En un ejercicio cuantitativo del Financial Times, periódico con base en Londres, si el jueves 20 de agosto se hubiese realizado la elección para Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, el candidato demócrata, habría ganado con 298 votos colegiados electorales, de los 270 que se requieren para ganar el derecho a despachar en la Oficina Oval de Washington, D.C. Y Donald Trump habría perdido con 119 votos colegiados.
En una encuesta de la BBC, el resultado fue 50% a favor de la alianza Joe Biden-Kamala Harris, contra 42% de la dupla compuesta por el actual Presidente Trump y Mike Pence.
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La CNN, con sede en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, también dio a conocer una encuesta que ubica como ganador de la elección presidencial de noviembre a Biden, con un 50% de los votos, contra el 46% logrado por Trump entre el electorado norteamericano.
El actual mandatario norteamericano está cayendo en las encuestas, y muy a su modo, echando mano de los recursos polémicos para remontar en la preferencia del electorado. Entre esos temas, el muro que separa físicamente la frontera entre México y Estados Unidos.
Hace uno días refirió, otra vez como en 2016, cuando buscó por primera vez la presidencia del vecino país, que construiría el muro y que este sería pagado por México, aunque específicamente, de acuerdo con su propuesta, se refiere a los mexicanos y no al gobierno de México.
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Aún no hay encuestas que definan si la cantaleta del muro le está funcionando a Trump de nueva cuenta, aunque a diferencia de la campaña de 2016, con el Presidente mexicano se supone que lleva una buena relación, además, ha expresado públicamente que es un buen hombre y que quiere a Andrés Manuel López Obrador, con quien ciertamente no ha entrado en polémica, más porque el mexicano ha optado por no responder la verborrea del norteamericano, que por personalidad de este último.
Lo cierto es que para los residentes de la frontera, tanto la de Estados Unidos como la de México, eso del muro es un cuento y además viejo. En todo caso lo que hizo Trump en estos casi cuatro años de gobierno, fue remodelar muros, cambiar unos muros por otros, e intentar convencer al Congreso de la Unión Americana, de destinarle más dinero a ese propósito.
Lo que sí hizo, y para lo cual ha tenido la condescendencia del Gobierno de México, fue cerrar las fronteras terrestres para los no residentes de la Unión Americana. En Baja California, en las tres ciudades con puertos fronterizos de acceso entre ambos países, millones de mexicanos han dejado de cruzar hacia territorio norteamericano.
En 2019, por Baja California se registraron 79 millones 771 mil 923 de cruces de personas hacia EU. En el mismo periodo, 31 millones 511 mil 817 vehículos se internaron vía México al vecino país.
De enero a junio de 2019, cruzaron la frontera bajacaliforniana 15 millones 430 mil 860 vehículos, mientras que en los mismos meses del año en curso, lograron cruzar 11 millones 745 mil 50 carros. La cifra, menor en casi 4 millones de vehículos, comenzó a disminuir a partir de marzo, cuando el gobierno decidió cerrar la frontera.
En cuanto al cruce de personas, de enero a junio de 2019, se registraron 20 millones 680 mil 377, y en el mismo periodo pero de 2020, se contabilizaron 13 millones 736 mil 991 cruces de personas por Baja California.
A los trabajadores emigrados y ciudadanos de Estados Unidos con residencia en México, sí se les permite el acceso, lo mismo las aduanas comerciales que no han cerrado sus operaciones. Es decir, el cierre de la frontera fue a discreción e interés de la campaña de Trump: los mexicanos no entran.
Por supuesto que el flujo de personas entre ambas fronteras, mexicoamericanos que viven en este país pero trabajan en el vecino, mantiene abierto un canal de contagio, por lo que el decir del mandatario norteamericano que “cerró” la frontera para evitar los contagios provenientes de Tijuana, ciudad que erróneamente dijo se ubica en Sudamérica e identificó como la localidad con mayor número de contagios, es falso y en todo caso erróneo, pues hay ciudades incluso en México que registran más de casos que el de esta ciudad fronteriza.
En esta circunstancia, expresó el Presidente de Estados Unidos en la dinámica de su campaña, que el muro ahora lo pagarán los mexicanos, y propuso dos esquemas: cobrar peaje a los mexicanos por cruce fronterizo, y cobrar por envíos de dinero de aquel país al nuestro, lo que se conoce como remesas.
No es algo tan simplón como lo plantea Donald Trump, tiene que ver con acciones de su Congreso, tanto para la instauración de nuevos cobros, como el uso de los recursos obtenidos por los mismos. Ya se cobra, por ejemplo, por adentrarse más allá de 25 millas de la frontera en EU, el formato I-94, que una gran parte de la población mexicana fronteriza tramita de manera regular.
Para obtener recursos suficientes por el peaje fronterizo, el Presidente norteamericano tendría que reabrir la frontera para permitir que sucedan, como en 2019, casi 80 millones de cruces tan solo en las fronteras entre Baja California y California. Además, rescataría a quienes realmente han sido afectados con el cierre: los comerciantes de San Diego, quienes por ejemplo y nada más en San Ysidro, de acuerdo con Jason Wells, de la Cámara de Comercio de esa ciudad fronteriza, de percibir durante el año pasado 865 mil millones de dólares, esperan generar poco más de 170 mil millones de dólares en 2020, debido a la ausencia de mexicanos en sus comercios.
Los números no son óptimos para la economía de la frontera norteamericana con el cierre de Trump, que con todo, ahora amenaza con inhibir –una vez que decida abrir el cruce- cobrando peaje, pero su esperanza para retomar la carrera en las encuestas de intención del voto, está de nueva cuenta en el muro, que se ha convertido en su muro de salvación… aunque aún no se sabe si le resultará.
Por cierto, el jueves 20 de agosto fue detenido en Nueva York, el ex asesor del Presidente Trump, Steve Bannon, señalado de “conspiración para cometer fraude y lavado de dinero en un proyecto de recaudación de fondos en línea para construir un muro entre la frontera de México y Estados Unidos”.
