La activista Esther Morales, del Grupo Dreamers Mom’s Tijuana, contra quien atentaron un par de hombres y su sobrina el 27 de junio, ha salido adelante en su salud y retomó su actividad social para decir claramente: “Les faltó poquito, pero no me mataron, entonces si Dios me permitió salir de esto tan grave es por algo y estamos haciendo lo que nos gusta”.
En efecto, este jueves 6 de agosto, Morales regresó caminando lento y aun con una cánula de traqueotomía, a entregar comida a la gente necesitada que acude al comedor comunitario “Contra Viento y Marea”, ubicado en la Calle Primera de la Zona Norte.
“Es como un éxito regresar a lo que nos gusta, apoyarnos y que mejor que aquí en Contra Viento y Marea, me gusta el nombre, regreso echándole todos los kilos, porque si yo me quede aquí es por algo, enserio”, afirmó la sobreviviente.
Sobre el ataque del que fue víctima la activista ocurrido la mañana del 27 de junio en su restaurante “La Antigüita”, ubicado en la Calle Cuarta y Avenida Negrete de la Zona Centro, reconoció que fue una sobrina la responsable.
De acuerdo al reporte de la Secretaría de Seguridad y Participación Ciudadana Municipal (SSPCM), Esther Morales sufrió una herida en el cuello hecha con un arma punzocortante y fue trasladada al ISSSTE de la colonia Las Palmas.
“La gente que me quiso hacer daño va a tener su castigo, porque yo sé quien fue, no fue nadie del barrio, no fue ninguna persona sucia, loca, yo sé quien fue.
“Es una persona (sobrina) que deportaron como hace seis meses, siempre iba a pedirme dinero prestado, yo les prestaba cuando tenía, ese día (27 de junio) estaba enojada yo, no les quise prestar ya y se armó la bronca.
“Yo no me di cuenta que me puse con Sansón a las patadas, eran tres y yo era solita, ellos drogados y todo eso”, dijo la activista.
Dejó en claro que el ataque no tiene que ver con la incidencia de inseguridad en Tijuana, se trató un problema personal, además calificó a la comunidad migrante como muy trabajadora, por lo que aseguró que continuará trabajando en su restaurante y apoyando a las asociaciones civiles.
Esther Morales fue deportada de Los Ángeles, California, en 2009, llegando a Tijuana abrió “La Antigüita”, restaurante de comida mexicana, en donde la especialidad son los tamales de elote y desde entonces la mujer empezó a donar comida a migrantes.
El pasado 4 de julio la Fiscalía General del Estado (FGE) informó que se giraron las órdenes de aprehensión en contra de los agresores, la sobrina de Esther Morales, su esposo y otro hombre, quienes siguen prófugos de justicia.