“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”, expresaría Winston Churchill. Y por lo pronto, en Baja California habrá que conformarse con simples políticos.
De acuerdo a la fecha de la elección, algunas reformas y los tiempos establecidos en Ley, la jornada electoral en Baja California iniciará en diciembre, pero los suspirantes morenistas decidieron no esperar.
Tres de los cinco alcaldes de Baja California ni siquiera han cumplido la mitad del breve periodo de dos años para el que fueron electos, y ya están pujando por la candidatura a gobernador.
No es de extrañar que sean justamente los tres munícipes que negaron a su Cabildo el derecho legal a discutir y votar a favor o en contra de la reforma a los artículos Constitucionales, 16, 78 y 80, aprobada el 17 de junio y a partir de la cual pueden participar en la próxima elección sin dejar el cargo.
Pese a los reclamos públicos de sus regidores, los ediles Marina del Pilar Ávila Olmeda, de Mexicali; Arturo González, de Tijuana y Armando Ayala, de Ensenada, decidieron evitar el desgaste ante la opinión pública, y oportunistas, aprovechar el recurso de la afirmativa ficta.
“Figura jurídica en virtud de la cual, ante la omisión de la autoridad de emitir una resolución de manera expresa dentro de los plazos previstos por la Ley (…) se entiende que resuelve lo solicitado por el particular, en sentido afirmativo” y aprobaron la reforma sin votarla.
Todos quieren la candidatura a gobernador de Baja California, porque en opinión de analistas y encuestadoras de opinión, las elecciones de 2021 serán una de las más fáciles para los morenistas.
A pesar de los nulos resultados en los temas de homicidios y cárteles, del deficiente tratamiento a la pandemia, el deterioro de la economía y el aumento del número de pobres, la cúpula del partido en el poder y las encuestadoras consideran que el movimiento puede seguir apostando a la popularidad del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Salvo los sondeos de Integralia, que menciona la posibilidad de que los de la Cuarta Transformación puedan perder algunos escaños en la Cámara de Diputados durante la elección intermedia del 6 de junio de 2021, la mayoría de las empresas de sondeos coinciden en que Movimiento Regeneración Nacional arrasará.
Vaticinan que ganarán los quince estados en juego, en algunos -como Veracruz- encontrarán resistencia, no así en Baja California, donde las encuestas refieren que Morena ganaría por abrumadora mayoría sin importar que los políticos morenistas bajacalifornianos no estén considerados en el top de los mejores del país, aunque tampoco entre los peores. Están calificados en la medianía alta.
Conforme a los resultados de Mitofsky, una de las consultoras más conocidas en México, en un sondeo de preferencias publicado en junio, donde el alcalde más popular en México alcanzó el 70%, la mexicalense Marina Ávila ocupó el lugar 19 con un 56% de aprobación; Arturo González de Tijuana, la posición 25 con el 52% de aprobación; y el de Ensenada, Armando Ayala, quedó en el sitio 26 con el 50% de las simpatías. En la más reciente encuesta local González apareció a la cabeza.
Servidores de Jaime Bonilla Valdez, quien les dio sus candidaturas en 2018, ninguno de estos alcaldes pensaron en voz alta en la gubernatura hasta el 11 de mayo de 2020, cuando ministros de la Suprema Corte de Justicia dela Nación declararon inconstitucional la reforma que ampliaba su periodo de gobierno a cinco años, en lugar de los dos años para los que fue electo.
Justo ese 11 de mayo, Bonilla abrió la puerta a los nuevos aspirantes diciendo: “Bienvenidos, yo estoy en posición de ayudar a los o a las que se quieran apuntar, Me corresponde hacer un buen trabajo y dejar el camino pavimentado para los que quieran ser, los que tengan deseos de participar es muy genuino. Yo los voy ayudar en lo que yo pueda”.
Taimado y sin hablar de sus planes, el propio mandatario no se descartó para el próximo periodo electivo: “Creo que al Estado le puedo ayudar en alguna otra capacidad”.
Los candidatos de Morena serán designados a través de encuestas de reconocimiento y popularidad, sondeos similares a los realizados en 2018 que fueron tachados de manipulados por integrantes del mismo movimiento e ignorados por las cúpulas.
En ese contexto, encuestadoras reconocidas y otra no tanto empezaron a publicar desde mayo los resultados de sondeos en diferentes medios, favoreciendo a uno u otro alcalde en sus aspiraciones.
Ávila primero y González Cruz después, ambos ya dijeron que querían ser gobernadores, aunque el tijuanense asegura que de lograrlo, solicitaría licencia al cargo de alcalde. La alcaldesa de Mexicali busca apoyo en la dirigencia en Ciudad de México y el presidente municipal de Tijuana se empezó a mover en el Estado. Y aunque apoyaría a todos, a la fecha ninguno de los dos le ha provocado al ingeniero Bonilla la simpatía que decidió mostrar el 17 de julio en Ensenada por Armando Ayala, de quien alabó: “Tiene todas las tablas -y posibilidades-, para representar al Estado” por su lealtad, dedicación y resultados.
Espaldarazo del Ejecutivo que terminó de enrarecer el alborotado panorama político bajacaliforniano.
Cierto, los alcaldes no serán los únicos morenistas en aspirar al máximo escaño en el Estado, pero son los que han manifestado sus deseos abiertamente. Y si bien los pretensos aún no están pidiendo el voto para sí, es un hecho que, fuera de tiempo, ya están encampañados y que sus manifestaciones y acciones, desde su lugar de privilegio -como se preveía-, los están colocando ya en una posición de ventaja, de frente a la próxima contienda electoral.