En cuanto la autoridad dé luz verde para abrir los comercios, la plaza entrará en un proceso de renovación en todos los sentidos, desde un trato al cliente con esmero y calidad, hasta instalaciones más cómodas y funcionales
La actual pandemia por SARS-coV-2 (COVID-19) ha dejado a su paso contagios, defunciones y un quebranto a la economía en todos los rubros. El confinamiento ciudadano, cierre de negocios y pérdidas de empleos, son algunos de sus efectos.
En Tijuana, la mayoría de los comercios no esenciales permanecen cerrados desde hace aproximadamente dos meses. Los centros comerciales lucen vacíos, y Plaza Río no es la excepción.
“Nos ha afectado porque nosotros sí hemos respetado como pocos, el cierre de negocios no esenciales. Podemos ver negocios abiertos no esenciales al Este de la ciudad, como si la pandemia no existiera. Ese comportamiento poco responsable nos ha impactado a todos, pues el semáforo no distingue zonas o sectores en específico, sino que le pega a toda la ciudad”, refiere el director de Plaza Río, Alfredo López Osuna.
Desde hace un par de meses, de 148 locales comerciales, solo se encuentran en operación 51 establecimientos, como mercados, farmacias, negocios de comida para llevar, entre otros.
“Los negocios que se encuentran cerrados en Plaza Río son las principales tiendas ancla como Sears y los cines; estéticas, zapaterías, boutiques y restaurantes que no pueden operar bajo el esquema de comida para llevar, ya que el costo operativo de esos establecimientos debe mantener un punto de equilibrio para subsistir, caso contrario, habría mayores pérdidas. Por eso, los empresarios se vieron obligados a cerrar, de por sí porque ya están perdiendo con los salarios de los trabajadores, a quienes se les tiene que pagar su sueldo íntegramente desde que se decretó el cierre de negocios”, expuso López Osuna.
“En cuanto a los servicios públicos como el agua, exhortaría a las autoridades, en este caso a la CESPT, que apoyaran a los empresarios cuyos negocios están cerrados, pues no es justo que se facturen las tarifas mínimas estando registrando cero consumo; es ahí donde el gobierno podría ser más flexible en sus políticas, pues no se trata de dar o bonificar algo, sino de no cobrar lo que no se consume. Mayor justificación es que el cierre de negocios no depende del empresario, sino de un ordenamiento oficial mediante el cual se les obligó a cerrar”, abundó.
En contraparte, la solidaridad de los arrendadores de Plaza Río se distinguió en apoyo a sus arrendatarios desde el inicio de la pandemia.
“Cada propietario de local otorgó a sus inquilinos, descuentos desde el 30% incluso hasta el 100%. Fueron sensibles en compartir el efecto de la crisis por la que se está pasando, y como administración de la plaza, también se hizo lo propio: otorgando a todos los condóminos el 70% de descuento en sus cuotas de mantenimiento, al igual que a los arrendatarios de quioscos, a quienes se les otorgaron descuentos del 50% y 100%, compartió el director de la plaza comercial.
El director señaló que una de las preguntas más frecuentes que hacen los clientes de Plaza Río, es sobre la fecha de reapertura de los negocios, situación que no depende del centro comercial, sino de la disposición de la Secretaría de Salud.
“La gente nos pregunta, cuándo va a abrir Sears, Mixup, iShop, el food court, Sanborns, los cines, etc. Es una respuesta que no podemos dar a pesar de que el gobierno nos ha mantenido lo suficientemente informados respecto a la situación que prevalece en el Estado en materia de contagios y fallecimientos. ¿Qué piensan en cuanto al confinamiento? Hay varias lecturas: creemos que el confinamiento ordenado por el Gobierno Federal empezó tarde, no se atendieron los primeros índices de alarma en cuanto a contagios. Algunos gobiernos estatales empezaron a tomar medidas antes que el propio Gobierno Federal las adoptara, siendo el de Baja California uno de los que actuaron con mayor prontitud. Ahora, el costo de no haber confinado a los viajeros de todos los vuelos internacionales, -por citar solo un ejemplo- ha resultado de graves consecuencias, tanto en lo económico como en lo político y social”, afirmó Alfredo López Osuna.
“Hubiera resultado mucho más barato y eficaz haber invertido en el confinamiento general de todo viajero proveniente del extranjero, con todo y su manutención temporal, que gastar millones de pesos en insumos y atención médica, con los trágicos resultados que están a la vista de todos”, consideró.
Para el director de Plaza Río, en estos momentos, cuando la economía en todo el país está al borde del colapso, afecta más tener los negocios cerrados que abiertos. Debido a la actual crisis sanitaria, tres comercios dela plaza decidieron cerrar sus puertas en forma definitiva.
“Tener ya los negocios abiertos en toda la ciudad, además de que reactivaría la economía, también ‘dispersaría’ a la gente, evitando conglomeraciones. Por ejemplo, en los bancos y supermercados se están haciendo largas filas, con niños, bajo las inclemencias del sol, sin cubre bocas. Vemos a la gente platicando unos con otros sin cuidar la debida distancia; si estuvieran todos los negocios abiertos, no se generarían esas concentraciones. Así, entre más negocios abiertos al público hubiera, se evitaría la concentración masiva en los puntos específicos que hoy más propician el riesgo del contagio”, reflexionó López Osuna.
Uno de los escenarios favorables, sería que la reactivación de negocios en la ciudad fuera a la par de la reapertura de la frontera con Estados Unidos, tentativamente el próximo 22 de junio.
“San Ysidro (California) ya reactivó su actividad comercial en algunos lugares, pero según declaraciones del presidente de la Cámara de Comercio, no hay quien compre por el cierre de la frontera a los ciudadanos tijuanenses. Sería la oportunidad para que la gente consuma en el comercio local y reactive un poco su economía”, argumentó el director del centro comercial.
Por su parte, Miriam Alcaraz Rodríguez, gerente general de Plaza Río, plantea que el peor panorama que podrían sufrir los negocios de la ciudad, es que se abra la frontera y el comercio siga cerrado en Tijuana, “la gente no deja de salir, la autoridad debe tomar acciones correctivas y preventivas, las cámaras empresariales deben estar más activas que nunca para lograr que poco a poco se reactive la económica local”.
Y puntualizó:
“Queremos decir a nuestros clientes que los extrañamos mucho, que sentimos gran nostalgia al ver nuestros espacios semivacíos, pero confiamos en que vamos a salir adelante y que pronto nos vamos a volver a encontrar. Es una llamada a la reflexión, a la comprensión, para que entendamos lo frágiles que somos. La emergencia sanitaria que vivimos ahora a nivel mundial es una experiencia que nos debe impulsar a la reflexión para alcanzar todos juntos un mundo mejor”.