Retrata el cineasta mexicano Marcelo Tobar cómo los sueños de la juventud suelen ser sacrificados, confronta el valor de la amistad y replantea los pequeños placeres de una vida simple y feliz en la emotiva comedia dramática “El club de los idealistas”
Escrita y dirigida por Marcelo Tobar -creador del premiado filme “Oso polar”-, llegará a las salas de cine “El club de los idealistas”, producción mexicana que encarna los sueños de juventud que suelen perderse con la madurez, tema que es abordado desde la comedia y el drama con actuaciones de Giselle Kuri, Juan Pablo Medina, Nailea Norvind, Claudia Ramírez, Víctor González, Tiaré Scanda, Andrés Palacios y Yolanda Ventura.
Según relata la historia rodada en las boscosas montañas de Valle de Bravo, “El club de los idealistas” reune a siete amigos de la universidad en una casa de campo en la que planearon retirarse juntos.
“Esta película es una de mis mejores experiencias de vida en todos los sentidos, como actriz, proyecto grupal, personaje y a nivel personal. Trata de la amistad, de los sueños y un grupo de universitarios que pacta vivir juntos después de los cuarenta años en un lugar en las montañas, porque quieren tener una vida tranquila, lejos de la ciudad, el tráfico, la competencia; pero como en muchos casos, estos sueños son olvidados”, explicó a ZETA la actriz Yolanda Ventura, quien participa en la cuarta película del cineasta mexicano, bajo la producción de Avanti Pictures, La Torre y El Mar y Zenzky Cine.
“El personaje de Juan Pablo Medina (La Casa de las Flores) no se olvida del pacto, construye su casa e invita a todos a vivir su sueño en un fin de semana, lo que confronta con los jóvenes que fuimos, los sueños que tuvimos y con quienes somos hoy. La película es un fin de semana en esa casa, en la que estuvimos filmando por un mes y medio. Rodábamos doce horas diarias, se instalaron cámaras por todos lados, que es la manera de trabajar de Marcelo, en la que la cámara actúa como si fuera un personaje más, se mueve y todos los actores teníamos que estar en todas las escenas, lo que nos permitió crear un vínculo muy importante. Particularmente aprendimos a servir la escena del otro”, subrayó la actriz de 51 años, quien integrara el emblemático grupo juvenil Parchís.
Entre pleitos, borracheras, romances y música ochentera, “El club de los idealistas” replantea los pequeños placeres de una vida simple y feliz, lo cual Ventura afirmó al Semanario: “Es algo que tiene que ver con la edad, uno va priorizando que las cosas verdaderamente importantes de la vida no son el éxito ni el dinero, sino disfrutar el momento. La contingencia sanitaria también nos replantea esa realidad. Aunque tengas dinero, no puedes salir ni comprar. La vida feliz es más sencilla, de eso se trata la película, de retornar a los pequeños placeres de la vida, de valorar la amistad”.
Y abundó:
“A nivel actor y persona uno cambia todos los días, lo que te hace feliz, lo que pierdes, todo va permeando, nos vamos transformando. ‘El club de los idealistas’ y esta pandemia nos deberían hacer más conscientes de la naturaleza, de nosotros mismos como especie, de la energía con el otro, de revalorizar la cercanía, que necesitamos de los demás. Ojalá entendamos el valor de estar con otras personas en lugar de estar en el teléfono como si nos angustiáramos de perdernos de algo que publicaron, en lugar de darle prioridad a la realidad, el momento”.
Ventura, quien ha participado en todos los formatos del entretenimiento, desde el teatro, televisión, radio, cine, series, internet y el videohome “Dos gallos de oro” junto a Mario Almada, finalizó:
“Soy una afortunada de poder vivir del entretenimiento. Trabajo desde los siete años, de manera que he atestiguado los cambios de la industria hasta el día de hoy, en el que todo es obsesivamente rápido. Antes como actor tenías tiempo de llegar a las emociones, eran escenas largas y tranquilas como en los melodramas. Es cierto que cada género tiene su tiempo, no funciona lo mismo para las telenovelas que las series, pero no todo debería ser de prisa para permitir que las emociones fluyan. Sin embargo, entiendo que las cosas se van modernizando y uno se debe adecuar a los tiempos y formatos. Hoy tenemos opciones ilimitadas de contenidos”.