El martes 30, desde la Capilla de Santa Marta en El Vaticano, regresaron las transmisiones -vía YouTube– de las misas diarias del Papa Francisco. El 18 de mayo pasado fue la última que vimos en esta temporada pascual.
Los creyentes saben que, al inicio de la Santa Misa, se ofrece por determinados grupos sociales; últimamente se han reiterado las peticiones por los enfermos del COVID 19, por los que han fallecido víctimas de ese terrible mal y por el amplio grupo que atienden la salud (desde personas que cuidan la limpieza y todas las oficinas hospitalarias hasta médicos y enfermeros).
Este martes fue un ofrecimiento muy especial, lo desarrolló ampliamente, para tratar de incluir a todos: “Por los que están en los distintos gobiernos… por los políticos integrados a todos los partidos, para que se unan en atender a las víctimas de la pandemia. Que no haya diferencias que en este momento los separe, pues la situación está requiriendo de la unión de esfuerzos”. Y en efecto, constantemente escuchamos o lo decimos: tenemos que trabajar unidos. Ya habrá tiempo de dirimir las diferencias.
Aterrizando en México, concretamente en nuestra Baja California y en cada uno de los municipios existe una enorme separación entre gobernantes y gobernados. Entre funcionarios y ciudadanía, los primeros llegaron con la idea de que su permanencia en las oficinas gubernamentales será para siempre. Los segundos han demostrado desde hace años que su compromiso es con sus comunidades. No nos sorprende que en esta zona de la república existan muchos Organismos de la Sociedad Civil que atienden problemas sociales, como complemento de lo que hacen (o no hacen) los gobernantes.
Nunca como ahora, desde la Presidencia de la República (imitado por gobernador y alcaldes -hombres y mujeres) se había recibido el mensaje claro, preciso y contundente: dudar de las actividades que desarrolla la sociedad civil organizada en favor de los grupos vulnerables o para contribuir al desarrollo social de las comunidades, impulsando el deporte, la cultura, el cuidado de la naturaleza, la salud, entre otras muchas cosas.
Sin ignorar que en este sector -como en todos- ha habido abusos. Pero se puede demostrar que la enorme mayoría de los que integran los OSC han respetado criterios básicos como la transparencia y el profesionalismo. Han trabajado con autoridades pasadas, incluyendo legisladores que supieron escuchar las inquietudes, dando por resultado Leyes y Reglamentos de avanzada. No ha sido fácil, pero en el pasado hubo respeto, se escuchó a la ciudadanía organizada y se pudo beneficiar a los más necesitados.
Nota 1. El COVID-19 a muchos funcionarios les vino como anillo al dedo; pero, aun así, demuestran la mediocridad. Su incapacidad resalta en sus dichos y hechos. Y como es más fácil destruir, ahí están tratando de borrar la historia. Pero la historia está en libros y en nuestras mentes.
Nota 2. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública informa que de enero a mayo del presente año han sido asesinadas 1,608 mujeres (adultas y niñas) y solo 385 son investigados como feminicidio.
Nota 3. Ya es julio y el Gobierno del Estado no aceptó exentar el pago del agua a Organismos de la Sociedad Civil que está atendiendo a niños, adultos de la tercera edad, personas con discapacidad y centros de rehabilitación de adicciones, entre otros grupos.
Luz Elena Picos es directora de Red Social de Tijuana.
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