Alicia es una mujer acomodada que reside en Buenos Aires con su esposo, Ignacio (Miguel Ángel Sola), un hombre retirado que no deja la oficina. Aparentemente aquí no hay problemas. Hasta que recibe una llamada fatídica. Su hijo, Daniel (Benjamin Amadeo), ha sido acusado por su esposa de agredirla sexualmente.
La situación se complica porque, al mismo tiempo, Gladys (Yanina Ávila), la sirvienta que vive con la pareja, enfrenta un juicio por homicidio de un recién nacido que procreó, pero no se sabe nada más del caso. Esta joven, con evidentes problemas psicológicos y cierta discapacidad mental, deja a Santi en la casa, su hijo de 4 años por el que Alicia siente un gran apego.
Con estos dos crímenes de por medio la película se desarrolla y mantiene el suspenso en la medida en que no sabemos si hay alguna relación entre ambos casos. Gladys es una joven sumamente hermética y Daniel, un muchacho con una verdad poco convincente.
Mientras los dos juicios están en proceso la atención se centra en Alicia y su constante insistir en la inocencia de su hijo, aunque el padre cada vez parece menos convencido de ello. Por otro lado, está el vínculo afectivo cada vez más fuerte entre Alicia y el pequeño Santi, con quien llena el hueco de una familia cuyos problemas no comenzaron a partir de estos incidentes, sin embargo, la verdad depende de lo que cada personaje quiere creer, más que de los hechos
Sebastián Schindel merece un rotundo aplauso por este trabajo que lleva a su fin con astucia, a partir de la aceptación gradual de los personajes de una realizada ineludible en casa. Otra vez tenemos a un realizador argentino con un admirable talento para narrar con el género policíaco entre manos y a partir de un elenco que encabezan dos respetados veteranos de la pantalla grande: Cecilia Roth y Miguel Ángel Sola, de quien también hay que ver “La enfermedad del domingo”, otra cinta muy recomendable del catálogo de Netflix. ****
Punto final.- Seguimos con las joyas cinematográficas disponibles vía streaming…