pasado 12 de agosto al aeropuerto de Tijuana y donde fue recibido por una comitiva de los miembros del partido de Morena, y que a decir de los “analistas”, representan ya el bloque contra el actual gobernador, Jaime Bonilla Valdez; y justamente desde el arribo del morenista que peleó por la alcaldía de Tijuana en las elecciones pasadas, diferentes políticos se han acercado a él.
Para nadie es noticia que Morena se encuentra en una total fractura que, como dice alguien, cada quien lleva agua a su molino y ni el mismo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, del cual todos se dicen muy buenos amigos, ha logrado ponerlos de acuerdo; los faros están en el delegado único de Bienestar Uribe (Jesús Alejandro Ruiz Uribe), en el munícipe tijuanense Arturo (Arturo González Cruz) y en Boni (Jaime Bonilla Valdez), como le llaman sus amigos cercanos, Marina (Marina del Pilar Olmedo), se encuentra todavía lejos del escenario, pero como dicen algunos en política, ya se encuentra en las escaleras.
Los bajacalifornianos están viviendo un hartazgo social donde vemos pelear, como si fueran de diferentes partidos, a los gobiernos federal, estatal y municipal; no hay acuerdo entre ellos y quienes sufren las consecuencias, son como en todo acto, la ciudadanía; pareciera que esto no tiene relevancia en la vida cotidiana de los bajacalifornianos, pero ¿es que acaso no es importante que donde promete Uribe cumpla Uribe y no sea descuerado por el mismo gobernador? Esto ocurrió en el municipio Mexicali, en San Felipe exactamente, donde el delegado único fue a prometer agua y durante el recorrido que hizo el gobernador apenas este fin de semana, le llovieron las quejas de las promesas no cumplidas.
Pobre de la democracia mexicana y de los mexicanos que se supone, la formamos, pues aquí en el estado como en todo el país, está cada vez más pisoteada; se acercan las nuevas elecciones, donde en Baja California podremos cambiar hasta la silla que se compró Arturo González, como en todo proceso electoral, habrá muy poco de dónde elegir, pues a eso viene rehusado Ismael Burgueño, a tratar de convencer nuevamente a la ciudadanía que “el ahora su partido”, es la verdadera esperanza, ¿será cierto esto?
A Boni ya se le anda rompiendo el jarrón, de tanta agua que está llevando, en rueda de prensa Burgueño ya se ha puesto, aunque no queriendo, de lado de Zulema Adams Pereyra, presidenta municipal de Tecate, y ha hecho declaraciones de que no podrán contender los actuales funcionarios en las próximas elecciones, “estoy de acuerdo con ellos porque es hasta inconstitucional”, dijo a los medios de comunicación. Pero es que Boni solo se tropieza, todavía no empiezan los comicios y está siendo demandado porque en el mismo evento de San Felipe, llamó a no votar por los azules y los tricolores, exhortó a la ciudadanía a ni abrirles la puerta.
A los bajacalifornianos nos está quedando claro que la yegua les quedó grande, vemos cómo la pandemia solo vino a evidenciar el poco conocimiento por el servicio público que tienen nuestros gobernantes, que por falta de espacio ya no se enumeran aquí las demandas que tiene Ruiz Uribe por la falta de entrega de apoyos y las protestas que hay para que Arturo atienda las demandas del pueblo trabajador.
Hoy por hoy les queda una sola estrategia: resolver, resolver, atender y atender al pueblo pobre, porque como dijo aquel, el pueblo sabrá juzgar quién tiene la razón y si volverán a confiar en ellos; el tiempo se les está terminando, nadie sabe si es el salvador o el mismo bloque antiamlista-bonillista el que llegó, muchos dicen que son otras cuerdas lo que lo jalan, pero el tiempo dirá, al fin que es sabio. #ZetaTj.2016
Fernando Castro Merino
Vocero del Movimiento Antorchista en BC