Las largas filas para cruzar son producto de un cambio de estrategia para inhibir la movilidad ante los riesgos de contagios de COVID-19 en la región
Tres de cada cinco cruces en la frontera no son esenciales, por lo que se aplicaron ajustes en la estrategia de operación en los puertos fronterizos y se disminuyó el personal en las garitas turísticas para inhibir la movilidad en entre México y Estados Unidos ante los riesgos de contagio de Covid 19, reveló la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
“El disminuir viajes no esenciales reducirá la propagación del COVID-19. Creemos que esas medidas desalentarán cruces no esenciales y por consiguiente reducirán la propagación del virus”, se lee en la respuesta de CBP a ZETA.
Los ajustes y la reducción de personal de inspección durante horas pico en los puertos fronterizos es para toda la franja entre México y los Estados Unidos. A consideración de las autoridades de Estados Unidos, es una medida que permanecerá como inhibidor de flujo para los viajeros con motivos no esenciales, es decir: de ocio o diversión. Lo que significa que las filas de espera para cruzar la frontera podrían volver a superar los 8 kilómetros, es decir: invertir más de 9 horas para regresar a Estados Unidos.
“Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, recientemente realizó una encuesta entre 100,000 viajeros y encontró que más de un 60 por ciento de los viajes fronterizos de Ciudadanos Estadounidenses y Residentes Permanentes eran por razones consideradas no esenciales. En respuesta a la crisis sanitaria y para proteger a las comunidades fronterizas, CBP está tomando medidas para desalentar el cruce innecesario de viajeros hacia y de México”, declaró CBP a pregunta expresa de ZETA.
A los ciudadanos y residentes norteamericanos no se les negará el ingreso a Estados Unidos, pero podrán ser sometidos a inspección secundaria para explicar las condiciones de la contingencia sanitaria y las razones por las que es necesario que solo crucen la frontera en situaciones esenciales de salud, negocios, educación o temas legales.
“Dichos puertos de entrada tendrán la discreción de referir inspección secundaria a aquellos cuyo viaje no sea esencial y se les proveerá de una copia del aviso de salud a viajeros expedido Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) para crear conciencia de las actuales restricciones, y los viajeros entiendan el riesgo de los cruces fronterizos”, se lee en la respuesta de Jaime Ruiz, de asuntos públicos de CBP en San Diego, California.
“Queremos que el público piense dos veces antes de realizar un cruce fronterizo y que se pregunten si vale la pena arriesgar su vida y la de los demás por un viaje innecesario. México sigue experimentado aumentos de casos positivos a lo largo de su frontera con EE.UU. y es nuestro deber el implementar medidas para proteger y educar a los estadounidenses, incluso desalentarlos a hacer viajes innecesarios a México”, insistió Ruiz.
CBP reiteró que el cruce comercial no tiene restricciones, pues la prioridad en Estados Unidos es permitir el flujo trasfronterizo de comida, combustibles y medicamentos.