o primero que destaca aquí es el elenco, con el gran Luis Tosar, el veterano de la pantalla Daniel Giménez Cacho y la joven mexicana Ximena Ayala. Ellos son los responsables de llevar a buen fin el guion y la dirección de Antonio Chavarría que da lugar a un buen ejercicio del género policíaco.
Todo comienza cuando Celia (Najwa Nimri) intenta suicidarse después de una fiesta callejera la misma noche en que una chica es sexualmente abusada y posteriormente asesinada. El posible vínculo entre ambos casos es lo que Miguel Ángel (Tosar) intentará descifrar, pero la misión no resultará nada fácil. Celia tienen un mundo personal conflictivo, lleno de secretos en los que su esposo Agustín (Giménez Cacho) y sus dos hermanas, Ángela y Carmen, también juegan su parte, al igual que su entramado de relaciones.
Un caramelo para dejar de fumar en la boca de la chica encontrada muerta, termina siendo clave en este caso, donde Celia termina siendo una víctima que ignora a su verdugo.
Entretenida, bien llevada, la historia suma la presencia de Tosar en el rol del policía, mientras que Giménez Cacho interpreta con gran verosimilitud a un personaje desagradable y hasta cierto punto misterioso, clave en este filme que tampoco ambiciona ser más que una película para pasar el rato. Ese es el detalle, sin embargo, el propósito se cumple y termina siendo un título recomendable en el catálogo de Netflix, sobre todo para los seguidores de las cintas policíacas. ***
Punto final. – Los cines en Baja California reabrieron al 25 por ciento de su capacidad y sin productos a granel. ¿Con palomitas?