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jueves, febrero 15, 2024
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Hacinamiento y crisis en “Villa de los Niños”

Conatos de motín, fugas de niños y adolescentes, además de una aglomeración que duplica su capacidad, son algunos de los problemas que han estallado durante los últimos meses en las instalaciones del albergue temporal de la colonia Guajardo en Mexicali. La directora de DIF, Blanca Fabela Dávalos, asegura que desde el inicio de la pandemia originada por la enfermedad COVID-19 la situación se ha agravado, por lo que se han modificado varios protocolos y medidas para intentar resarcir las adversas condiciones en que recibieron los inmuebles de la pasada administración

“Nosotros no somos nadie aquí en el DIF”, comentó un adolescente a un elemento de la Policía Municipal de Mexicali que atendió un conato de motín ocurrido en mayo, luego que supervisores “sometieron” a unas jóvenes recluidas dentro del albergue conocido como “Villa de los Niños” en la colonia Guajardo de Mexicali, debido a que “no se querían meter” al área habitacional.


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“No, no digas eso”, replicó un oficial al infante durante una conversación grabada en audio en poder de esta casa editorial, en la que los jovencitos se quejan de malos tratos, hacinamiento y del encierro que viven todos los días, ahora agravado por la pandemia, puesto que las visitas se volvieron un beneficio imposible para los menores.

“La directora es buena onda, los malos son los supervisores, el personal que entró, a ese señor que está ahorita, ese señor todos lo traen… nos tiene hasta la madre, nos trata bien culero, les dice un chingo de cosas”, se abunda en la entrevista realizada en mayo, cuando los adolescentes y vigilantes del albergue protagonizaron una gresca.


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Siguen las fugas en la Villa de los Niños

“Las morras (trabajadoras) metieron más temprano a todos, y pues todos se desesperaron. Entonces las niñas se salieron, empezaron a pasar afuera, les dijeron que se pasaran al área (de dormitorios), las morras no quisieron y las sometieron, y ya cuando todo se calmó, las morras se movieron; lastimaron a las morras”, es la atrabancada declaración de un joven con el que conversaron las autoridades en aquella ocasión, en la que un grupo comenzó a reñir entre ellos y con un supervisor de nombre Andrés Delgado.

La situación se descontroló a tal grado que se requirió la intervención de la Policía Municipal.

Desde el inicio de la actual administración, la Fiscalía General del Estado (FGE) ha documentado 36 denuncias por egreso no permitido de menores de edad, en las que se han visto involucrados 62 niños y adolescentes. La mayoría de los casos se registraron durante los periodos de pandemia.

La directora del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Blanca Fabela Dávalos, reconoció la treintena de solicitudes de búsqueda de jóvenes que huyeron, los cuales -en su mayoría- ya se encuentran de nuevo bajo cuidado del Estado, y reconoció la complicada situación en que fue “abandonado” el albergue durante la pasada administración, por lo que han tenido que ir implementando nuevas medidas, atenciones y protocolos para resarcirlo.

Sin embargo, hay realidades que no se pueden ocultar, como el hacinamiento en que viven niños y jóvenes dentro de las paredes de “Villa de los Niños”, construido para atender a 120 menores de edad, pero que actualmente tiene una población de 246 internos.

 

COVID-19 AGRAVÓ CONDUCTA DE MENORES: DIF

“Tú le hiciste una promesa a tu mamá, a quién le vas a creer más, ¿a ellas que dicen ser tus amigas, o a tu mamá?”. Tal es la labor de convencimiento de una empleada del albergue durante un intento de fuga de tres menores de edad que fueron bajados del cerco superior del muro perimetral del inmueble. Policías municipales subieron con escaleras para poder bajarlas.

Cuando la situación ya fue controlada, los menores refirieron a policías que nadie les hace caso, que cuando sienten un dolor los ignoran y han buscado desesperadamente un acercamiento con sus familiares, pero les ha sido negada esta posibilidad.

Blanca Fabela Dávalos conversó vía telefónica con ZETA para hablar de la situación que se suscita dentro del albergue temporal de DIF Mexicali, donde el registro de egresos no autorizados incrementó de manera sustancial.

La funcionaria achacó la situación a dos temas: las adversas condiciones en que fue entregado el albergue a la actual administración y a las restricciones generadas por la COVID-19 en la entidad.

Durante los meses de pandemia, los menores se han visto afectados con la suspensión de toda actividad en los patios del inmueble, aunado a las restricciones que se generaron para tener contacto con sus familiares, lo que ha causado gran inconformidad y desesperación en muchos de ellos, pues como se sabe, gran porcentaje tiene tíos, hermanos o madres con los que habitualmente mantienen comunicación.

Hacinamiento

“Se limitaron las órdenes de visitas para aquellos menores que reciben visitas, pero con el fin de mantener limpios los albergues de COVID.19, implementamos videoconferencias, pero a veces no es suficientes. Están desesperados, bajaron las autoridades escolares, no hay escuela normal, las actividades físicas; todo eso se limitó para evitar brotes en el albergue, eso ocasiona estrés, incluso en las condiciones normales; todos ya queremos salir”, reconoció la funcionaria.

