Dirigentes estatales partidistas indicaron
que independientemente del sector de la
sociedad que se manifieste contra el
Presidente de la República, este debe tomar
nota y atender el reclamo. Sobre la exigencia
de que López Obrador se separe del cargo,
aclararon que la agenda partidista sigue la
ruta constitucional
Dirigentes estatales de partidos de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) estimaron que el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, no debería descalificar las movilizaciones vehiculares que se llevaron a cabo el 30 de mayo en distintas ciudades del país como medida para exigir su renuncia.
Abordados por ZETA, los líderes partidistas coincidieron en que no se trató de una manifestación condenable, independientemente del sentido del reclamo, pues los desplazamientos transcurrieron dentro del marco constitucional. De manera que en su condición de voz ciudadana habría de tomarse en cuenta, consideraron.
“Es una expresión legítima de un sector de la sociedad, que no ve reflejado en el ejercicio de gobierno su bienestar y sus intereses”, expuso por parte del PRI, Carlos Jiménez Ruiz. El dirigente estatal agregó: “El Gobierno Federal debe estar preocupado, aunque para ellos, lo minimizaron y piensan que es tendenciosa la movilización. No me atrevería a menospreciar este movimiento ciudadano, este sector de los mexicanos”.
Opinó que López Obrador “debe estar tomando nota, teniendo la capacidad de escucharlos, de atender sus reclamos y de ver cómo revierte esta inconformidad”.
Para Abraham Correa Acevedo, del PRD, se trató de “expresiones que no se deben descalificar desde la Presidencia de la República”.
El líder partidista sostuvo que “mientras sean manifestaciones pacíficas, no debe haber ninguna descalificación menos por parte del presidente del Presidente de la República, menos por Andrés Manuel López Obrador, que es una persona que siempre ha estado dando sus luchas en la calle”.
Describió como “un despropósito” que por el hecho de ser “contrarias a su pensar”, AMLO las haya desacreditado.
El 31 de mayo, el primer mandatario sugirió a quienes han exigido su dimisión que no comieran ansias, pues tal como él mismo lo estableció, en 2022 se someterá a la revocación de mandato.
“La peste, no la pandemia (de COVID-19), que más ha dañado a México ha sido la corrupción y en eso no podemos dar ni un paso atrás, eso no lo entienden nuestros adversarios, que protestan, que quieren que yo dimita”, refirió el titular del Poder Ejecutivo federal a través de un video grabado en Palenque, Chiapas.
Tachó a sus opositores de “muy corruptos, porque no quieren perder sus privilegios, muy individualistas, con poco humanismo, porque no les importa el otro, el prójimo”.
El coordinador de senadores de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Ricardo Monreal Ávila, consideró inadecuado promover “golpismos antidemocráticos”, los cuales únicamente “generan odio y solo inyectan rencor”.
En alusión a las voces de inconformidad, el legislador del partido en el poder expresó: “A estas organizaciones les damos la bienvenida a la lucha pacífica y electoral, para que a través del voto en las urnas, se rectifique o se reafirme la voluntad popular”.
Los desplazamientos tuvieron lugar en 72 ciudades de la República Mexicana, abarcando 30 entidades federativas, según indicó Gilberto Lozano, integrante del Frente Nacional Anti AMLO, agrupación convocante y de la que también forma parte el empresario Pedro Luis Martín Bringas, (ex consejero de administración de Soriana).
Gilberto Lozano, quien a su vez figura como fundador del Congreso Nacional Ciudadano, explicó que la finalidad de las protestas fue que los mexicanos se unieran con “la esperanza” de remover de la silla presidencial a López Obrador, a quien calificó como un “dictador comunista”.
Expuso que durante los recorridos “nunca apareció en ningún lado alguien que pudiera contradecir” lo que los manifestantes estaban pidiendo, ‘AMLO vete ya’”, con la excepción de una persona en Oaxaca que “rompió una manta y se atrevió a quemarla”, lo mismo que de “la autoridad” en Guasave, Sinaloa, toda vez que “se portó bastante mal”, aclaró.
En algunos casos, las unidades que integraron los contingentes lucieron provistas de mantas, como en la Capital de Baja California, con la consigna “Andrés López, en Mexicali no te queremos…”.
Tratándose de Tijuana, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, se registró un convoy de aproximadamente cincuenta carros que siguieron una ruta desde la Delegación Playas a la Glorieta Cuauhtémoc en Zona Río.
Información periodística constató que las caravanas anti AMLO se hicieron presentes en Ciudad de México, con alrededor de 250 automovilistas y medio centenar de motociclistas; en Torreón Coahuila, con 600 automóviles aproximadamente; al igual que en Querétaro, donde las unidades vehiculares destacaron por ser de modelo reciente.
MOVILIZACIONES LEGÍTIMAS, PERO POR SU PROPIO CARRIL
Los dirigentes de PRI y PRD no consideraron ilegítimas las movilizaciones. Sin embargo, a su parecer estuvieron inscritas en una ruta ajena a la de esas fuerzas políticas.
“Respetamos mucho la expresión, es un llamado no solo para el Presidente, para todos los actores políticos, incluyendo los partidos, que estemos atentos y prestos a escuchar a todos”, comentó el líder del partido tricolor, Carlos Jiménez, quien aprovechó para poner en claro: “El PRI no está por este tipo de movilizaciones, porque finalmente el periodo del Presidente de la República es un periodo constitucional que atiende a seis años, así lo estipula la norma máxima y así fue electo”.
El dirigente perredista, Abraham Correa, aseveró que el partido del Sol Azteca no condena las estrategias, como tampoco la intención de los ciudadanos que se desplazaron en el ánimo de “mostrar su rechazo ante las políticas del Presidente de la República”, toda vez que se trata de “algo natural en un sistema democrática como el que tratamos de consolidar”.
Finalmente, fue coincidente con su homólogo priista en el sentido de la institucionalidad a la que se deben ceñir los partidos.
“Estamos en de que hay que esperarnos a la revocación de mandato que el mismo Andrés Manuel López Obrador ha planteado y debiéramos prepararnos para el proceso electoral del 21. Ahí es el primer referéndum que vamos a tener, pero un año después la idea es que participemos en el ejercicio de revocación de mandato con todas las oportunidades que tengamos ahí de manifestar lo que queramos a favor o en contra. Creo que ese es el escenario propicio, no compartimos la idea de solicitar en este momento de solicitar la renuncia del Presidente”, remató.