En estos días la tristeza
se ha apoderado del alma,
al ver que sufre la gente
rogando por un milagro.
Un milagro que no asoma
por el antiguo sendero
cubierto por los abrojos
que aniquilan la esperanza.
La esperanza que no muera
grita el corazón por dentro,
pues la vida es muy hermosa
cuatro estaciones del año.
De pronto trina un jilguero
a través de la ventana,
como diciendo, ¡no sufras,
disfruta esta serenata!
Chicos y grandes hoy ruegan
que el tiempo regrese atrás
y que solo sea un mal sueño
el que causa el sinsabor.
Pasan y pasan los días
y la gente se deprime,
pues solo malas noticias
al prender el televisor.
Cuando los amigos llaman
hablan de cosas terribles
y lo malo que nos espera
si un milagro no acontece.
Y qué decirle a una madre
cuando ha perdido sus hijos,
sin que ella pudiera darles
un beso o la bendición.
Quisiera borrar las penas
que lastiman a la gente
estos días de cielo azul
que muestra su rostro gris.
Deseo que los aromas
de los floridos jardines,
embriaguen los corazones
borrando cualquier temor.
Yo también me pongo triste
aunque muestro una sonrisa,
la vida nos ha cambiado
y ya nada será lo mismo.
Mas al mirar un bebé
con su rostro angelical,
sé que aún hay esperanza.
Debemos seguir de pie.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California