A esto se agrega que el 40% de los trabajadores del albergue padecen algún tipo de enfermedad o condición que los torna vulnerables a la COVID-19, por lo que tuvieron que enviarlos a sus casas y poco a poco han podido cubrir los espacios con nuevo personal, o bien, con trabajadores asignados a otras áreas.

Además, otros cinco niños que escaparon del albergue regresaron con síntomas de coronavirus, por lo que debieron aislarlos para evitar la propagación en el resto de la población del refugio.

Dado que el aislamiento ha sido uno de los principales factores de fuga por parte de los menores, se ha optado por abrir la posibilidad de nuevas actividades como clases de guitarra, gimnasia y Zumba, de manera virtual. También pretenden abrir los ingresos a familiares de manera presencial, ya sea en el área de tierra o en algún punto controlado.


URGE DESPRESURIZAR EL ALBERGUE

Como se explicó líneas atrás, la capacidad máxima del albergue de Mexicali es de 120 menores de edad, pero actualmente es la residencia de 248 bebés, niños y adolescentes que comparten espacios, habitaciones comunes y camas.

Es por ello que DIF Estatal ha decidido -por lo menos durante la actual contingencia sanitaria- buscar medidas alternativas para regresar a los menores con sus padres, o bien, con familiares que deseen hacerse cargo de ellos.

“Traemos un proyecto donde pretendo sacar a todos los niños y lactantes para despoblar la cantidad de DIF y dejar puros niños de primaria y adolescentes. ¿Qué se ocupa? Una persona por cada cinco menores, pero lo ideal no es posible, tenemos que despresurizar el cupo que tenemos. ¿Cómo hacer que estén más a gusto? Hay un hacinamiento muy severo, no tienen la capacidad para el cupo de personas que tenemos, eso genera estrés”, planteó.

De los 248 menores que conforman la población, 165 son adolescentes, 50 lactantes y de preescolar, sin contar a varios niños con discapacidad, los cuales no deberían estar en el albergue.

Desde enero, ya con la nueva administración, incrementó de manera sustancial la cantidad de ocupantes, puesto que en esa fecha se contaba con 180 menores, y en cuestión de meses se acumularon 70 más.

En los audios hechos llegar a ZETA se escucha que los adolescentes denuncian a policías que los supervisores los amenazan, indicándoles que, si se portan mal, los enviarán al Consejo Tutelar de Menores o a una casa hogar.

Al respecto, Fabela Dávalos negó tener casos de maltrato contra los niños y jóvenes bajo su protección, e incluso aseveró que durante estos meses se han esforzado por cumplir con sus necesidades mínimas, como energía eléctrica y agua caliente, que no se tenían en el gobierno anterior.

“Para empezar no había agua caliente, no había luz en muchas áreas, estaban las paredes rotas, no había camas, tenían cuartos de reflexión, pero más bien eran mazmorras. Era una situación de amenaza constante, en lugar de trabajar con ellos, no tenían ninguna actividad, ¿te imaginas? Somos responsables como si fueran hijos de nosotros; tenemos la posibilidad de darles un futuro”, refirió la funcionaria estatal.

ZETA solicitó información a la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Baja California para determinar si los menores han sido víctimas de algún tipo de abuso durante los últimos meses, pero se informó que no se cuenta con querellas en ese sentido.

Sin embargo, debido a las constantes fugas registradas en los últimos meses, se inició un procedimiento para solicitar un informe sobre las condiciones en que se encuentra el inmueble, además de los protocolos que se realizan para garantizar los derechos de jóvenes y adolescentes.

 

Foto: Cristian Torres.- Villa de Los Niños


FGE HA RECUPERADO A CASI TODOS LOS MENORES

De las casi 40 denuncias presentadas por abogados de DIF Estatal para la localización de menores, prácticamente todos se encuentran de regreso en “Villa de los Niños”, pero aún se desconoce el paradero de algunos, como los últimos cinco fugados y algunos de origen migrante.

El último egreso no autorizado de menores se registró el 27 de junio, cuando un grupo de cuatro jóvenes de entre 15 y 16 años escaparon del inmueble. La pesquisa fue hecha pública hasta el 2 de julio y se sumó al apoyo de localización de otra menor que se fugó una semana antes.

Hasta el momento, la FGE no ha suspendido la pesquisa de cinco menores fugados, cuatro jóvenes y un menor. Como también buscan a un grupo de menores de origen hondureño que fueron internados durante el éxodo masivo de centroamericanos a Estados Unidos.

De manera oficial, la corporación dio a conocer que este año ha documentado casos que van desde la omisión de cuidado, hasta el abuso sexual y la pederastia en los albergues de la Capital del Estado. Aunque ninguno de ellos ocurrió directamente en “Villa de los Niños”, sí se contabilizaron en las casas hogar avaladas por DIF Estatal.

Tal es el caso de Casa de Integración Familia Bethel, Asociación Civil, donde una joven de 14 años denunció que huyó del mismo debido a que -presuntamente- el director Jorge Alfonso García, de 26 años de edad, la había violado; actualmente se encuentra sometido a proceso por el delito de pederastia.

Otro caso de fuga también fue documentado en la casa hogar Tesoros Escondidos, donde un joven de 12 años denunció tocamientos y agresiones sexuales por parte de sus compañeros, también menores de edad. Ambos reportes ocurrieron este año.

Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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