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jueves, febrero 15, 2024
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Familiares confirman: hasta 20 mil pesos pagaron de medicamentos para sus pacientes en el Hospital General

El cerco perimetral del Hospital General de Tijuana ha servido de apoyo para que rompan en llanto las familias que reciben la noticia de que su familiar con COVID-19 perdió la vida. Entre las dos y las cuatro de la tarde del miércoles fueron dos familias las que experimentaron el fuerte e inconsolable trauma de la impotencia de no poder haberle salvado la vida a sus seres queridos. Se sienten estafados porque perdieron la batalla a pesar de haber financiado el tratamiento, hay quienes invierten hasta 20 mil pesos.

“Te dicen que venía mal, aunque tú lo ves bien. Ingresó el jueves pero para el domingo me dijeron que no podía respirar y lo intubaron. Es frustrante porque ya no puedes verlos. Yo no me pude despedir de mi padre”, narró Ileana Osuna que durante 14 días viajó entre Tecate y Tijuana para darle seguimiento a la salud de su padre Alberto Osuna.


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Fotos: Ernesto Eslava

“Había un medicamento que necesitaba 8 pastillas y traía 10. Tuvimos que comprar mangueras de succión, pastillas, medicamentos que estuvieron en altos precios y tuvimos que buscar los mejores precios durante estos 14 días, mi papá estuvo intubado 8 días”, recordó Ileana al tocarse el corazón y con poco aliento exclamó: “da coraje y rabia porque traes lo necesario para que tu familiar salga”.


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Ileana y su esposo Ricardo Meza nunca se soltaron de la mano. Estas dos semanas los unieron. Al platicar con ZETA, narraron: “venimos de Tecate, pagamos ambulancia porque no lo querían trasladar y hay un medicamento que nos costó 8 mil pesos. El último que compré era de 3 mil 500 pesos para unas pastillas que le ayudaría en la noche. Nos acababan de hablar para traer más medicamento y al venir, nos dieron la noticia”, recordó Ileana.

Ricardo Meza fue quién pedía información: “yo quería que me informara quien lo estaba atendiendo, pero eran médicos generales”, recordó, “algunos nos dicen que no hay medicamentos, otros que la farmacia está bien, pero al cuestionarles qué pasó, me dicen que su cuerpo no aguantó”, recordó Ricardo.

Los resultados de los exámenes de COVID-19 de Don Alberto llegaron un día antes de su fallecimiento. Las muestras se las tomaron en cuanto llegaron pero los resultados demoraron lo suficiente para provocar la desesperación de la familia.

Otra familia que tuvo que pagar con el tratamiento de su paciente fue la de Maira Cristina Mendoza López. Maira recibió la fuerte noticia de que su suegro había muerto. Fermín Hidalgo Cabrera empezó con una tos que  se complicó. No saben cómo pudo contagiarse de COVID-19, pero lo llevaron al Hospital General de Tijuana.

“Nos pidieron medicamentos, hoy me lo volvieron a pedir y costaba 20 mil 500 y solo ocupaban 7 para cada paciente. Hoy cumplía 15 días y nosotros nos preguntamos si se las dieron todas y ¿por qué no habían funcionado? Hoy íbamos a comprar la otra dosis, ya veníamos de Granjas Unidas cuando nos avisaron que pasáramos directamente y no nos pudimos despedir”, recordó Maira.

“Es una impotencia porque en la mañana estaba bien, luego que trajéramos medicinas y luego que falleció, es inexplicable”, fue lo último que Maira le pudo decir a ZETA, antes de que llegara su familia y sin exclamar una sola palabra se dijeron todo: el adiós de Don Fermín.

Por la mañana de este 29 de julio, el secretario de Salud del Estado, Alonso Pérez Rico, negó el desabasto que una noche antes denunciaron trabajadores del Hospital General de Tijuana de medicamentos e insumos. De hecho le dijo al gobernador Jaime Bonilla Valdez que realizaría un “en vivo” desde el Hospital para demostrar que todo estaba bien, sin embargo, dicha presentación no se realizó.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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