Familias en colonias donde se ha centrado la entrega de despensas revelan que la ayuda ha sido insuficiente, que el contenido del apoyo alimenticio -un gel antibacterial de 500 mililitros, dos latas de atún, una bolsa de arroz, dos bolsas de sopa, una salsa de tomate, una bolsa de cereal y una lata de verdura, entre otros-, apenas les alcanza para dos días y en muchos casos ya no reciben la despensa de nueva cuenta. A la fecha el gobierno dice haber entregado poco más de 2 millones de paquetes alimenticios, y entre una población en el desempleo y una clase marginada, el programa asistencial no ha sido efectivo, sino insuficiente
Las despensas alimenticias que entrega y entregó el Gobierno del Estado de Baja California como parte de los programas Salud en Casa y Prevención en Marcha para amortiguar el impacto económico de la enfermedad COVID-19 en las familias de la región, de acuerdo con ciudadanos beneficiados por estos apoyos, han resultado insuficientes.
Consultados por ZETA, contaron que la ayuda que les otorgaba el gobierno estatal apenas les duraba una semana en el caso de las personas que no tenían hijos, mientras que a las familias de más de dos personas apenas y les rendía para cuatro días. Además, aseguran que la repartición no alcanzaba para todos los que la necesitaban y que las caravanas de entrega no llegaron a los lugares de mayor marginalidad.
La mayoría de los entrevistados indicaron haber recibido, en promedio, dos despensas del gobierno en los cuatro meses de la pandemia, por tal motivo, manifestaron que la medida era insuficiente al no dar seguimiento a las familias en situaciones de extrema pobreza.
A partir del 31 de marzo, el gobierno que encabeza Jaime Bonilla Valdez comenzó con la entrega de despensas a la población con la implementación de dos programas.
El secretario técnico de la Mesa de Seguridad de Baja California, Isaías Bertín Sandoval, explicó en entrevista para ZETA que el primero fue “el programa fuerte”, con la entrega de 25 mil despensas diarias en todo BC.
“Había dos formas de entregarlas: una era que por medio de llamadas las pudiéramos entregar, se habilitó un (número) 01-800, la gente hablaba y nos pedían una despensa y se le llevaba hasta su casa; y la otra fue a través de las caravanas que nosotros hacíamos”, con apoyo de elementos de la Guardia Nacional, Policía Municipal, DIF, personal de la administración estatal y voluntarios.
Previo a iniciar con las caravanas, se hizo un mapeo de las zonas con mayor índice delictivo en todo Baja California y, con apoyo de la Fiscalía General del Estado, localizaron 800 colonias donde “hay mucho vandalismo y mucha drogadicción, muchos problemas económicos”. Ambos programas duraron dos meses y medio, concluyendo las entregas el 18 de junio.
Para este punto, el Gobierno del Estado habría entregado 2 millones 18 mil 145 despensas, un millón 697 mil 205 del programa Prevención en Marcha y 320 mil 940 de Salud en Casa, repartidas en 3 mil 100 colonias que fueron visitadas más de 5 mil 545 veces, aseguró Bertín Sandoval.
Del 18 al 30 de junio se pausó la entrega de los apoyos para las familias bajacalifornianas y se reanudaron hasta el 1 de julio con solo un programa: Prevención en Marcha. Iniciaron con la entrega de 2 mil despensas diarias a través de peticiones ciudadanas a las líneas que habilitó el Gobierno del Estado.
“Durante las transmisiones del gobernador la gente volvió a pedir que se reactive lo de las despensas, porque el semáforo seguía en Rojo y ellos no podían trabajar, entonces nos pide el gobernador reactivar nuevamente el programa”, mencionó el funcionario.
En el periodo del 1 de julio hasta el 4 de agosto, Isaías Bertín Sandoval declaró que se habían entregado 45 mil 727 ayudas alimenticias en todo BC, sumando en total, desde el 31 de marzo hasta el 4 de agosto, 2 millones 63 mil 872 personas beneficiadas, “a veces es más, dependiendo de nuestra capacidad para atender las peticiones que tenemos”, agregó.
La ayuda que se entregaba consistía en una despensa con un tríptico informativo con todas las medidas preventivas contra la COVID-19, un gel antibacterial de 500 mililitros, dos latas de atún, una bolsa de arroz , dos bolsas de sopa, una salsa de tomate, una bolsa de cereal y una lata de verdura, entre otros artículos. “Una despensa de aproximadamente 180 pesos con todo y el gel”, estimó.
Cuestionado sobre cómo era el proceso de entrega, el funcionario dijo que visitaron casa por casa y preguntaban a los habitantes cuántos miembros de la familia había, “si era una familia de más de cuatro miembros, se les entregaban dos despensas, y si eran viejitos, también se les dejaban dos despensas”.
Asimismo, aceptó que hubo colonias que se visitaron solo una vez en los cuatro meses que se han efectuado estos programas, y regresar dependía de las peticiones que hacía la gente.
“Hubo colonias que se visitaron una vez, hubo otras que se visitaron hasta diez veces, no tengo el dato, pero por ejemplo en Ensenada, la colonia Pórticos del mar la vistamos más de ocho veces; en Mexicali, Colonia Los Gavilanes, más de seis veces; Ejido Puebla más de seis veces; en Tijuana, la Sánchez Taboada, más de cuatro veces. En Valle de las Palmas, más de diez veces sí estuvimos ahí”, aseveró el secretario técnico de la Mesa de Seguridad de Baja California.
