El periodista Luis Eduardo Ochoa Aguilar, fue asesinado la noche de ayer martes 4 de agosto, por dos sujetos armados que le dispararon en la cabeza, cuando el también docente de la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID), circulaba en su vehículo particular sobre la calle Estocolmo, de la colonia Los Aguacates, en el municipio de Uruapan, Michoacán. Así lo informó la agencia Quadratín.
Sin embargo, el diario La Voz de Michoacán dio otra versión de los hechos: “Trascendió que el homicidio fue durante los últimos minutos del martes anterior y las diligencias sobre el crimen duraron hasta la madrugada de este miércoles. El suceso fue entre los andadores Fuerte y Pino, a unos metros de la calle Estocolmo”.
“Algunas personas que vieron lo ocurrido afirmaron ante los investigadores de la Fiscalía que en ese sitio se registró una pelea callejera entre varias personas y el periodista trató de calmar la situación, pero uno de los rijosos sacó una pistola de entre sus ropas y le disparó en la cabeza para luego huir”, indicó el rotativo.
“Debido a la agresión el comunicador pereció instantáneamente, unos paramédicos locales confirmaron su deceso. El área fue acordonada por los agentes de Seguridad Pública y ahora el personal de la Fiscalía Regional de Uruapan investiga el asesinato con la finalidad de esclarecerlo”, agregó el diario.
El comunicador, de 28 años de edad, fue corresponsal del diario La Voz de Michoacán, CB Televisión y reportero de La Opinión de Michoacán, además de haber formado parte del área de Comunicación Social de la Secretaría de Seguridad Pública de Uruapan, en la administración de Aldo Macías Alejandres.
Sin embargo, desde hacía tres años, la víctima no ejercía el oficio del periodismo y se dedicaba a la docencia en el nivel superior, así como a la producción de fotografía y video en eventos sociales.
Apenas el pasado 2 de agosto, el periodista Pablo Morrugares Parraguirre, director del medio digital de noticias PM de Iguala, en Guerrero, fue asesinado en dicho municipio, junto a otra persona con la que se encontraba cenando dentro del negocio con razón social “Los Búfalos Wings and Bar”, ubicado en la calle Aldama, cerca de donde se acuartela la Guardia Nacional (GN).
El comunicador -que desde el 2016 contaba con medidas cautelares por amenazas de muerte en su contra, de parte de la delincuencia organizada- fue asesinado por un grupo de hombres armados, que llegaron al lugar, para después disparar contra el periodista y su acompañante, quien según medios locales, era su escolta.
Morrugares Parraguirre sufrió un atentado junto con su esposa el 7 de mayo del 2016, en el que el comunicador resultó herido de bala. Desde entonces contaba con medidas cautelares por parte del mecanismo de Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación (SEGOB).
“Lamentablemente #PabloMorrugares fue asesinado esta noche y desde este espacio exigimos a las autoridades cero impunidad, queremos justicia para nuestro compañero y que se castigue a los culpables”, indicó el medio digital PM Noticias sobre el asesinato de quien fuera su director, quien se dedicaba a difundir información de nota roja en Iguala y otros municipios del norte de la entidad.
Minutos antes, el periodista habría dado a conocer un crimen en las inmediaciones de la tienda Aurrera, ubicada en Huitzuco, en la zona norte de la entidad, municipio que Morrugares Parraguirre afirmó se encuentra sometido por el grupo delictivo de “Los Tlacos”.
El comunicador asesinado había realizados una transmisión en la plataforma Facebook Live, en la que acusó al presidente municipal de Huitzuco, José Luis Ávila López, de nexos con dicho grupo delictivo, que dirige Onésimo Marquina Chapa, alias “El Necho”.
Durante el gobierno municipal de José Luis Abarca Velázquez, señalado como uno de los responsables de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Morrugares Parraguirre fue promotor de eventos artísticos.
La agencia Quadratín Guerrero informó que era señalado de haber asesorado a Abarca Velázquez e iniciar una defensa mediática a su favor, a través de marchas, medios impresos y redes sociales, tras la detención del ex alcalde por el caso de los 43 normalistas desaparecidos.