“ES UN APOYO, PERO NO ES SUFICIENTE”
Ante esta última declaración del funcionario estatal, ZETA realizó un sondeo en la colonia Valle de las Palmas en la Zona Este de Tijuana, casi frontera con el municipio de Tecate, donde supuestamente los apoyos del gobierno se entregaron en más de diez ocasiones.
Eleuteria Farías, ama de casa y estilista, platicó que a ella solo le han dado dos despensas durante cuatro meses. Le fueron entregadas en abril y dos semanas después. Para que ella pudiera acceder a estos apoyos, le fue solicitada su credencial de elector para checar que estuviera anotada en una lista, “si uno viene apuntado nos la dan, y si no, pues no”, expuso.
Ella vive con su esposo y tres nietos, considera que por ellos le dieron la despensa, la cual solo le rindió para dos días, “es un apoyo, pero no es suficiente, más que nada porque tenemos tres niños”.
También contó que su ingreso se ha visto severamente afectado por la COVID-19, porque su micro negocio de belleza solo lo opera por tres días, mientras que su esposo se quedó desempleado cuando suspendió actividades la maquiladora donde trabajaba.
“Ahorita solo trabajo tres días porque tenemos vecinas que han fallecido por la COVID, por trabajar en este tiempo. Ya han muerto como tres o cuatro conocidos por el virus. Me ha afectado en mi ingreso, nos hemos atrasado en los pagos a Coppel, Elektra, ahí si andamos atrasados en los pagos porque no es lo mismo”, lamentó.
Por otro lado, Marta Guadalupe Escalante, ama de casa y comerciante de mercado sobre ruedas, relató que hace tres semanas una camioneta tipo panel llegó a la plaza central de la colonia para entregar la ayuda alimenticia, pero la mayoría de las personas no alcanzaron.
“Allá arriba nunca van a dar despensas, siempre se quedan y lo hacen aquí en el parque, la gente de arriba se queda sin despensas. Ahorita con la necesidad que hay por el virus, muchas personas necesitan el apoyo”, denunció.
En su caso, solo se ha visto beneficiada en dos ocasiones, ambas en abril; la ayuda no le duró ni la semana, porque la despensa era pequeña e insuficiente, “no traía lo necesario, no era una despensa para que durara un mes o quince días”.
Agregó que las jornadas de entrega “deberían ser mínimo cada semana, porque a las familias con hijos una despensa con diez artículos no alcanza. No es suficiente la despensa que nos da el gobierno”, reiteró.
El ingreso de Marta proviene de las ventas que hace en su puesto de mercado sobre ruedas, mismo que está suspendido por el Ayuntamiento de Tijuana para evitar la propagación del virus SARS-COV-2 (causante de la COVID-19).
“El virus nos afectó mucho porque mi esposo no está trabajando y le pagan el mínimo. Con lo del sobre ruedas por ahorita no nos dejan trabajar, a veces llega el Ayuntamiento y nos quita las mercancías que estamos vendiendo”, denunció, para luego extender una petición al gobernador para que ayude a las personas más necesitadas de la colonia, porque muchos han perdido su empleo, o bien laboran en mercados sobre ruedas o perciben el salario mínimo, al igual que la población de adultos mayores que se encuentran sin trabajo por su edad.
Otro caso similar de un habitante de Valle de las Palmas, es el de Guadalupe Pacheco, de 60 años, a quien solo le ha tocado una despensa desde que comenzó la pandemia y las últimas veces que llegaron a repartir a la colonia no le dieron porque no llegaron a la privada donde vive y se le dificulta bajar, ya que padece de una discapacidad motriz a causa de su edad.
“La única despensa que me dieron me duró ocho días, no fue suficiente lo que me dieron. Está muy triste la situación, no hay trabajo, no hay nada. Yo estoy sola y no tengo mucha necesidad, pero donde hay niños sí. Es muy poco lo que nos dan y pues tampoco hay trabajo”, declaró.
EL COSTO DE LAS DESPENSAS
De acuerdo Blanca Estela Fabela, presidenta y directora general de DIF Baja California (dependencia que se encargó del armado y gestión para la compra de los apoyos), el Gobierno del Estado gastó 385 millones 389 mil pesos en las despensas, de los cuales 9 millones 447 mil pesos se recibieron como donación por parte del empresariado del Estado. Los recursos fueron en su mayoría en producto de alimentación básica y despensas que ellos armaban para la dependencia estatal.
Mientras otros 96 millones de la donación, informó, provinieron del presupuesto y apoyos que da el DIF y 375 millones 942 mil 225 pesos de la partida federal denominada Ramo 28 y los recursos otorgados al Estado por la Federación del fondo para la COVID-19 (651 millones de pesos).
Cada bolsa con víveres entregada contenía una bolsa de arroz de 500 gramos, una bolsa de frijol negro de 500 gramos, una lata de atún 140 gramo, una bolsa de avena de 500 gramos, una bolsa de pasta de 200 gramos, una bolsa de lenteja de 500 gramos, un paquete de harina de arroz de un kilogramo; una botella de aceite de 500 mililitros, un paquete de leche en polvo descremada de 210 gramos, una bolsa de cereal de trigo inflado de 250 gramos y un gel antibacterial de 600 miligramos.
Las marcas de los productos varían, pero la mayoría eran genéricas de mercado como Campo Fresco y Max Select, y algunas más conocidas como Del Fuerte y Maseca.
Acorde con la funcionaria de DIF, el costo de la despensa en el mercado ascendía a 350 pesos.